La palabra chocolate proviene del náhuatl xocoatl que significa “agua amarga”. Para cuando el investigador Linneo le dio el nombre de theobroma (alimento de los dioses) al cacao, los indígenas de Mesoamérica tenían 1300 años de haberlo disfrutado aunque era tan preciado que únicamente los sacerdotes y altos oficiales tenían derecho a consumirlo.
Al llegar el conquistador Hernán Cortés a México observó que el emperador Moctezuma bebía jícaras repletas de un líquido tan valioso que se servía en trastes adornados con oro. En esa época el emperador lo tomaba como afrodisíaco. Evidentemente, éste es sólo uno de los brebajes para adquirir hombría que ha aparecido en el mundo en el curso de los siglos. Pero esta bebida era realmente un té de cacao con especies muy lejos del chocolate líquido que bebemos hoy en día.
Como se sabe, el cacao se había comenzado a utilizar en los últimos tiempos anteriores a la conquista como moneda de cambio. Aún no se había llegado a la etapa de dinero como tal pero éste fue un principio. Esta fue una de las observaciones que hicieron los españoles al dirigir sus cartas a España al informar de todo lo que habían visto, probado y oído en Tenochtitlán.
Al principio, los españoles en México siguieron consumiendo el chocolate igual como lo hacían los aztecas, pero una vez que le añadieron vainilla, azúcar y canela se propagó por gran parte de España hacia mediados del siglo XVI. Esta bebida cambió las costumbres del desayuno en esa zona y se comenzó a tomar chocolate a diario. Esto duró hasta que se introdujo la costumbre del café, pero aún así el chocolate sigue siendo muy popular en muchos sitios del orbe.
Tardó algún tiempo en ser aceptado en el resto de Europa al grado que se dice que en 1579 unos corsarios holandeses apresaron un galeón cuyo cargamento incluía sacos con cacao y otros con tabletas de chocolate y una vez que probaron lo que contenían los aventaron al mar sin muchos miramientos. Pero, para el siglo XVIII, ya había llegado el chocolate a gran parte de Europa con una gran aceptación, no únicamente como una bebida agradable sino también como medicamento para toda una serie de afecciones además de que se decía que era muy conveniente para concentrarse, para los viajeros, para los de estómagos débiles, para las enfermedades crónicas y para los problemas del píloro.
Sin embargo, la industrialización del chocolate se llevó a cabo en Europa y sólo mucho después en nuestro país. A la fecha, los sitios más populares para fabricar y consumir chocolate son Suiza y Bélgica donde las tablillas de chocolate y los chocolates variados son sumamente populares no únicamente ahí sino por todo el mundo. Sólo es necesario ver cualquier aeropuerto del mundo para ver qué cantidad de chocolates se venden que no tienen ninguna relación actual con México.
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