En el siglo XVIII el judaísmo reformista de Alemania va más allá de los modelos y expectativas judías del pasado y transforma las imágenes de la mujer y el rabinato, enfrenta el problema del lugar de la mujer en la vida religiosa. En 1845 declara que la mujer compartía. con el hombre la obligación de los servicios religiosos públicos y rechaza la costumbre de excluirla del minian y admite que cante frente a los hombres. Para el fin de siglo varias prácticas discriminatorias fueron abandonadas o reformadas.
En 1922, la Central del Reformismo en Estados Unidos juzgo que no se les podía negar el privilegio de la ordenación a las mujeres por ser mujeres. La conclusión no fue aceptada, pero quedo establecido que las mujeres podían asistir a los centros de estudio con la advertencia de que bajo ninguna circunstancia les darían becas que eran solo para los hombres.
Los profesores sugirieron que las alumnas recibieran los mismos privilegios que los hombres. La Conferencia Central de Rabinos se declaró en favor de la ordenación de mujeres, pero no termino la discriminación que las mujeres no pudieron vencer.
Mientras, en Berlín crecía una niña en el seno de una familia ortodoxa, educada con amor y lecciones de judaísmo de su padre. se llamaba Regina Jonas , nació el 3 de agosto de 1902 y creció con la determinación de ser rabí y lucho denodadamente por mantener su determinación en los años turbulentos anteriores a la II Guerra Mundial. Históricamente lucho por el derecho de las mujeres a tener derechos iguales a los hombres en el judaísmo enfatizando que eran las mujeres quienes debían pelear por sus derechos, “por sus propios esfuerzos e iniciativa.”
Termino la secundaria brillantemente. En 1923 se inscribió en la Escuela Superior de Judaísmo que admitía mujeres. Era la única mujer que quería ser rabí por “mi creencia en la vocación dada por Dios y mi amor por la gente. Dios ha puesto habilidades y vocaciones en nuestros corazones sin atención al género. Luego cada uno de nosotros, hombre o mujer, tiene el deber de realizar esos dones dados por Dios.”
Jonas Se distinguió como alumna excelente y exponente dinámica. El rabino Edward Bannet, profesor de Talmud, responsable de la ordenación de los rabís, fue el director de su tesis al final de sus estudios, su tema: “Puede la mujer tener el puesto de rabí.’ Jonas Quería deducir la igualdad de los géneros de fuentes del judaísmo legal; “el rabinato femenino debe ser entendido como continuación de la tradición.” Presento la tesis en 1930, establecía su independencia de la ortodoxia que sostenía la incompatibilidad de acuerdo con la Halaja y su rechazo a la reforma que se presentaba como la única defensora de los intereses femeninos.
Jonas defiende que las mujeres son aptas para el rabinato porque “las cualidades de las mujeres como la compasión, la habilidad en las relaciones sociales, su intuición psicológica y facilidad para relacionarse con los jóvenes son prerrequisitos para el rabinato, luego, las rabinas son una necesidad cultural.”
La tesis fue recibida como “buena.” El rabino Bannet murió antes del examen final y su sucesor, J. Albeik, se rehusó rotundamente a firmar el diploma de Jones, ningún profesor protesto y se graduó como pastora y maestra de religión judía. Trabajo como maestra y conferencista dedicada y popular, como pastora asesoraba a los judíos en las angustias de su tiempo, daba sermones y continuo luchando por alcanzar su ordenación. Eventualmente recibió una ordenación privada de Max Lienemann del grupo principal de rabinos liberales de Alemania.
No sabían si la ordenación privada llevaría al reconocimiento del gobierno para un empleo oficial como rabí. Sin embargo,
Regina Jonas empezó a servir como rabí en una casa para ancianos y visitaba a los enfermos en el Hospital Judío. Habitualmente se presentaba diciendo: “mi nombre es Sra. Regina Jonas. No soy la esposa de un rabino, sino una rabina. Que’ puedo hacer por Ud.”
En 1935 el rabino Max Dienermmann director ejecutivo de la Unión de Rabinos Liberales acepto ordenar a Regina Jonas en nombre de la Unión.
Regina Jonas fue la primera rabina en la historia del judaísmo,
En su diploma se lee: “desde que vi que su corazón esta con Dios y con Israel y que dedica su alma a su objetivo y que teme a Dios y que paso el examen de acuerdo con la ley religiosa certifico que está capacitada para contestar preguntas de ley religiosa. Con derecho a la posición de la oficina de rabinato, Que Dios la proteja y la guie en todas sus acciones.”
La comunidad oficial de Berlín la empezó a emplearla como pastora-rabí en sus instituciones pues el antisemitismo y el nazismo causaron que los rabinos empezaran a emigrar o fueran detenidos, Jonas empezó a predicar y asesorar intensamente sin abandonar a los ancianos o a los enfermos. Después de la Noche de los Cristales Rotos, el 10 de noviembre de 1938 la situación de los judios era desesperada. Los nazis establecieron una organización de judíos que mando a Jonas a diferentes ciudades que no tenían rabi, En 1941 los nazis la forzaron a trabajar en una fábrica, al mismo tiempo seguía su trabajo de pastora. Algunos supervivientes han dicho que sus sermones y trabajo pastoral eran especialmente animadores.
El 6 de noviembre de 1942 Regina Jonas y su madre fueron detenidas y enviadas a Therensdtadt donde prosiguió con su trabajo como rabí de sus compañeros de prisión. Oficialmente era parte del Departamento de Higiene Psicológica dirigido por el psicoanalista Víctor Frankl.
El 12 de octubre de 1944 fue enviada con su madre a Auschwitz, probablemente fue asesinada ese dia.
Entre los documentos que Regina Jonas guardo en Therensdtadt esta su testamento escrito a mano y dice:
“El pueblo judío fue plantado por Dios en la historia como una nación bendita por Dios que significa ofrecer bendiciones, bondad amorosa y lealtad sin importar lugar o situación; humildad frente a Dios, con amor desinteresado por sus creaturas, sustentar el mundo. Es tarea de Israel construir esos pilares del mundo. Hombres y mujeres han tomado por igual esta tarea con lealtad. Nuestro trabajo en Therensdtadt , serio y lleno de juicios como es, también sirve al fin de ser sirviente de Dios y como tal moverse de esferas terrestres a eternas. Que todo nuestro trabajo sea una bendición para el futuro de Israel y la humanidad.
Hombres judíos, nobles y mujeres valientes, leales siempre fueron sustento de nuestro pueblo. Que seamos merecedores de ser nombrados por Dios en el círculo de esos hombres y mujeres. La recompensa de una mitzvah es el reconocimiento del gran hecho de Dios.”
Rabi Regina Jonas, anteriormente de Berlin.
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