Tishá Be – Av significa en hebreo: el 9 del mes de Av. Este año se conmemoró el jueves 30 de julio. Es el más respetado de los ayunos anuales (salvo el del Día del Perdón) y recuerda las terribles fechas de las destrucciones del Primero y Segundo Templo. También rememora a caída de Jerusalén y luego a la derrota de Betar durante la rebelión de Bar Kojva. Asimismo se lo asoció con la Expulsión de los judíos de Castilla y Aragón de 1492. Un dolor se agrega a este recuerdo: el atentado contra la AMIA ocurrió un 10 del mes de Av.
Dice el texto bíblico con respecto a la primera destrucción del Templo: ”Y en el mes quinto, …vino Nevuzaradán, capitán de la guardia …y quemó la Casa de Dios, el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén… Todos los muros que rodeaban a la ciudad fueron destruidos… El resto de la multitud fue exiliada por Nevuzaradán”. (Jeremías 52:12)
Se leen en esta ocasión las Lamentaciones (Ejá), redactadas por Jeremías, que describen amargamente la primera destrucción de Jerusalén.
“¡Cómo está sentada solitaria la ciudad que estaba llena de gente!
Ha venido a ser como viuda la que era grande entre las naciones,
La princesa entre las provincias,
¡Cómo ha sido convertida en tributaria!
Llora copiosamente en la noche, y sus lágrimas corren sobre sus mejillas;
No hay quien la consuele entre todos sus amadores..”.
(Lamentaciones I: 1-2)
“Ceso el gozo de nuestro corazón;
nuestra danza se cambió en luto.
Cayó la corona de nuestra cabeza;
¡ay ahora de nosotros!
Por esto se entristecieron nuestro corazón
A causa de estas cosas se han entenebrecido nuestros ojos.
Por el monte de Sión que está asolado”
¡Los zorros se pasean por él!
(Lamentaciones V: 15 a 18)
Tishá Be’Av significaba el día de mayor luto del calendario hebreo hasta la creación de Iom Hashoa en recuerdo de los millones de mártires del nazismo.
Las costumbres de este día tienen similitud con los días de duelo personal, cuando fallece un ser querido. De alguna manera, Tishá Be’Av es una especie de día de duelo nacional por la pérdida y la destrucción del Primero y Segundo Templo. En ambos casos la catástrofe fue seguida por el exilio del pueblo judío. En el primer caso sólo significó algunas décadas de exilio. En el segundo nos señala el inicio de la diáspora forzada del pueblo judío.
Se lo recuerda con un ayuno de algo más de 24 horas (casi equivalente al ayuno del Iom Kipur). Si se excluye al Iom Kipur es el único de los ayunos que tienen tantas horas de abstención de la comida y la bebida.
Los nueve días previos son considerados como preparación del Tishá Be’Av: está prohibido realizar festejos, comprar ropa o calzado nuevo, no se come carne, ni se toma vino ni se realizan baños de placer.
Actualmente es una fecha de profundo dolor pero las escrituras nos señalan que el futuro la situación va a cambiar. Esta dicho en el Talmud (Taanit 30b) que “quien se apena por la ruina de Jerusalén, merecerá y verá su alegría. Quien no se apena por su ruina, no verá su alegría.” Y en otra parte (Tosefta Taanit) se afirma que los días desde el 17 de Tamuz al 9 de Av (que hoy son días de dolor) “se convertirán en días festivos para Israel… en días de gozo y felicidad, y en fiestas alegres”.
* El autor es presidente del CIDISEF
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