La eliminación de Nasrallah es nada menos que un cataclismo en el Oriente Medio.
Este evento tiene implicaciones estratégicas de largo alcance para el Eje de Resistencia de Irán y más allá.
Aunque las ondas expansivas aún no han golpeado completamente la región, y todavía es demasiado pronto para evaluar el impacto, entre tanto, he aquí algunas ideas iniciales sobre la situación:
1. Nasrallah no era simplemente otro comandante militar: era un símbolo, un líder carismático, un político hábil y ampliamente admirado por los chiís y los oponentes de Israel. Si bien es cierto que cualquiera puede ser reemplazado, es poco probable que se produzca al nivel y calibre de Nasrallah. Sabía cómo gestionar hábilmente los múltiples niveles de guerra, equilibrando una visión religiosa e ideológica de largo plazo con operaciones complejas y tácticas inmediatas. Se le atribuye la responsabilidad de importantes victorias y logros contra Israel, desde la retirada de Israel del Líbano en el año 2000 hasta la «victoria divina» de 2006.
2. La persona que probablemente suceda a Nasrallah es Hashim Safi al Din (suponiendo que no haya sido eliminado), quien encabeza el Consejo Ejecutivo de Hezbollah y es considerado el número dos de la organización. Además tiene un pedigrí familiar «notable»: es primo de Nasrallah y su hijo está casado con la hija de Qassem Soleimani, el ex comandante de las Fuerzas Quds de la Guardia Revolucionaria [iraní]. En 2006, Irán incluso reconoció a Safi al Din como sucesor de Nasrallah. Sin embargo, carece del carisma y el estatus de Nasrallah, y tendrá que trabajar duro para ganarse la confianza del Eje.
3. La pregunta más difícil de todas: ¿Y ahora qué? Comencemos con el hecho de que Hezbollah ha sufrido un duro golpe, algunos incluso dirían que fatal. No existe un sistema claro de mando y control, ni directivas, y persisten importantes dificultades operativas y tácticas. Y después de todo este optimismo, no olvidemos que Hezbollah todavía tiene capacidades militares avanzadas. La organización ha estado construyendo su fuerza durante décadas y aún más desde 2006, incluida la gama de misiles de precisión y, en general, un arsenal de misiles y cohetes. Entonces, incluso si sus capacidades sufrieran daños significativos (alrededor del 50%, según estimaciones), todavía representan una amenaza.
Artículos Relacionados: