Reír es arriesgarse a parecer tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.
Entablar relaciones es un riesgo a involucrarse.
Demostrar sentimientos es arriesgarse a ser rechazados.
Dar a conocer tus sueños es arriesgarse a parecer ridículo.
Amar es arriesgarse a no ser amado.
Seguir avanzando en contra de lo poco probable,
es arriesgarse a fracasar.
Pero todos los riesgos deben tomarse,
porque el peligro más grande en la vida es no arriesgarse a nada.
Recopilado por Benjamín Sutton Jisri
En “El libro de oro”