Sin duda alguna, el ejercicio es una actividad física altamente beneficiosa para la salud, sin embargo, cuando se realiza como un medio para quemar calorías o lidiar con la culpa o la ingesta de alimentos, deja de ser saludable. En estos casos, el ejercicio puede generar agotamiento físico, lesiones, y afectar negativamente el equilibrio emocional, ya que se pierde el disfrute de la actividad y se convierte en una obligación para aliviar una sensación de culpa o ansiedad. Cuando no tienes suficiente energía, el ejercicio no es revitalizante, y mucho menos divertido. Se convierte en una tarea, un trabajo tedioso. Cuando estás desnutrido, es cada vez más difícil hacer ejercicio, especialmente si los carbohidratos son insuficientes (lo cual es frecuente en los casos de quienes siguen dietas crónicas).
Los investigadores han definido el ejercicio excesivo como aquel en el que una persona pierde el control y siente una necesidad compulsiva de continuar con las conductas de ejercicio, incluso cuando afecta su capacidad para funcionar en diversas áreas de su vida y/o provoca lesiones físicas.
Señales de advertencia y síntomas del ejercicio excesivo (NEDA, 2024):
- Interferencia del ejercicio en la vida: El ejercicio interfiere significativamente con actividades importantes y se realiza en momentos o entornos
- Malestar emocional: Ansiedad intensa, depresión, irritabilidad, culpa o angustia si no se puede seguir la rutina de ejercicio
- Rutina rígida: Mantener una rutina de ejercicio excesiva e inflexible, independientemente del clima, fatiga, enfermedad o lesión.
- Prácticas monótonas e inseguras: El tipo, volumen e intensidad del ejercicio son a menudo monótonos, inflexibles y no están alineados con métodos de entrenamiento científicamente probados como seguros y
- Incomodidad con el descanso: Sentir incomodidad con el descanso o la
- Regulación emocional: Usar el ejercicio para gestionar o regular las
- Ejercicio como purga: Usar el ejercicio para “quemar” o “eliminar” calorías, como una forma de purga.
- Ejercicio como permiso: Hacer ejercicio como una forma de darse permiso para
- Ejercicio en secreto: Ejercitarse en secreto o a pesar de las recomendaciones de detener o reducir la actividad.
- Inflexibilidad: Dificultad significativa o incapacidad para modificar la rutina de ejercicio cuando se lo aconsejan otros.
- Sobre entrenamiento: Sentirse inadecuado, lento o como si no se estuviera esforzando lo suficiente durante el ejercicio, lo que a menudo lleva al sobre entrenamiento.
- Aislamiento social: Aislarse de amigos y familiares debido a la prioridad que se le da al
El ejercicio excesivo puede tener graves consecuencias tanto físicas como emocionales. Físicamente, puede provocar pérdida de densidad mineral ósea, lesiones recurrentes, desgaste muscular, problemas articulares, agotamiento extremo y alteraciones en el sistema inmunológico, lo que aumenta la susceptibilidad a enfermedades. Además, puede derivar en trastornos del sueño, fatiga crónica y desequilibrios hormonales, como la pérdida de la menstruación en mujeres.
Es importante reconocer si has cruzado la línea hacia una búsqueda no saludable de ejercicio compulsivo, lo cual también podría ser un signo de un trastorno alimentario. Si descubres que estás haciendo demasiado ejercicio, es importante escuchar a tu cuerpo en lugar de seguir las reglas de ejercicio que dicta tu mente. El tratamiento del ejercicio excesivo requiere trabajar con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud. Lo que comienza como una actividad saludable puede convertirse en perjudicial si se practica de manera compulsiva o sin control.
P.L.N Michelle López Buerón
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