El festival de las estrellas

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El pintor japonés Hiroshige pintó, en el año 1852, una escena del Tanabata o Festival de las estrellas, también llamado El siete del siete por caer el séptimo día del séptimo mes. Por encima de la regularidad de los tejados de Edo se ven unos altos bambúes. A los pies de uno de ellos, en lo que parece ser un mirador, hay una mujer con su hijo, seguramente situados allí para colgar un poema o el pedido al cielo de buen clima para las cosechas. El cono de una límpida colina asoma por detrás. También el pintor hizo colgar su deseo.

Por el color de la pintura se supone que la escena ocurre al mediodía; el viento soplaba de norte a sur, los árboles le respondían con una inclinación y el susurro de las hojas desprendía una agradable felicidad. Hiroshige solicitó, en su banderola de papel, que la persona a la que amaba se diera al fin cuenta del estremecimiento de su corazón cuando la veía.

El niño dejó a la mujer con la que estaba, se acercó al pintor mientras trabajaba y comentó:


-Qué obedientes parecen los árboles, todos inclinados hacia el mismo lado.

-Es el viento-sonrió el pintor.

-Ojalá se cumpla mi deseo-dijo el niño.

Hiroshige estuvo a punto de preguntarle qué había pedido pero se contuvo.

-¿Cuál es el tuyo?-le interrogó Furi, que así se llamaba el niño.

-Ser amado por lo que amo-respondió el pintor, retocando la imagen de su banderola en la pintura, un secreto que sólo compartiría, en el futuro, con dos personas, una de las cuales fue su amada.

-Yo he pedido ver los colores de las estrellas-dijo Furi.

-¿Cómo sabes que son de colores?-indagó el pintor.

-Lo soñé.

-¿Y para qué quieres ver esos colores?

-Para ganarle la apuesta a mi amigo Hiro-dijo el niño-, que dice que son todas blancas, una dispersión de nieve en los confines del cielo.

Hiroshige tomó nota de la frase: era muy buena para un cuadro invernal en el que copos de nieve y estrellas confundieran sus formas.

-Si de verdad fueran únicamente blancas-dijo Furi-, y si todo tuviera el mismo color, nos moriríamos de aburrimiento ¿no crees?

Hirosighe, que llevaba muchísimos años entregado al color, el pincel y la tinta, comprendió entonces por qué se hizo pintor: ¡para no aburrirse!

-Creo-dijo al fin el niño-, que los colores están en el mundo para enseñarnos que la verdadera riqueza es variedad.

La madre se acercó a buscar a su hijo, le sonrió al artista y alejó de allí cantando una canción popular que dice: ´´Las estrellas que brillan nos miran desde el cielo.´´

Hiroshige enrolló su pintura, que luego convertiría en un grabado, y tuvo, en un relámpago de intuición, la certeza de que algún día, alguien, en algún sitio y para su propia sorpresa, descubriría que, en efecto, las estrellas son de colores. Así de adelantados suelen ser los sueños.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.