El filósofo don Antonio Escudero Ríos, conversa sobre la cuestión judía con el escritor Kadan Navarro Yale

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Agradezco a mis amigos, Joseph Miquel Martínez y a Hugo Casas por su sana paciencia.

– ¿Le parece contradictorio que un pueblo tan definido como el judío se haya constituido sobre unos caminos hechos al andar?

Bueno, tras esa aporía, esa contradicción insuperable, estimado don Antonio, encontramos la transformación del plomo en oro.


En el movimiento está la supervivencia de un pueblo constructor y construido, a través de unas firmes y sólidas convicciones; seguir el camino de la espiritualidad unido a una mejora constante de la sociedad. Ese espíritu de apertura y tolerancia, le hacen al judío un precursor en el sentido más amplio del término.

En tal tolerancia se encuentra la integración y el marco de cuadratura para la cimentación. La verdadera paradoja, reside dentro de su misma resilencia y capacidad para soportar las adversidades, sin rendirse ante las dificultades, esto es; para continuar con dicho empoderamiento, debemos recordarnos todos; a veces por el dolor de las circunstancias se nos olvida seguir avanzando en el camino de la tolerancia, seguir innovando, mientras se integra una y otra vez la sabiduría del pasado.

El pueblo judío tras la diáspora se reconstruye de nuevo a través del movimiento de retorno, al igual que en muchas ocasiones, en la época de crisis medieval y obscurecimiento, o en la segunda guerra mundial que tras la aberración cometida contra el pueblo judío, se pone en marcha la creación del Estado de Israel. Pienso que muchas personas deberían, por un momento cerrar los ojos y sentir tal horror, aunque sea solo un ápice del mismo, entonces ya no habría ni una sola duda sobre la creación del estado de Israel. Una patria donde poder recuperar la dignidad humana, es por ello que se deben hacer los máximos esfuerzos posibles por parte de todos para restablecer la necesaria paz. Israel no sólo es la casa de David, sino la esperanza de que aún le queda corazón a los hombres.

2 – —Teniendo en cuenta que no hay pueblo como el judío que se haya constituido sobre las Escrituras como ley y mandato divino, ¿serían los profetas los primeros constructores de la historia –tal como la entendemos–no solo empujada desde atrás, sino reclamada desde delante, desde el futuro?

Sí, pero además tal ordenamiento reporta una inevitable responsabilidad; los guías, son los grandes médicos de la historia, salvan miles de vida y deben aguantar la ingratitud de muchos y el odio visceral de algunos pacientes.

La virtud de los que pueden avanzar, una de ellas, reside en dejarle hablar al pájaro irrespetuoso, pero llegado el momento reconocer; no voy a atentar contra mí mismo por ignorancia. La cualidad del espíritu de la justicia es capaz incluso, de ganarse hasta los más irracionales, como la historia demuestra; el equilibrio tiene una fuerza trascendental.

La historia cambia a pesar de nuestro atlas etnocentrista, es evidente.

Es algo muy bello ver florecer el acercamiento pese a la previa separación hacia la Unidad con la creación y el creador.

La casa de David en su belleza permite a lo nuevo integrarse y avanzar juntos. El peligro claro está es olvidar que este majestuoso enlace no viene solo, es decir, el accidente puede venir en el trayecto que más conocemos pese a ser grandes conductores.

3 -Parece que el pueblo judío, más que la reivindicación de un espacio, ha estado buscando el tiempo, su tiempo, su historia, ¿es también ese su parecer?

Su espacio ha estado siempre ahí y también en el tiempo el que un día inventamos.

Bien, aquí ocurre una cuestión muy importante, la mezquindad humana tiende rápido a la superstición y las falsas creencias, debido entre otras cosas a nuestra ceguera consentida. Solo nos acordamos de la importancia del agua cuando se tiene sed y la del Sol cuando es de noche.

Pudiera parecer, que los tiranos a priori hubieran ganado, expulsando a los judíos de la historia, pero esto solo son quimeras.

En primer lugar el pueblo judío es un pueblo maestro de sí mismo y de la historia, por lo que se torna imposible que unos aprendices de las sombras ganen en tal empresa. La segunda cuestión, reside en una prueba histórica de que el bien siempre prevalece sobre las fuerzas de la obscuridad; no se nos ocurre nada mejor para expresar esto que el relato alegórico del Ave Fénix, quien renace de sus propias cenizas no solo por ley, sino porque el Eterno expresa esta verdad delante de todos, ya el que quiera negar tal evidencia es cosa suya, al fin y al cabo la voluntad no se toca.

4- ¿No cree que la historia, en el caso de los judíos, más que una historia basada en el progreso es una historia sagrada, es una historia ucrónica de la divinidad en los hombres, de la palabra de Dios hecha escritura, una y otra vez?

Por supuesto. Recuerdo a mi padre Felipe Navarro Yale, decir; no hay pueblos superiores unos a otros, pero desde luego el pueblo judío fue elegido por Dios para guiar a la humanidad.

Nosotros somos de otra época, de las nuevas tecnologías, nos han dicho. Bueno, nosotros lo que le decimos a los nuestros, es que no se debe olvidar ni por dentro, ni por fuera, como por la amargura de algunos, la historia todos puede acabar en tragedia.

Aprovechamos aquí, para mostrar nuestro cariño y respeto por todas las culturas, respecto al pueblo judío hay que reconocer su autenticidad y su belleza, al ser probado de todas las maneras posibles, hasta por la sofisticación de las máquinas más perfectas y despiadadas, y el resultado ha sido que las sombras desaparecieron y las pirámides siguen, como las estrellas en el cielo, o el agua en los ríos.

Qué más se puede pedir, personalmente he de añadir, el pueblo judío es alegre de por sí y tal virtud marca un precioso ritmo.

5 -—¿Cómo se combina según usted la depurada individualidad judía con el sentimiento de colectividad de este pueblo?

Los que tienen unas fuertes convicciones saben utilizar la fórmula de la estrella fractal.

Los judíos siempre han tenido un espíritu de superación personal, combinado con un sentido muy fuerte de preservación de la vida y mejora de las condiciones humanas y sociales. Pensamos que tal unión es posible al alma de servir a lo mejor de nosotros mismos.

6 -—Hay una ambivalencia contradictoria entre las gentes respecto al judío. Por una parte es un pueblo respetado y temido, por otra parte hay una actitud de rechazo hacia él, que se manifiesta en expresiones populares y despectivas, por ejemplo «perro judío», «hacer una judiada», «ser un fariseo», etcétera. ¿Qué opina de ello?

Los condicionamientos y la presión sostenida en el tiempo de algunos hacia sus congéneres, ha conseguido que se hereden y perpetúen.

Hay muchos grandes de la historia que pese a dejar legados de miles de vidas salvadas, tuvieron que utilizar pseudónimos para evitar la persecución.

El amor es la mejor cura para la intolerancia de unos pueblos a otros y de unos seres humanos a otros.


ANNO TEMPLI CMII.BRUNETE-MADRID

Acerca de Antonio Escudero Ríos

Nació en 1944 en Quintana de la Serena, Badajoz. Hizo las carreras de Filosofía y Publicidad en Madrid en donde reside desde 1960. Es editor literario e investigador de Judaica. Ha realizado ediciones facsimilares de la Guía de los Perplejos, el Cuzarí y de la obra de Isaac Cardoso. Dirigió las Jornadas Extremeñas de Estudios Judaicos en Hervás, en 1995, con Haim Beinart. Fue Director de las Actas del mencionado Congreso, publicadas en 1996. Colaborador en las revistas judías Raíces, Los Muestros, Maguem y Foro de la vida judía en el mundo, entre otras publicaciones. Creador, junto a otros entusiastas, de la Orden Nueva de Toledo, Fraternidad dedicada a la defensa plural de Israel y el Líbano cristiano, así como combatir el antisemitismo. Ha plantado miles de árboles, y construido, con Don Jaime Botella Pradillo, un jardín dedicado a los Justos de las Naciones en Las Navas del Marqués, en tierras de Castilla.

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