Koraj, además de haber sido un gran líder del Pueblo Judío durante su exilio de Egipto, era primo de Moshé, y fue uno de los hombres más multimillonarios de su época, y de toda la Historia, se llegó a decir que se necesitaban caravanas de burros para cargar las llaves con las que Koraj aseguraba las bóvedas donde resguardaba sus tesoros, incluyendo un gran porcentaje de oro puro.
La Historia sobre el destino de Koraj es muy clara, se hundió en el socavón que apareció en el desierto junto con otros líderes, incluyendo a Datán y a Avirám, y con todas sus pertenencias, incluyendo sus tesoros, y la inmensa cantidad de oro que poseía.
Pero sucedieron muchos sucesos a la par de ese socavón que confundieron a los historiadores y a los estudiosos de Torah:
Murieron junto con Koraj otros 250 líderes de alto rango del Pueblo Judío por una explosión del incienso que usaban, después, por una epidemia inesperada, fallecieron catastróficamente otros 14,700 representantes de la caravana migratoria judía, suceso que históricamente fue similar a la noche de los cuchillos largos en la Alemania de Hitler, en 1934.
En esa misma época del socavón apareció la vaca roja, con todo lo enigmático que resultó ese hecho hasta ahora, y también por esos días Moshé le pegó a la roca de la que tenía que brotar agua con sólo hablarle.
Y la inmensa riqueza de Koraj que se enterró en el desierto del Sinaí, quedó olvidada..
Pero la Historia nos habló de un periodo de riqueza en Israel inigualable, cuando reinó Salomón, el hijo de David, que muy probablemente con su gran sabiduría encontró los tesoros de Koraj, por eso la Historia enigmatizó a las “Minas del Rey Salomón”, como tesoros perdidos, que repito, pudieron ser las riquezas de Koraj enterradas en el desierto del Sinaí (Bamidbar).
Después hubo otro rey que también se enriqueció inexplicablemente: Ajashberosh, tanto, que pudo casarse con la última descendiente de Nabucodonosor: Vashti, y gobernar como lo hizo, ¿habrá encontrado también los tesoros de Koraj?..
Sería interesante analizar de alguna manera, si con el mismo oro de Koraj que encontrarían Salomón y Ajashberosh, se construyeron edificaciones religiosas después, incluyendo a las mezquitas de Jerusalém y al Vaticano.
Y la gran pregunta: ¿seguirán habiendo restos de la inmensa riqueza de Koraj enterrados en el desierto del Sinaí?
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