El inicio de la ilustración en México

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“La ilustración es el resurgir del hombre de su minoría de edad” Manuel Kant 1784

Un periodo que se denomina de un contexto intelectual no debe de recluirse dentro demarcaciones cronológicas fijas. De alguna manera la ilustración empezó con el renacimiento.

En el siglo XVIII se introdujo en nuestro país la ciencia moderna y uno de los contribuyentes es Martín de Sessé y Lacasta nacido en Baraguas, localidad oscense, después de varios años de servir como médico en diferentes navíos y guarniciones que maniobraban en las Antillas acabó estableciéndose en la ciudad de México. Tuvo la idea de proyectar una expedición para aplicarse sobre la historia natural del virreinato de la Nueva España.


En agosto del año 1788 de Sessé propuso al virrey Juan Vicente de Güemes, segundo conde de Revillagigedo (1789-1794) un plan ambicioso para conducir una expedición a su territorio y el establecimiento de un jardín botánico. Esta expedición serviría para estudiar la naturaleza e impulsar la enseñanza de las ciencias en el virreinato así como para actualizar los conocimientos.

El objetivo principal de la expedición era seguir la tarea realizada por quien fuera el médico real del rey Felipe II, Francisco Hernández de Toledo que durante el año de 1570 estudió la flora americana.

Sessé fue nombrado director de la que fue oficialmente denominada Real Expedición Botánica a la Nueva España que incluía a Vicente Cervantes como experto en botánica. Otros participantes fueron el anatomista José Longinos Matines, los farmacéuticos Jaime Senseve y Juan del Castillo, acompañados de dos jóvenes pintores, Vicente de la Cerda y Atanasio Echeverría y Godoy, de la Academia de San Carlos, que ayudarían en las tareas de documentación. La finalidad de la expedición sería la de estudiar en el plazo de cinco años (1787-1803) la fauna, flora, minerales, accidentes geográficos y costumbres para lo que viajarían por todo el territorio.

La llegada de los españoles a México fue recibida con ciertas desconfianzas por los científicos locales que no veían bien los aires reformistas y novedosos que venían de la metrópoli. Así, Cervantes mantuvo una fuerte polémica con Alzate, uno de los sabios locales que no aceptaba el método de clasificación botánica de Linneo que ya era usado por los españoles. Cervantes se propuso divulgar las nuevas ideas por lo que tradujo el Tratado de Química de Lavoisier y de esta forma unir dos importantes ramas de la ciencia: la Botánica y la Química. Las rivalidades entre Alzate y Cervantes terminaron por zanjarse y pronto iniciaron una fructífera colaboración.

Después de su arribo a la Nueva España, los españoles de la Real Expedición pasaron su primer año en busca de un lugar apropiado para establecer un jardín botánico en la capital mexicana. También se organizaron clases para los primeros alumnos de la Cátedra de Botánica.

Por estos conductos se introdujo a México el conocimiento científico de los vegetales según el sistema de Linneo (1707-1778), auténtico producto del Siglo de las Luces. Bajo este sistema Martín Sessé y José Mariano Mociño (1757-1778) dieron a conocer al mundo científico las numerosísimas plantas mexicanas contenidas en su publicación. “Los autores aclaran que las propiedades médicas de algunos de los vegetales que ellos refieren, no son producto de investigaciones personales sino que están tomadas de la obra de Francisco Hernández o de la “Palestra Farmacéutica Chimico-Galénica” de Félix Palacios, que entonces era como la Biblia para los boticarios.

Cervantes ocupó la primera cátedra de botánica en la Ciudad de México en donde vivió durante treinta años explicando las etimologías griega, latina y mexicana de cada planta, sus virtudes terapéuticas y los usos económicos de los distintos vegetales.

Cervantes compaginaba sus clases con sus trabajos de investigación y con la dirección de la botica del Hospital General de San Andrés, donde ejerció desde 1791 hasta 1809, año en el que abrió su propia botica en la calle del Reloj.

También durante estos años luchó sin éxito para que se establecieran en Nueva España los estudios universitarios de farmacia, estudios a los que se opuso el Tribunal del Protomedicato, que regía el establecimiento de las boticas y que propugnaba para los boticarios sobre todo conocimientos prácticos.

Con la independencia de México proclamada el 28 de septiembre de 1821 muchos españoles fueron expulsados por decreto, al no acatar dicha independencia, pero Vicente Cervantes quedó exento de dicho decreto en agradecimiento a los servicios científicos prestados. Vicente Cervantes siguió viviendo en México hasta 1829, año en el que murió.

Entre sus obras destaca el Ensayo a la Materia Médica Vegetal de México, que no se editó hasta casi finalizado el siglo XIX, así como su participación en las obras Plantae Novae Hispaniae, y Flora Mexicana, ambas editadas en México con Sessé y Mociño como autores, siendo el resultado de la obra de la expedición, cuyo principal botánico fuera Cervantes.

Partiendo de Ciudad de México se realizaron distintas excursiones que fueron aportando al Jardín Botánico materiales de todo tipo: plantas y animales disecados, láminas, dibujos, minerales, para ser estudiados y clasificados.

José Mariano Mociño es uno de los personajes que contribuyeron en la introducción a México de la Ciencia Moderna. Nació en Temascaltepec (ahora del Estado de México). Por cuatro años fue alumno del Seminario Tridentino donde se graduó en Filosofía, materia que posteriormente enseñó en el Seminario de Oaxaca. Estando en estas actividades le dio por estudiar medicina y se graduó de Bachiller en 1787. Un año más tarde se matriculó en la Cátedra de Botánica de Vicente Cervantes y gracias a su aprovechamiento, Sessé lo incluyó en su grupo expedicionario.

Mociño empezó a viajar con los botánicos en la tercera excursión y en junio de 1790 ellos se hallaban en Guanajuato, donde se quedaron un mes. Después pasaron por Valladolid (ahora Morelia) y Apatzingán. Durante el verano de 1791 estaban en Guadalajara y luego fueron a Tepic, Álamos y Durango siguiendo un rumbo al norte de la capital hasta la zona de Tarahumara.

El mexicano Alberto Carreño escribió en 1913 que Mociño fue “una de las personalidades científicas más conspicuas que México produjo en el siglo XVIII cuando todavía era la Nueva España; en ese siglo en que tantos mexicanos ilustres vinieron al mundo para ser honra y prez del país”.

Como asistente principal del Dr. Martín de Sessé, director de la Real Expedición Botánica a Nueva España, Mociño trabajó como botánico desde 1789 hasta 1803. Para poder salir a España primero tuvo que iniciar la defensa legal de su divorcio desde Veracruz. Finalmente se embarcó en la fragata Nueva Mahonesa y llegó a Cádiz el 31 de julio de l803.

Tras la conclusión de la expedición y del retorno a España, Sessé y Mociño se dedicaron a la revisión de los materiales de la Expedición con objeto de publicar una obra sobre la Flora de Nueva España. Debido a los avatares de la Guerra de la Independencia Española, esta obra quedaría inédita hasta 1885. Martín Sessé murió en 1808 y Mariano Mociño se exilió a Francia con parte de los materiales de la Expedición. En 1820 volvió a España enfermo y moriría en Barcelona. Los materiales de la Expedición que llevó consigo en su exilio quedaron en paradero desconocido. Aunque la expedición terminó en 1803 hasta los años 80 del siglo XIX no se publicaron las obras.

Nota a modo de epilogo

El virrey que favoreció la expedición fue Juan Vicente de Güemes, segundo conde de Revillagigedo 1789-1794. El Consejo de Indias reconoció que las obras ejecutadas por orden de Revillagigedo, en el tiempo que fungió como virrey de la Nueva España, se llevaron a cabo “a impulsos de su particular y singularísimo celo y actividad, y amor al bien común, que ha tenido pocos ejemplares en sus antecesores, y hará época en la serie de aquellos virreyes, han sido muchas de ellas necesarias, otras útiles y todas conducentes para la salud, comodidad y seguridad de los habitantes de aquella capital, su adorno, hermosura, limpieza y buena policía”.

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3 comentarios en «El inicio de la ilustración en México»
  1. Me hubiera gustado que sacaran una conclusión de en que influyo la ilustración solo en México, es muy buen contenido y encontré lo que buscaba pero tuve que escribir que para poder sacar que en México

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  2. Me gustó su artículo. Considero muy importante difundir los ejemplos de trabajos científicos en la Nueva España y reconocer estos avances con todo y su vínculo con la Metrópoli, pues la Ilustración española tiene su valor y en la Historia Universal a veces sólo se exalta la Ilustración en Francia y Gran Bretaña.

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