Un bosque ignorado dedicado a los justos, como un lugar alto de Israel, está situado en el barrio de la Estación de las Navas del Marqués, la maravilla de Castilla, allí donde los pájaros -que bien lo saben- se toman las vacaciones. La naturaleza es santuario cuyos altares sin número son los árboles, y la arboleda recuperada, convertida en otro santuario paralelo es lugar de peregrinación de amigos y espíritus nobles.
El centro de este jardín lo ocupa una preciosa casa con vistas de una extraordinaria belleza. Una selecta biblioteca nutre el alma se sus moradores, y en los alrededores, rodeados por un recinto tapizado por un verde muro, hemos plantado y cuidado en los últimos quince años, Rufino González, Carlos Revilla, yo mismo, y otros voluntarios mas de trescientos árboles y arbustos -larga es su enumeración -, cipreses, tejos, un abedul, un sauce, un grosello, un haya, un avellano, un acebo, un frambueso, un serbal, un plátano, un níspero, un cedro, abetos, pinos, castaños, un lagerstroemia índica, palmeras, bambúes, ciclamores, thuyas, higueras, almendros, enebros, parras, olivos, moreras, laureles, espinos blancos, robles, encinas, acacias, hiedras trepadoras, fresnos, ginkgos, álamos, chopos, madroños, una secoya, pruneos persas, una acacia, photinias, ailantos, frutales varios: manzanos, ciruelos, melocotoneros, perales, albaricoqueros, membrilleros, cerezos, que, votivos, dedicamos a los amigos -justos ellos- que ayudaron a los judíos y armenios en tiempos difíciles, y a los seres queridos que nos dejaron recientemente como mi dulce madre Isabel Ríos, que descansa ya en el regazo del Eterno.
También sembramos plantas y flores aromáticas, sándalo, mejorana, jazmines, tomillo, lavanda, menta, romero, artemisa, madreselva, salvia, santolino, menta, tomillo, lilos, lirios, narcisos, ginerios, formios, deutzias, jacintos, camelias, geranios, gladiolos, magnolias, valerianas, genciana, petunias, boj, hortensias, begonias, espireas, forsythias, pitosporos, celindos, rosales, claveles, adelfas, dracenas, escalonias, abelias, azaleas, fucsias, pendientes de la reina, verónicas, passifloras, mahonias, nítidas, agnocastos, costoneaster, siemprevivas, uñas de gato, escaramujos, budleyas, agaves, un cactus, hipéricum, zarzamoras, nardos, jacintos, azucenas, violetas, dondiegos, crisantemos, gordolobos – ahora amarillentas menoras-, rododendros, dalias, peonias, margaritas, anémonas, prímulas, tagetes, melisa, manzanilla, ruda, hierbaluisa, perejil
Y no hemos dejado de plantar un fragante jazmín de Madagascar en honor y agradecimiento a Selena Simonatti -ella hermosa como una rosa- que vino de la Toscana, y que ha trasvasado a la melosa lengua de su tierra natal algunos de nuestros humildes escritos.
Y ahora en esta deliciosa primavera, estos árboles, plantas y flores permanecen lozanos, erguidos, exuberantes y perfumados como prueba de la resistencia, fortaleza y buen olor de Israel.
Selena SImonatti es una de las mujeres más bellas ,cultas e inteligentes de Italia . Una auténtica rosa .