Definitivamente, para entender la problemática del judeoespañol es necesario recorrer la historia de la lengua española a lo largo de los siglos.
1) Según Joan Coordinas ,antes de 1250, LADINO ( LATINU) fue el nombre de la lengua española en formación.
Es por esto que el emisario de un rey moro a un rey cristiano se llamaba “El moro ladino”, ya que entendía el español de aquella época o ladino.
2) Y aquel ladino sirvió para traducir la BIBLIA, pero palabra por palabra, de modo que aquel ladino ya no es lengua hablada.
Las palabras y la morfología son ladinas, pero la sintaxis es hebrea lo que ilustra perfectamente la exposición palabra por palabra.
3) Aquel ladino, lo llamé judeo-españolcalco, por la misma razón, llamé judeo-grego calco y judeo-arameo calco las otras traducciones que contiene el pentateuco de Constantinopla (1547).
4) En su «al letor» (Prefacio), la Biblia de Ferrara (1553) señala «los antiguos ladinos» cada ladino siendo la traducción de una palabra hebrea.
PAZ es el ladino de SHALOM – NADA es el ladino de HEVEL, etc. mientras que en mi lengua materna nunca preguntaban «ke tu paz?» (ladino) pero «cómo estás?» (judeoespañol vernáculo).
5) Existen muchas judeo-lenguas calco (yiddish, provenzal, italiano, árabe, perso y hasta turco.
6) la lengua hablada en 1492 formó las variantes de nuestro español o judeo-español vernakular.
7) Confundir ambas modalidades del judeo-español es perder la riqueza de la lengua ladina más arcaica que la lengua hablada.
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