El presidente estadounidense Donald Trump, sentado junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lanzó el martes un terremoto geopolítico al redoblar sus llamamientos a reasentar a “1,7 o 1,8 millones” de palestinos fuera de la Franja de Gaza.
Los llamamientos van más allá de cualquier concepto de “victoria total” que Netanyahu haya verbalizado y posiblemente considerado en cualquier momento durante la actual guerra con Hamás en Gaza. Hace poco más de una semana, las preguntas sobre la mesa eran si Israel podría devolver a todos sus rehenes y quién gobernaría a los palestinos que viven en Gaza el “día después” de la guerra.
Trump, de la manera en que sólo él podía hacerlo, ha declarado lo que debería haber sido patentemente obvio para un observador normal pero indecible para cualquier líder mundial: Gaza es completamente inhabitable y sus residentes tendrán que ser reasentados en otro lugar.
Si las sugerencias de Trump se hacen realidad, no sólo representarán una “victoria total” que superará incluso la imaginación más descabellada de Netanyahu, sino que representarán el fin del conflicto entre israelíes y palestinos.
La migración de casi dos millones de personas de la Franja de Gaza alterará permanentemente la realidad demográfica entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, eliminando cualquier paridad numérica entre judíos y árabes palestinos.
Si tiene éxito, los llamados a Israel para que ceda permanentemente tierras para la creación de un estado palestino dentro de la patria bíblica judía terminarán, e Israel finalmente ganará el conflicto. Los judíos serían entonces la abrumadora mayoría y los palestinos una minoría étnica más pequeña, eliminando de una vez por todas las falsas afirmaciones de que Israel es un estado de apartheid.
Trump incluso insinuó que Estados Unidos podría apoyar la soberanía israelí total en Judea y Samaria (comúnmente conocida en la comunidad internacional como “Cisjordania”). “Estamos discutiendo eso… y a la gente le gusta la idea. Todavía no hemos tomado una posición al respecto, pero probablemente lo haremos sobre ese tema muy específico en las próximas cuatro semanas”.
Si Estados Unidos reconoce la soberanía israelí en las provincias de Judea y Samaria, entonces cerrará de golpe la puerta de manera permanente a los fallidos Acuerdos de Oslo y al paradigma de dos estados que los palestinos nunca quisieron en primer lugar.
El presidente, que trabajó muy bien con el primer ministro de Israel durante la 45.ª administración, ya había logrado romper paradigmas en la región con la intermediación de los históricos Acuerdos de Abraham en el otoño de 2020.
En sus comentarios en la Oficina Oval, Trump afirmó escuetamente que “nunca ganará un Premio Nobel” por su papel innovador en la intermediación de los acuerdos impensables.
Ahora está trayendo su pensamiento poco convencional de vuelta a la región a pocos días de comenzar su nuevo mandato y buscando el fin del conflicto que comenzó cuando Hamás penetró la frontera de Israel el 7 de octubre de 2023, asesinando a 1.200 hombres, mujeres y niños en el sur y secuestrando a Gaza a más de 250 personas más en la peor masacre de judíos desde el Holocausto.
Trump reconoció que muchos “quieren negar que el 7 de octubre tuvo lugar, al igual que muchos quieren negar que el Holocausto tuvo lugar”.
“Israel contraatacó con valentía”
En la rueda de prensa posterior a la reunión entre los dos líderes, Trump calificó el ataque del 7 de octubre como “un ataque total a la existencia misma de un Estado judío en la patria judía”. Luego elogió la respuesta de Israel al 7 de octubre.
“Israel contraatacó con valentía”, dijo. Los israelíes se mantuvieron firmes y unidos frente a un enemigo que secuestró, torturó y mató a mujeres y niños inocentes. Saludo al pueblo israelí por enfrentar esta prueba con coraje, determinación y una resolución inquebrantable.
Eso no sonó en nada parecido a las declaraciones “equilibradas” de la administración saliente de Biden, que repitió el mantra de que “la forma en que Israel conduce su guerra importa”.
Trump afirmó que “el primer ministro y yo nos centramos en el futuro, discutiendo cómo podemos trabajar juntos para garantizar que Hamás sea eliminado y, en última instancia, restablecer la paz en una región muy problemática”.
Su pensamiento innovador y al mismo tiempo racional sólo fue posible gracias a la sorprendente victoria militar de Israel contra Hamás en Gaza.
Mientras los que quedan de los operativos terroristas siguen robando ayuda humanitaria y haciendo falsas demostraciones de supervivencia en las ceremonias de liberación de rehenes, la verdad es que Hamás ha sido diezmado.
De hecho, toda Gaza ha sido diezmada. Trump dijo que “en este momento, Gaza es un sitio de demolición. Prácticamente todos los edificios están derribados. Están viviendo sobre su hormigón caído, lo que es muy peligroso y muy precario”.
La razón por la que Gaza está en esta situación es debido a la estrategia de Hamás de utilizar la totalidad de la infraestructura civil en el enclave costero como su base de operaciones. Casi todos los edificios residenciales, mezquitas, escuelas y hospitales se convirtieron en un depósito de almacenamiento de armas o una entrada de túnel.
Para ganar la guerra, Israel no tuvo más opción que destruir la infraestructura civil. Las FDI se movieron metódicamente arriba y abajo de Gaza, destruyendo todos los edificios que Hamás usaba con fines militares.
Las Fuerzas de Defensa de Israel lograron esta hazaña con las manos atadas a la espalda, viéndose obligadas a trasladar a casi toda la población civil de Gaza fuera de peligro y a garantizar la entrega de ayuda humanitaria. Ha sido un logro militar increíble que será estudiado por los ejércitos de todo el mundo durante las próximas décadas.
“El coraje sin límites de nuestros soldados”
Netanyahu enumeró muchos de los logros de la guerra, incluidos los asesinatos de los principales líderes terroristas Ismail Haniyeh, Yahya Sinwar y Hassan Nasrallah. “Devastamos a Hamás, diezmamos a Hezbolá. Destruimos los armamentos restantes de [el presidente sirio Bashar] Assad y paralizamos las defensas aéreas de Irán”, dijo.
Hamás e Irán eligieron la guerra. No contaban con que Israel la ganara.
Netanyahu elogió a los israelíes que salieron al campo de batalla, diciendo que los logros de la guerra se correspondieron “con el espíritu indomable de nuestro pueblo y el coraje sin límites de nuestros soldados”.
Si bien en algunos momentos durante la guerra, Israel parecía vulnerable e inseguro de su capacidad para ganar, esa victoria ahora se está volviendo más clara. “Israel nunca ha sido más fuerte y los terroristas iraníes nunca han sido más débiles”, dijo Netanyahu.
Ahora que la administración adversaria de Biden ya está en el espejo retrovisor y que el primer ministro está de pie junto a Trump, está claro que Israel, bajo el liderazgo de guerra de Netanyahu, ha obtenido una victoria irreversible en Gaza.
Trump se está preparando para llevar esa victoria al siguiente nivel. Lanzó “la idea de que Estados Unidos sea dueño de ese pedazo de tierra” después de que los palestinos sean reasentados fuera de Gaza.
La declaración de propiedad estadounidense es confusa, en particular para Israel, que controlaba Gaza antes de su fallida retirada de la Franja en 2005. Sin embargo, tales declaraciones pueden hacer que el concepto de reasentamiento sea más aceptable para los vecinos árabes de Israel.
Ahora, dependerá de Trump respaldar sus palabras y averiguar exactamente cómo incentivar el traslado de la población civil de Gaza a Egipto, Jordania u otro lugar.
El rey Abdullah II de Jordania tiene previsto visitar a Trump la próxima semana en la Casa Blanca. Si eso sucede, puede proporcionar algún indicio de la probabilidad de que los estados árabes vecinos cooperen con un plan de ese tipo.
Si se niegan a hacerlo, las cosas pueden complicarse más antes de simplificarse. Pero Netanyahu ha demostrado que puede navegar en las circunstancias más difíciles. Y tiene fe en la capacidad de Trump para hacer lo que dice, sabiendo que la fe puede producir resultados notables.
“Creo, señor presidente, que su voluntad de perforar el pensamiento convencional que él ha fracasado una y otra vez, y hoy, su voluntad de pensar fuera de la caja con ideas nuevas. … Usted va al grano; ve cosas que otros se niegan a ver. Dice cosas que otros se niegan a decir. Y luego, cuando la gente se queda boquiabierta, se rasca la cabeza y dice: ‘¿Qué dijo?’ Y este es el tipo de pensamiento que nos permitió lograr los Acuerdos de Abraham”.
Netanyahu cree que “este es el tipo de pensamiento que transformará el Medio Oriente y traerá la paz”.
Para Netanyahu y Trump, la paz llega a través de la fuerza.
“Israel terminará la guerra ganando”, dijo Netanyahu. “Y la victoria de Israel será la victoria de Estados Unidos. No sólo ganaremos la guerra trabajando juntos, ganaremos la paz con su liderazgo, señor presidente, y nuestra asociación. Creo que forjaremos un futuro brillante para nuestra región y llevaremos nuestra gran alianza a alturas aún mayores”.
Por supuesto, la alianza entre Estados Unidos e Israel sólo puede brillar si tanto Israel como Estados Unidos adoptan la posición moral de apoyarse mutuamente y trabajar juntos para derrotar a los enemigos comunes.
Trump está trabajando para “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. Netanyahu tiene una misión similar para el estado judío.
“La Biblia dice que el pueblo de Israel se levantará como leones”, dijo Netanyahu. “Y vaya si nos levantamos. Hoy, el rugido del león de Judá se escucha fuerte en todo Oriente Medio”.
Que buena idea! los pueden mandar a Madagascar, Crimea, Argentina, Uganda, Birobidjan…
Que podria salir mal?