Dudé mucho si escribía esto, la experiencia personal es muy reciente donde por azahares del destino me agripé cuatro días antes de la operación preventiva de histerectomía, lo cual me permitó meditar si valía la pena exponerme a un tratamiento de antibióticos hospitalizada para luego poder reprogramar, porque la sonda que iba a meter por mi garganta podría lastimar mi faringe, además de los nervios si trabajaría en una gripe nerviosa y alérgica.
Cuando hay candados como ser alérgica a la anestesia, ser hipersensible, ser alérgica al material de las agujas, contar con una intoxicación de medicamentos como de la tomografía y la última quimioterapia por prevención, para prevenir cualquier rastro de la enfermedad, es de pensarse sin embargo como no pensaba volver a la medicina alópata sino a la alternativa que tanto me había ayudado.
Cómo decirle al jefe de oncólogos que no iba a reprogramar por lo que faltaba del año, y todo lo que sentía, sobre todo hablando desde mi punto de vista, el de la paciente, sin embargo fluyeron las palabras ya que hay una buena relación entre nosotros, la sorpresa de un no mantenido sin tener que cerrar una puerta.
Al final apareció la preocupación de seguirme cuidando, le confirmé que seguiría con mi tratamiento alternativo con medicina indígena y el Fucoidan, medicina holística se calmó.
Me puso en la alta que tenía “cita abierta en consulta externa de oncología quirúrgica”, como lo había comentado para lo que yo quisiera hablar, una cita para operarme si así lo decidía cuando lo hiciera, para una cita normal o hablar simplemente.
Hasta donde está la separación del cirujano de operar a como de lugar o, ponerse en los zapatos del paciente, en mi caso deje la puerta abierta, sin importar la decisión que tome más adelante.
Empecé ayer mi tratamiento con el Fucoidan y mis medicamentos indígenas, me está empezando a ayudar a sacar la i9ntoxicion que tenía, además de mi terapia del perdón con cuatro palabras: lo siento, perdóname, te amo y gracias, mi terapia de sanación que involucra colores, esferas y chacras, mi divorcio definitivo de la enfermedad de por vida y mis decretos de que estoy sana y como nueva para apoyar a un técnico de laboratorio que es subdelegado en la Comisión Médica de los Derechos Humanos sobre la importancia de la mente, los rencores y el daño que hacen, saber perdonar y creer en los tratamientos ya sean alópatas o alternativos.
Además de mi meditación de Rosh Hazaña donde pude limpiar muchas cosas y hace el duelo interior por mi madre que falleció el 11 de marzo de este año y yo empecé con estro a finales de marzo.
Quizás algunos piensen que debí operarme, como me ocurrió con algunas personas, pero la mayoría me felicitó por la decisión, por eso cuando me resfrié me pregunté si existe el llamado del cuerpo, yo sí creo que las cosas pasan por algo, en el momento que deben pasar, al tiempo sabré porque, por lo pronto descanso un poco de esta presión emocional, de médicos, batas, hospitales, quimioterapias, análisis clínicos, estudios, agujas citas y todo lo que pueda sonar a enfermedad.
Perdonar, hablar sin guardarnos las cosas, no guardar rencores nos podrá dar una mejor calidad de vida, ser felices y vivir el momento.
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