“A las madres cuyos hijos van a celebrar su Bar Mitzve. A mi madre Dora”.
Nunca comprendí porqué mi madre contrató a un maestro particular para darme clases de matemáticas, y enseñarme raíces cuadradas y quebrados, cuando en realidad mi madre deseaba que yo fuera un gran escritor.
Ella era y sigue siendo una madre judía moderna, cuyo mayor deseo era que su hijo, yo, se convirtiera en un escritor de alto nivel.
Desde que yo era un niño, mi madre notó mi pasión por las palabras y mi fascinación para escuchar historias. Ella veía en mi un potencial extraordinario y soñaba con verme convertido en un reconocido escritor.
Mi madre es una mujer fuerte y decidida, ha vivido muchas experiencias en su vida lo que la transformaron en una mujer fuerte, sabia, disciplinada y organizada. Siempre superando obstáculos con valentía y determinación. Siempre había creído en el poder de las palabras y en cómo podían cambiar vidas y trascender barreras.
Desde que yo era pequeño, ella me alentaba a leer libros de diversos géneros y autores. Me llevaba a la biblioteca y me contaba historias antes de dormir. Yo me quedaba fascinado con cada relato y me maravillaba con la capacidad de mi madre para transmitir emociones a través de las palabras.
A medida que fui creciendo, ella me animaba a escribir mis propias historias, poemas y cuentos. Me proporcionaba cuadernos y bolígrafos, y me alentaba a plasmar mis pensamientos y sueños en papel.
Con el tiempo me convertí en efecto en un ávido escritor, dedicando horas interminables a perfeccionar mi estilo y desarrollar una voz en una máquina de escribir postmoderna. También con el tiempo, gané varios concursos de literatura y mis relatos fueron publicados en revistas literarias.
Mi madre estaba llena de orgullo y satisfacción al ver el talento de su hijo florecer. Ella siempre me alentó a perseguir mis sueños y a nunca rendirme, a pesar de las dificultades que pudiera enfrentar en la vida. Ella sabía que el camino hacia el éxito no era fácil, pero estaba dispuesta a acompañar a su hijo en cada paso del camino. Yo me esforzaba cada día para mejorar mis cualidades como escritor. Estudiaba literatura, asistía a talleres y buscaba el consejo de otros escritores talentosos.
El tiempo pasó y recordé algo que había olvidado y había marcado mi destino; el mejor regalo que recibí en mi vida, un regalo de Bar Mitzve que mi madre me entregó. Y digo entregó porque fue como la entrega de la Torá.
Ella sabía que este regalo sería un reconocimiento de su amor hacia mí, y fue algo más que eso.
Se trataba de un soporte para pluma hecho en cuero, con soporte de madera de cerezo para escritorio de oficina. El cerezo es una madera reconocida por su tono rojizo y suave textura. Tiene una apariencia cálida y lujosa, lo que lo convierte en una elección popular para muebles y accesorios decorativos para oficinas.
El soporte de madera para pluma de tinta tenía de lado como adorno un caballo dorado, una elegante y refinada pieza de escritorio diseñada para sostener una pluma de tinta de manera segura y exhibirla con estilo. El soporte de madera tenía una forma horizontal, con una base sólida que proporcionaba estabilidad. En la parte superior, un porta pluma negro o abertura donde se coloca la pluma de tinta, que estaba cuidadosamente diseñada para mantener la pluma en posición vertical, asegurando que esté lista para ser utilizada en cualquier momento. El adorno de caballo dorado era el elemento distintivo al lado del soporte. Normalmente se encuentra en la parte lateral del soporte, sobre la base. El caballo dorado era un detalle decorativo meticulosamente elaborado, que añadía un toque de lujo y sofisticación al conjunto. Estaba hecho de metal dorado y tenía detalles finos y realistas que resaltaban su belleza y elegancia.
Este soporte de madera para pluma de tinta con adorno de caballo dorado no solo cumplía una función práctica, estar sobre mi escritorio y sostener una pluma, sino que me dio un sentido de orientación en la vida y un signo de valores profundos y firmes que mi madre me quiso otorgar en aquel momento. Una identidad o idea de vida más madura.
Con este regalo ella me entregó la vida, pues a partir de allí sentí que mi vida era importante.
Con este presente ella dijo sin palabras:
-Cuando tengas hijos…
* Escucha y observa: Presta atención a los intereses y pasiones de tu hijo. Escucha lo que le emociona y observa en qué actividades muestra talento y dedicación. Esto te permitirá identificar sus sueños y aspiraciones.
* Cultiva un ambiente de apoyo: Crea un entorno en el que tu hijo se sienta seguro y respaldado para perseguir sus sueños. Fomenta la comunicación abierta, brinda retroalimentación constructiva y alienta el crecimiento personal.
* Brinda recursos y oportunidades: Proporciona a tu hijo los recursos y las oportunidades necesarias para desarrollar sus habilidades y talentos. Esto puede incluir libros, clases, talleres o cualquier otra cosa que pueda ayudar a nutrir sus sueños.
* Sé un modelo a seguir: Inspira a tu hijo mostrándole tu propio compromiso y pasión por tus propias metas y aspiraciones. Sé un ejemplo de perseverancia, resiliencia y determinación.
* Alienta el aprendizaje continuo: Anima a tu hijo a seguir aprendiendo y creciendo en su área de interés. Ayúdale a establecer metas realistas y a desarrollar un plan para alcanzarlas.
Es verdad, sin escatimar, mi papá me regaló muchos regalos caros: consola de videojuegos, walkman, videocámara, sintetizador, computadora y muchas cosas más.
Más el regalo de mi madre fue el mejor, fue único, y esto lo recordé debido a que no hace tiempo, cuarenta años más tarde, vi este mismo soporte para pluma para escritorio con un caballo dorado, en la vitrina de una tienda caminando en una tierra lejana al país donde nací y celebré el Bar Mitzve.
Al recordar este regalo, recordé la parte más esencial que recibí en mi Bar Mitzve, una esencia, una identidad, una carrera de vida, y valores firmes y sólidos dignos de un ser pensante al servicio de la ciencia, la ética y el arte de su pueblo y sociedad.
El arte de la escritura, que también es una ciencia, una filosofía y una moral, fue mi primera relación con Dios y sigue siendo mi primera elección de estilo de vida como ser humano.
Moisés recibió las tablas de la ley, yo recibí el soporte para una pluma de escritorio.
Lo único que no comprendí fue porqué mi madre contrató a un maestro particular para darme clases de matemáticas, en lugar de contratar un maestro de literatura.
Quizás ella sabía algo que yo aún no sé.