El mensaje de Maimónides

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Extraigo, de la monumental y siempre válida obra de nuestro Rambán, el genio de la Córdoba andaluza, una frase para reflexionar en esta época de confusiones y engaños. Dice así: ´´La misericordia para con los malvados es una crueldad para con el género humano.´´ No puede haber una idea más acertada de lo que significa la justicia, concepto más brillante sobre las implicaciones universales del bien y del mal. Cualquier acto nos implica, de una u otra manera, a todos. Cuando Israel castiga como se merece la maldad de Hamás, por tanto, todo el género humano puede respirar tranquilo. No puede haber impunidad con quien emplea seres indefensos, civiles, como escudo; ni puede dejarse sin castigar a todos aquellos que no desean vivir en paz con sus vecinos bajo el pretexto de que les robamos la tierra y vomitan periódicamente su odio en forma de misiles cada día más peligrosos. De hecho, no ha habido tierra robada, ha habido una guerra intermitente que-y por fortuna-ellos, los palestinos, han perdido.

Algo de lo que aún no son conscientes en el vasto territorio del Islam. En la guerra el perdedor paga siempre los platos rotos. Por otra parte, que Israel no tiene el monopolio del bien y comete injusticias también es cierto. Pero, como dice el dicho, ¡son nuestras injusticias y tanto en lo social como en lo individual hacemos, mal que nos pese, correcciones! Incontables veces la Corte Suprema de Israel ha fallado a favor de los palestinos en asuntos de expropiaciones y demoliciones; incontables veces, también, ha aflojado su puño de hierro en Gaza para que su población no muera de inanición. Todo eso a cambio de más odio y más maquinaciones estúpidas. Así las cosas y según parece hay más mal de un lado que del otro, como constató tardíamente el triste y célebre juez Goldstone. Allí donde estén los asesinos de la familia de Itamar, allí donde, mimetizados con su medio, sea difícil encontrarlos, allí mismo serán apresados para que su maldad no constituya una crueldad para con el género humano. Y por supuesto Israel tendrá más miramientos con ellos de lo que esos energúmenos sin corazón tuvieron para con los niños inocentes y sus padres.


Maimónides escribió en árabe y admiró, como correspondía hacerlo en su época, la medicina musulmana, la cual por otra parte contribuyó a desarrollar. Era capaz de reconocer la exelencia allí donde la encontraba y en ningún momento desfalleció su fe en que su pueblo, el pueblo judío, tenía un alto destino que cumplir. Intentó hacer que razón y fe fueran de la mano y no siempre lo consiguió. Dijo, además de la sentencia arriba mencionada, cosas sorprendentes aún hoy. ´´La integridad del hombre es incompleta mientras no exista la síntesis entre el pensamiento y la acción´´, y ´´no se puede llegar a la sabiduría sino después de mucho esfuerzo´´. Una extensión clara del dicho hebreo naasé ve-nishmá, actuemos y oigamos la consecuencia de nuestros actos. La Autoridad Palestina tiene pruebas claras de que la voluntad de Israel es la paz y el desarrollo, de otro modo no hubiera dado el salto espectacular que ha dado en la mejoría de sus estructuras comunitarias. Por el contrario, y puesto que está cerrado al diálogo, encallado en el oscurantismo de su ideología, Hamás está cada día peor y lo sabe.

La palabra esfuerzo, que los israelíes tan bien conocen, los honra y sin duda también los fatiga, pero como el premio es la sabiduría, ahí están los inventos, los hallazgos, los remedios, las mejoras del agua y el suelo. Esperando que incluso los palestinos puedan disfrutar de ellos. El día que reemplacen el delirio por el sentido común, el odio ciego por una sincera apertura de ojos, el día que nos tiendan la mano desarmada, allí estaremos para estrecharla. Incluso después de tanta muerte y tanta guerra.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.