En mi reciente visita a Italia tuve oportunidad de visitar algunos de los museos más importantes, entre ellos se encuentra el Museo de la Academia en Florencia, y el cual debe su fama a que en su interior se encuentra el David de Miguel Ángel.
La escultura al principio estaba situada cerca del Palazzo Vecchio, actualmente ahí se ha instalado una copia en representación de la fuerza del hombre, revalorada por el pensamiento humanista y de la libertad de la República de Florencia.
La historia de esta escultura es que originalmente ese mármol estaba destinado a otra escultura encargada a Agustino di Duccio, pero éste abandonó el proyecto y le cedió el mármol a Miguel Ángel, que proyectaba en ese entonces esta estatua de David.
Pero en lugar de hacer la figura de un joven que difícilmente hubiera derrotado al gigante sin la ayuda de Dios, Miguel Ángel esculpió un hombre adulto, seguro de sí mismo, de su propia fuerza muscular, así como de su fuerza mental. De los ojos de David emanan la fuerza interior del hombre y su agudeza mental.
Así es como el David de Miguel Ángel se convierte en paradigma del pensamiento y de la filosofía del Renacimiento que es el Humanismo. Miguel Ángel que seguía estas teorías filosóficas, consideraba que no era el escultor quien creaba la estatua, sino las estatuas mismas quienes pedían salir del mármol, este concepto influyó mucho en su obra.
Las demás estatuas del Museo de la Academia, responden exactamente a este pensamiento por lo que se presentan incompletas o como saliendo de la piedra. Así se conserva una versión de la Piedad que está en Roma, sin pulimentar y por la misma razón las demás estatuas se les llama “Prisioneras” porque intentan escapar del mármol.
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