Al cumplirse 26 años del ataque de Hezbollah que destruyó el edificio de la AMIA, el cabecilla supremo de la teocracia iraní, Alí Khamenei, publicó en Twitter, un video mostrando imágenes sobre las cuales escribió frases que sugerían un atentado consumado por los mismos judíos.
Otra vez, el régimen iraní expresó su desprecio al suponer que, pese a las contundentes evidencias, con un video manipulado podría echar tierra a las certezas: horas de grabaciones, llamadas telefónicas entre los perpetradores, pesquisas sobre el libanés que condujo el carro-bomba, la onda expansiva de la explosión, testimonios, seguimiento del dinero, etc.
Nada nuevo, los jerarcas iraníes, responsables de numerosos crímenes, sufragaron al neonazi Norberto Ceresole para que publicara textos en los que señalaba el autoatentado, teoría antisemita que no se sostiene frente al peso de las pruebas. En el presente, a través de las redes sociales, Khamenei difunde acusaciones semejantes a viejos libelos antisemitas.
El ayatola pregunta: “¿A quiénes benefició el suceso de la AMIA? ¿Qué corrientes intentan seguir engañando a la opinión pública evitando que se aclaren las dimensiones del caso?” Definitivamente las víctimas no se beneficiaron, fue un golpe para las comunidades judías del mundo que están a merced del terror.
Los dos ataques terroristas más grandes ocurridos en Argentina fueron planeados de antemano, listos ante cualquier excusa. El pretexto para el primero fue la muerte de Abbas al-Musawi, secretario general de Hezbollah. Más perspicaz fue en el caso de la AMIA, anunciado con dos meses de antelación por el líder espiritual de Hezbollah, quien afirmó que el próximo asalto sería por el secuestro del dirigente Moustapha Dirani.
En el video se afirma que el memorándum podía haber aclarado los dos ataques terroristas, entonces: ¿por qué razón el congreso iraní nunca lo ratificó? Sí el régimen iraní quiere probar su inocencia, ¿por qué no permite interrogatorios, con garantías, a los acusados?
Para el régimen islamista da igual los judíos e Israel. El ataque contra la sede de la AMIA y dos años antes, contra la embajada de Israel, demuestran que los ayatolas consideran inherentes los lazos entre judaísmo e Israel. Se sirven del antisionismo como un cómodo recurso retórico.
Artículos Relacionados: