El odio es un camino sin salida

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Los jóvenes palestinos que salen a acuchillar al primer israelí que encuentren no saben

el mal que se hacen. Todos sus caminos, excepto el de la muerte, se cierran a sus espaldas. Prisioneros de un odio ciego, envenenan sus pasos. Creen, quieren creer que sus acciones disminuirán la determinación de lsrael y del pueblo judío de aferrarse a su tierra y a su país e ignoran que la poca tierra que les queda a ellos no alcanzará para sus futuras  sepulturas, que además de sus cadáveres albergarán los sueños de toda  su comunidad y tal vez de más de una generación. Lo que está ocurriendo sólo es posible de entender porque  existe, en la mentalidad árabe, la errónea creencia de que el martirio es algo bueno y que puede escogerse sin ninguna  responsabilidad, no como el de los bonzos budistas que se incineraban a sí mismo en el Tibet y para defender sus ideales, en un alarde de envidiable dignidad ética, sino arrastrando tras de sí el mayor número de víctimas.

 


Los palestinos han perdido el norte, arrastrados como se ven por el IS hacia precipicios cada vez más hondos, trágicos y oscuros. Si de verdad se confirma que el avión ruso cayó en el desierto por un acto de terrorismo, Occidente en su totalidad comprenderá al fin que con el Islam radical no hay negociación posible, o se lo elimina cueste lo que cueste o acabará devorándonos a todos en califatos sucesivos y cada vez más crueles. Estamos en guerra lo queramos o no, somos los enemigos aunque no nos guste.  Para los pobres refugiados sirios los europeos del norte son los dueños del pastel que ansían probar, y para los neonazis aquéllos el pretexto que estaban esperando para salir a matar, incendiar y aniquilar a los invasores. No se puede decir que vivimos en un momento óptimo de la Historia, así, con mayúsculas, y tampoco  que sea comparable a experiencias anteriores. Lo que acontece es inédito. Occidente es víctima del desorden del mundo islámico, no de sí mismo. Si viéramos que Africa entera se subleva por nuestro continuo expolio de sus riquezas lo comprenderíamos, pero los emiratos y, en especial, Arabia Saudita, Irán  y el Yemen, y muy en especial Siria, ¡no son nuestros feudos! Están en el mosaico musulmán, cuya idiotez mental no parece fácil de erradicar. Se asientan sobre inmensas riquezas petroleras  que hubiesen, desde hace décadas, podido solucionar el hambre y la pobreza de medio mundo con sólo dos dedos de frente y generosidad de corazón. Pero no.

 

Pero no. Como reza en la Divina comedia del Dante, lasciate ogni speranza. Los musulmanes, al menos en este período, están condenados a destruirse entre sí arrastrando en la obra a muchos, muchísimos otros pueblos: yazidíes, cristianos mediorientales, bahais, etc. Eso es lo que produce una ideología obcecada  y un atraso fenomenal.  Eso es lo que emana de sus madrasas y lujosos palacios, muerte. O latigazos a los disconformes. Y no una muerte a plazos, como decía el antisemita Ferdinad Céline, sino una muerte al contado. Total, pueden permitírselo, divisas es lo que les sobra. Cuanto más blanca la chilaba más negro el proyecto.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.