Contexto
El exhibicionismo (del latín exhibiere, “mostrar”) o apodysofilia es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva. El término también refiere específica y más convencionalmente a la conducta o perversión de mostrar los órganos sexuales y órganos considerados partes íntimas como los genitales, glúteos, torso y pechos, a otras personas. Psiquiátricamente, el exhibicionismo es considerado un tipo de parafilia o conducta sexual, y suele referirse como perversión; pero el término es incorrecto si se refiere a la vida sexual o habitual del individuo. Asimismo, existe la teoría de que el exhibicionismo se debe a un desarrollo psicosexual que no ha evolucionado, que se ha detenido en una etapa inmadura porque el individuo sufre de sentimientos de inferioridad y de trastornos de relación. Fuente: Wikipedia
Considerado parte del enorme catálogo de parafilias (patrón de comportamiento sexual), el exhibicionismo está presente de muy distintas maneras en la vida cotidiana y, sobre todo, durante el ejercicio de la sexualidad de muchas, muchísimas personas que de manera consciente o inconsciente obtienen placer a través de exhibirse ya sea frente a sus parejas o frente a desconocidos.
Cabe destacar que en México, el Código Penal considera al exhibicionismo como un delito de índole sexual y aquellos que lo cometen son sujetos de arresto y multas económicas. Sin embargo, esto no ataca ni elimina de raíz este comportamiento en aquellas personas (la mayoría hombres) que gustan de mostrarse de manera sexual en público.
El perfil del exhibicionista es un tanto contradictorio, toda vez que éste, a diferencia del abusador o violador sexual, rara vez intenta abusar de sus víctimas. Su deseo se enfoca exclusivamente en sorprenderlas, provocando en ellas reacciones de miedo, repugnancia o curiosidad, lo que le permite allegarse de una sensación de dominio y poder; pero si llegan a causar el efecto contrario, ya sea burla o indiferencia, esto puede llegar a enfurecerlos.
Pero, por ejemplo, ¿qué lleva a un hombre adulto a mostrar sus genitales, ocultos en su abrigo, a chicas de secundaria o preparatoria?, ¿qué provoca que una adolescente suba fotografías de sus senos y genitales a sus redes sociales para compartirlas con sus contactos?, ¿por qué una mujer madura disfruta llegar a su casa para cambiarse la ropa dejando la ventana abierta para que la observen sus vecinos varones? Éstas son interrogantes sumamente interesantes cuya respuesta exhibe aristas muy particulares de la psique y la sexualidad humanas.
Lo cierto es que todas estas conductas exhibicionistas bus- can un único objetivo: despertar una respuesta de índole sexual en sus espectadores y que éstos también imiten dicho comportamiento.
Sin embargo, un alto porcentaje de adeptos al exhibicionismo son personas que sufren de profundos lapsos depresivos con una enorme necesidad de llamar la atención y ser tomadas en cuenta.
Igualmente aquellos que recurren al exhibicionismo suelen ser personajes tímidos a los que les cuesta mucho trabajo relacionarse con las personas del sexo opuesto y sus episodios se presentan cuando registran algún tipo de crisis emocional, aunque en su vida cotidiana suelen tener una inteligencia normal y también un nivel sociocultural normal.
Sobre los principales tipos de exhibicionismo podemos destacar los siguientes:
- Streaking:
Cuando se opta por correr desnudo en eventos públicos, como esos espontáneos que echan a correr en partidos de futbol o encuentros de tenis. - Anasyrma:
Cuando una mujer suele levantarse la falda o el vestido frente a una concurrencia para obtener cierto placer sexual o simplemente hacer una broma. - Mooning:
Cuando se enseñan las nalgas a un público en gesto de inconformidad o broma. - Dogging:
Cuando una pareja realiza actividades en público, regularmente en parques, cines o transportes colectivos.
Y no olviden que todos los sábados los espero, en punto de las 23:00 horas, en su programa Exclusivo para hombres, que se transmite por Telefórmula (canal, 121 de Cablevisión y 121, de Sky).
Consultorio (NO) sexual
Pregunta: amo a mi novio (de hecho ya estamos comprometidos), pero hay una parte de su sexualidad que me hace mucho ruido: de pronto me propone tener sexo en lugares públicos (cines, parques, antros, metro, camiones, etcétera); según él, para elevar el nivel de adrenalina. ¿Acaso voy a casarme con un exhibicionista, debo preocuparme por ello?
Anónima (México, Distrito Federal)
Respuesta: no creo que debas preocuparte por ello o sobredimensionar la situación. Lo recomendable es que dialogues con tu futuro esposo para hacerle saber hasta qué grado estás dispuesta a colaborar con él en sus fantasías o inclinaciones y hasta qué grado ya te sentirías incómoda. Hablando se entiende la gente.
En sus palabras
“El perfil del exhibicionista es un tanto contradictorio, toda vez que éste, a diferencia del abusador o violador sexual, rara vez intenta abusar de sus víctimas. Su deseo se enfoca exclusivamente en sorprenderlas, provocando en ellas reacciones de miedo, repugnancia o curiosidad, lo que le permite allegarse de una sensación de dominio y poder”.
La reina del exhibicionismo
En el medio de la farándula es muy común encontrarnos con celebridades, hombres y mujeres por igual, que viven su estatus acompañados frecuentemente del exhibicionismo. En ocasiones, éste suele ser premeditado (como Courtney Love o Miley Cirus) o patológico (como Vanessa Hudgens o Pee-Wee Herman); sin embargo, nadie se puede comparar con la actual reina de los exhibicionistas: Rihanna. Y es que la cantante barbadense de 26 años ha hecho de esta parafilia su modus vivendi, ya que no le importa si se trata de un video, un concierto, una alfombra roja o una simple ida a la playa, le encanta enseñar… ¡y si enseña de más, mejor!
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