b. Expulsiones. Sabemos que como es un juego de equipo, la expulsión además de perjudicar al expulsado, perjudica a todo el grupo, ya que lo deja en inferioridad numérica (también sabemos que hay expulsiones justificadas y de las otras).
En este punto es muy importante que los mensajes del técnico sean claros, enérgicos y que no deje que se deslice «entre líneas» ningún elemento de agresión,. opuesto a jugar limpio.
Por ejemplo: que si el jugador es provocado (tan común en este deporte), no responda la agresión. En este caso, como en tantos otros, la función del psicólogo es de asesoramiento y de complemento de la del entrenador, ya que él es el dueño de la palabra más importante para los jugadores.
Hay una división que el año pasado, en el torneo Apertura, tuvo un número importante de expulsados (ocho y casi todas injustificadas). Un año después, en el torneo Apertura que acaba de finalizar, esta división tuvo solamente dos expulsados: la segunda división de la seis, en el ranking interno de menor número de expulsados.
¿Cómo se llegó a este logro?.
El pedido del cuerpo técnico, en ese momento de que trabajé grupalmente sobre este eje, me facilitó las cosas. Recuerdo que una de las primeras preguntas que les hice fué cuántos habían leído alguna vez el reglamento del juego: de treinta sólo uno levantó la mano, por lo que decidimos (con la certeza de que dábamos ventaja), empezar a leerlo todos juntos y a dramatizar con técnicas de roll-playing, los diferentes gestos del árbitro.
Paralelamente buscábamos y trabajábamos las razones de haber llegado a ese preocupante número de expulsiones. Ya en el torneo Clausura logramos bajar a tres, el número de expulsiones.
Luego con el cambio de año, cambió el cuerpo técnico, y vale decir que el nuevo entrenador subrayó el eje de las conductas indisciplinarias.
Hoy, podemos decir, como resultente, que el actual capitán del equipo es el jugador al que habían echado tres veces de esas ocho. Su mejoría en el plano del autocontrol obedece, como se puede ver, al mensaje claro del entrenador, al trabajo del equipo interdisciplinario, y al trabajo individual con el jugador (que incluyó entrevista con el padre). Intentando mostrarle, como objetivo de la estrategia de cambi, que esa energía mal gastada en hablar con árbitros, rivales, espectadores, etc le hacía mermar el rendimiento y el placer por el juego.
c. Lesiones. En un trabajo conjunto con el cuerpo médico, hemos detectado que un porcentaje mayor del 50% de los jugadores del interior del país (estén o no en la pensión) que están actualmente en el club, se lesionaron durante el primer mes de su llegada. Brevemente, podemoas decir, que en este tiempo de adaptación, hay dos factores causales fundamental: a) el cambio ambiental: de lugar físico (casa por pensión, pueblo por ciudad, etc), de relaciones interpersonales (lejanía de la familia y/o novia, cambio de amigos, cambio de colegio, etc) y b) el cambio de ritmo y exigencia del entrenamiento: en la mayoría de los casos, mucho mayor al que venían acostumbrados.
Nos detendremos en el primer punto. En la pensión del club, hay 21 jugadores (de la provincia de Bs As o del interior del país). Pero hay muchos más que han llegado al club y que por una cuestión edilicia no se albergan allí. La función del psicólogo de sostén, acompañamiento y asistencia, encuentra que la población que más la requiere, es la que constituyen estos jóvenes, por sus carencias afectivas, desordenes emocionales y hasta en algún caso, carencias materiales.
Luego de hacer el fichaje médico y psicológico descubrimos este procentaje. Vale decir que el factor emocional en muchos casos, y en otros el factor mental, predisponen a la lesión, de manera decisiva.
Escuchándolos, es sencillo detectar, que en muchos casos se han lesionado inconcientemente y han logrado volver con su familia, mucho antes de lo previsto. Las adaptaciones cuestan y mucho, y en cada caso particular toman un matiz diferente. Es por esto, que pautamos con el jugador y el técnico, las necesidades y frecuencia de visitas y de comunicación telefónica de cada uno. Un jugador que no se adaptó y extraña mucho, no puede rendir bien, ni integrarse al grupo.
Ya, sobre esta base de datos, proyectamos con el cuerpo médico planificar estrategias conjuntamente con los técnicos, el equipo deportivo, y los dirigentes, para disminuir este porcentaje en enero-fabrero de 1998.
También hemos implementado con el cuerpo médico, que todo jugador que padezca una lesión grave, sea derivado al menos a una charla con el psicólogo para hacer la rehabilitación psíquica, tan importante como la kinésica. Hemos visto que muchos jugadores ya aptos médicamente (con el alta), pero con miedos, pensamientos negativos y baja autoestima no pueden rendir bien o están predispuestos a resentirse.
d. Inductores de stress y e. Cigarrillo, alcohol, drogas. En divisiones juveniles, los padres son, en muchos casos, inductores de stress y agresión competitiva. Es así que antes del inicio de la competencia, organizamos reuniones con el objetivo de orientarlos y establecer pautas claras.
Hablamos de padres que son generadores de stress (¿cómo un joven puede jugar bien, si cada vez que comete un error, escucha los lamentos de la madre y percibe el rostro decepcionado del padre?), de dobles mensajes, de agresión (basta ver algunas competencias), de mala alimantación (el preparador físico se refirió a este tema), y hasta de depresión de sus hijos y de deserción escolar. Y todo esto, con las mejores intenciones.
También subrayamos la importancia del diálogo con sus hijos, ya que la aucencia del mismo es una de las causas principales del ingreso en las adicciones.
Hablamos de jugar limpio: son muy altos los porcentajes del ingreso en el alcohol y la droga, entre los 15 y los 20 años (el 80% de los que se inician). Hace casi un año se evaluó la posible instalación del control antidoping en el fútbo amateur. Las razones de este elevado porcentaje antedicho son múltiples trascienden este trabajo. Sí vale destacar, que organizamos charlas de prevención con los jóvenes, para darles información de las que muchos carecen. Les entregamos folletos ilustrativos informando sobre los efectos del cigarrillo, el alcohol, la droga y el SIDA, y hasta les enseñamos a usar un preservativo.
Finalizo el trabajo, diciendo que enseñar está mas cerca de prevenir que de curar, y prevenir tiene más que ver con entender la salud que con atacar la enfermadad.
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