UNA PERSONA QUE CAMBIO MI VIDA ¡¡¡¡
El rabino que cambió mi vida” por Isaac Sasson
tomado de “Kol The Power of 1” de IsraelBonds
Isaac Sasson y el rabino Itzjak David Grossman
Fue en abril del 2017, en uno de los tradicionales viajes anuales de ISRAEL BONDS, celebrábamos el 50 aniversario de la unificación de Jerusalém, nos encontrábamos toda la delegación en el hotel Waldrof Astoria de Jerusalém, listos para empezar shabbat, cuando se me acerca mi querido amigo DAVID BARON, y me dice que en el programa del día vamos a ir al rezo del viernes por la tarde a la gran sinagoga de Jerusalem, y nos va a acompañar un tal rabino Grossman, siendo yo una persona muy pro Israel, sionista y amigo de los más grandes rabinos de Israel, le dije no lo conozco y pensé un rabino más, en lo personal muchos de nosotros cuando vemos o vamos a conocer un rabino, solo pensamos, en un símbolo de pesos (dinero), seguro va a pedir sedaka etc.
Fuimos a la sinagoga y veo al rabino con un semblante fuerte, gran personalidad, y sentando en la silla de honor de la sinagoga, la verdad no le di mucha importancia, cuando regresábamos caminando hacia el hotel, éramos un grupo como de 12 personas, y nos encontramos de frente a un grupo de jóvenes que estaban en su viaje de preparatoria procedentes de Canadá y usa, y cuando ven al rabino, empiezan a gritar MIREN EL RAB GROSSMAN, EL RAB GROSMAN ¡¡¡ Y CORREN TODOS A ABRAZARLO, ahí pensé quien es este señor. Llegamos al hotel y el rabino me pidió que me sentara junto a él en la cena de shabbat, yo dije entre mí ya me costó¡¡, sin embargo empecé a platicar con él y de verdad tuve un sentimiento muy extraño, no era un rabino como los que conozco, me cayó muy muy bien (para ser rabino). Terminado la cena me dice, ISAAC VE A FUMAR, y yo digo que¡¡¡ un rabino en shabbat me dice ve a fumar, la verdad me moría de ganas, así que Salí del salón de banquetes por una salida de emergencia a un patio, y me quede encerrado, la puerta se bloqueaba desde afuera, empecé a llamarle a mis amigos del viaje pero ninguno me contesto, me quede ahí esperando y de repente viene alguien a buscarme y me dice, me dijo el rabino que saliera por ti, me quede impresionado. AHÍ CONOCÍ AL RABINO YISTZAK DAVID GROSSMAN.
Rab Itzjak David Grossman, Isaac Sasson y David Bar On en Migdal Ohr
Un par de días después, nos invitó a una ciudad llamada MIDGAL HAEMEK, en el norte, donde tiene su organización MIGDAL OHR, y ahí empezó de verdad mi aventura, me quede impresionado con su labor, un rabino que dedica su vida por los demás, recoge niños de las calles, discotecas, cárceles, niños abandonados y no solo les da un techo y comida sino UNA FAMILIA, ahí entendí que era diferente, el respetaba la forma de pensar y llevar la religión de los demás.
Nos llevó a una escuela de mujeres, y me sorprendió el orden y la limpieza, pero sobre todo el AMOR DE SUS NIÑOS CON EL RABINO, nos enseña la plaza central de la escuela y nos dice, me gustaría construir aquí un techo en el patio para esta escuela, sin embargo yo seguía con mi escepticismo de que cuando nos va a pedir dinero, terminado el día, nos invita a comer y a al darme cuenta, que no llegaba el momento de que nos pedirá dinero, me acerque a su ayudante y le pregunte cuánto cuesta el techo de la escuela, y me da un número.
Rab Itzjak David Grossman e Isaac Sasson
No sé qué le paso a mi corazón, pero en ese momento sentí, tenemos que participar en esto, así que en la comida hable con él y le dije si me permitía hablar con la delegación para poder juntar dinero para el techo del patio de la escuela, y me dijo adelante.
Hable con todos y les pedí su colaboración, se me ocurrió la idea, de que para no hacer sentir mal a nadie que cada persona que quería donar escribiera en un papel su nombre y el monto, y que solamente íbamos a mencionar los montos, pero no los nombres, y ahí empezó la magia, todos donaron de acuerdo a sus posibilidades, hasta el fotógrafo, el chofer del camión, todos y lo más impresionante fue que se juntó el monto exacto requerido. Mi lógica no entendía como paso eso, ahí entendí en los milagros no hay lógica.
En ese momento el rabino y un servidor simplemente hicimos click, y ahí CAMBIO MI VIDA, siendo yo un hombre soltero, rondando los 40 años, haciendo de mi vida lo que yo deseaba, entendí que la vida es mucho más que todos los logros HONORABLES Y MATERIALES, que no existe mayor satisfacción que ayudar al prójimo, como lo hace el rabino groosman.
Y si en 3 años cambio mi vida, manteniendo una relación muy cercana con el rabino, me case con una hermosa y virtuosa mujer, compañera que me dio la dicha de ser papa, de 2 hermosos varones hasta el momento y aprendí que la vida es mucho más de lo que nuestros ojos alcanzan a ver.
Agradezco a Israel Bonds ya que gracias a ellos y sus viajes, me hicieron tropezar con EL RABINO YISTZAK DAVID GROSSMAN, QUE CAMBIO MI VIDA ¡¡¡
SINCERAMENTE
ISAAC SASSON COHEN
MEXICO
Y a ti ¿Quién te cambio la vida?
Nota original en Ingles
The Rabbi who Changed my Life
Isaac Sasson
Mexico
In April 2017, I participated in one of Israel Bonds’ yearly trips to Israel. We were celebrating the 50th anniversary of Jerusalem’s unification, and our entire delegation was preparing for Shabbat at Jerusalem’s Waldorf Astoria. It was then that my dear friend, David Bar On, told me that, as part of the program, we would attend services at the great synagogue of Jerusalem, and would be accompanied by Rabbi Grossman. Being a very pro-Israel person, a Zionist and a friend of many important rabbis of Israel, I responded that I didn’t know who Rabbi Grossman was.
As I know many people do, I was expecting that if we
were going to meet a rabbi, he would likely be asking for
money-for tzedakah.
We headed to the synagogue and I spotted the rabbi– with a strong countenance, and clearly big personality– sitting in the chair of honor at the synagogue. I thought no more about it, but as a group of about twelve of us were walking back to the hotel, we met a group of youngsters from Canada and the U.S. on their high school trip, and when they saw the rabbi, they started shouting “Look, it’s Rabbi Grossman, Rabbi Grossman! And everybody ran toward him to hug him. That’s when I began to wonder exactly who this person was.
When we arrived back at the hotel, the rabbi asked me to sit by his side at the Shabbat dinner table, and I thought to myself, “I’ll have to pay for this,” but then we started a conversation and I experienced a strange feeling; he wasn’t like any rabbi I had ever met and I liked him a lot. When we finished dinner, he told me to step outside and have a smoke. I was surprised– a rabbi telling me to smoke on Shabbat? Honestly, I was dying to have a smoke! So, I went outside to the patio to smoke and got locked out. I tried to reach my friends without success, but after a while, someone came to get me, saying, “Rabbi Grossman told me to come and find you.” I was astonished! That is the story of my first meeting with Rabbi Yitzchak David Grossman.
I couldn’t understand it, but I realized miracles have no logic
A couple of days later, he invited us to a place in the north called Migdal Haemek, where he heads the Migdal Ohr organization. There, my adventure really started; I was impressed with the work he did, a rabbi who dedicated his life to serving others, taking care of homeless children and troubled youngsters. Not only was he providing room and board for them, but he made them part of a family. I understood that this man was different: he respected the way others might think and how they might approach their religion.
When he took us to a women’s school, I was impressed not only by how clean and orderly it seemed, but also by the love demonstrated by the women’s children toward the rabbi. As we were shown the school’s central plaza, he commented that he would like to build a roof there. I was still skeptical and expecting to be asked for a donation, but later, after he’d invited us for dinner and I realized he hadn’t asked for any money, I inquired of his assistant how much the roof would cost and was
given an amount.
I don’t know what happened to me in that moment, but in my heart, I felt our group needed to be part of this project. I began to talk about raising the money from the participants of the delegation.
I learned that life holds much more than our eyes can see
I spoke with everybody and we agreed that anybody willing to donate would write his or her name on a piece of paper with the amount they were donating, but only the amounts would be mentioned, without the name. Magic began! Everybody participated– the delegation, people around the delegation, the photographer, the driver… and, to my surprise, the exact amount of money was raised. Logically, I couldn’t understand it, but I realized miracles have no logic.
At that moment, the rabbi and I developed a special bond and my life changed. Being a forty-year-old single guy, living the life I wanted, I began to understand that life held much more important things for me than material or honorable achievments; I understood there was no bigger satisfaction than helping others, just as Rabbi Grossman does each day.
The close relationship I developed over the next three years with the rabbi truly changed everything in my life; I got married to a beautiful and virtuous woman, who gave me the joy of being a father to two beautiful boys. And I learned that life holds much more than our eyes can see.
I owe my sincere thanks to Israel Bonds. It is because of the organization and the annual delegations they organize that I met Rabbi Yitzchak David Grossman, whose impact on my life has been immeasurable.
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