El regalo prestado más hermoso de la vida

Y entonces nacemos y somos nosotros, sin si quiera saberlo somos nosotros, de alguna manera lo sentimos pero no entendemos, lloramos si no se ocupan de nosotros, algunos pueden llorar por horas hasta que alguien a las 3:00 AM entiende que tiene que cuidar lo que la vida le regalo, y a regañadientes, a veces hasta mentadas llega y nos ve, de repente la hora ya no importa, me carga y trata de entender porque lloro, no entiende porque. ¿Pero si ya comió, lo acabo de cambiar, que tienes? Me pregunta con voz tierna mientras acaricia mi cabeza sin un solo cabello. Nos carga, percibe nuestro aroma, ese aroma de paz, de pureza, ese aroma que solo un bebé tiene, ese aroma que no esta contaminado con nada.

Usa sus brazos como cuna, yo lo veo, le sonrío, no me siento culpable por la hora, no me siento culpable de nada, quiero sentir su calor, oír su voz, saber que no estoy solo, no por miedo, no por soledad, no… quiero sentir eso que me da con cada mirada, con su risa, con sus caricias, no entiendo bien que es pero se que es algo que no quiero olvidar nunca, se que eso que siento es tan necesario como comer y dormir.

Me mira fijamente y sonríe, entiende entonces que solo quería sentir (y hoy entiendo que quería sentir) el amor que solo los padres sienten, y entonces sin saber exactamente que pasa mientras sus brazos se vuelven mecedora me quedo dormidos con una sonrisa pintada en el rostro, entonces sus brazos se vuelven cuna y su pecho almohada, despertamos horas después y vemos una sonrisa pintada en su rostro mientras duerme, sé que me pudo dejar en la cuna pero prefirió dormir en el sillón para que soñáramos juntos.

Así paso el tiempo, caminé por primera vez recuerdo perfecto el momento que solté sus dedos que yo tomaba con ambas manos por primera vez, di tres pasos y sentí lo feliz que era al verme caminar, yo no entendía porque sentía felicidad, yo quería seguir tomado de sus dedos no quería que me soltará, no entendí porque el alejarme lo hacía feliz. Decidí en ese momento tirarme al suelo, el corrió hacia mi, me abrazo sentí mas amor que nunca vi. En sus ojos lo orgulloso que estaba, y entonces entendí…

Me puso en el suelo mientras buscaba la cámara, como lo había hecho desde el momento que nací (créanme tengo la fotografía para demostrarlo), en ese preciso momento entendí que estos primeros pasos eran el principio de un largo camino, nunca antes imaginé que en algún momento ya no necesitaría de sus dedos para andar, ni de su pecho para dormir.

Me levante ayudado de la silla junto a mí, y caminé hacia el, nunca más me volví a tirar al piso, cuando me vio sonrió, pero en sus ojos observé todo su amor pero también Vd. que el sabía que yo tenía un camino por andar, y que no siempre estaría cerca, no sé si la lágrima que derramo al tiempo que me cargo y me abrazo era de felicidad, lo que si sé es que a partir de ese momento aprovechó cada momento que pudo para hacerme sentir amado.

Corrí no mucho tiempo después de haber dado mis primeros pasos, y me caí muchas veces, recuerdo que me dijo muchas veces “tienes que aprender a caminar antes de correr”, mientras lavaba los raspones previo a la aplicación de Mertiolate “va a arder tantito” me decía, antes de aplicar el terrible liquido morado (también había blanco) que ardía más que tantito, la primera vez que me lo puso lloré, y pude ver como sentía mi dolor. Después deje de llorar porque no quería que el sufriera, no es que me dejara de arder, pero creo que fue la primera vez que concientemente entendí que cuando alguien te ama comparte tu dolor, y yo no quería que el sintiera dolor.

Pero su dolor era más profundo, con el paso de los años necesité menos de él, y él me dejó…una sola vez me enseño a amarrarme los zapatos, una sola vez, claro la cámara la foto y su mirada, esa mirada de orgullo, esa mirada de amor, esa mirada que sabe que di un paso mas, que me alejaba y que cada día que pasaba me alejaba de esos dedos que yo agarraba con mis manos y con todas mis fuerzas para no caer, esa mirada no la olvido, porque siempre la conservó.

La conservó cuando fui a la escuela por primera vez, cuando metí mi primer gol y lo Vd. parado cerca del entrenador sonriendo y gritando mi nombre para que todos supieran que era su hijo yo era feliz de que el estuviera orgulloso de mi, claro no faltó la foto la cuál conservo, y aunque es en blanco y negro yo recuerdo los colores de mi uniforme, de su camisa del cielo y esas nubes rosas que tanto le gustaban a el, pero lo que mas recuerdo son sus ojos verdes que al verme me dejaron saber cuanto me amaba aunque nuestros caminos nos alejaran, supe entonces que no siempre estaría cerca de el, entendí por que las fotografías, porque dormir en el sillón abrazándome, llegue a pensar incluso que usaba Mertiolate para que no corriera tan aprisa para que camináramos juntos más tiempo.

Pero no, el no uso el Mertiolate para que me doliera y no corriera, lo uso para que me curara pronto y pudiera seguir corriendo, ¿como lo sé? Lo se porque ahora yo soy padre, porque ahora entiendo que aunque el Mertiolate no sirve, lo que sirvió fue el que el se preocupara, que no me dejara tirado, que me empujara para seguir.

Los hijos son el regalo prestado más valioso que la vida nos da, el amor que sentimos por ellos es para siempre…y duele cuando se alejan, duele cuando tu camino y el de ello se separa, algunos toman un camino paralelo donde de alguna manera compartimos sus vidas y les demostramos nuestro amor hacia ellos de la mejor manera que podemos para estar cerca de ellos entendiendo que la vida nos dio la oportunidad de sentirlos cerca, de saber que una parte de nosotros se queda con ellos y que siempre los amaremos estén donde estén.

Mis hijos crecen rápido, ya no pueden dormir en mis brazos, ya no necesitan que les ayude a caminar, los veo menos que antes, y menos los veré en unos años más. Pero yo que no entendía porque mi padre tomaba tantas fotografías de mi entiendo ahora mirando las fotografías de mis hijos lo que mi padre quería al tomar cada fotografía. Quería como yo sentir lo que siento con el recuerdo de cada fotografía y saber que amo a mis hijos y los seguiré amando siempre como cuando ese día a las 3:00 AM me paré a ver porque lloraba y como lo hicieron conmigo me dormí con el en mi pecho con una sonrisa que me acompaña siempre.