por: JORGE VILLEGAS HERNÁNDEZ “eltíojorge.com”
fotografías y tráiler: KARMA FILMS
Peculiar Triángulo Amoroso de
Thomas, Oren y Anat
Un hombre joven y bueno, si se le puede decir así. ¿Por qué no?
Huérfano de mamá; y posiblemente de papá, lo cual no se sabe bien; aunque que el progenitor estuvo siempre ausente en su vida.
El caso es que este aún joven, nació y se crió bajo la tutela de su abuela materna, en un pequeño pueblo aledaño a Berlín.
Fue con esta señora donde aprendió el arte de la repostería qué es lo que le da el sustento en la actualidad.
Esto es lo que el repostero platica acerca de sus recuerdos. Si es cierto o no, eso ya es ensalada de otra lechuga.
Muy aplicado en su trabajo, ubicado en una pequeña cafetería y pastelería; o tal vez al revés, transcurre su día a día sin mayores contratiempos, y sin mayores angustias tampoco. Bueno tampoco grandes alegrías. Una vida más común que corriente. El es Thomas.
Ahí comienza la historia de la película, que es la que no se va a contar; sino más bien a proporcionar algunos detalles, que llaman bastante la atención.
Entre la gente joven joven, joven, y menos joven; es muy común que los viajes relajen los sentidos, la conducta, y hasta la moral ¡o la falsa moral!
Por una situación verdaderamente fortuita, llega otro joven, que vive en Jerusalén. Un especialista de una empresa tranviaria, que viaja a Alemania periódicamente, por un estricto sentido de trabajo; y quien aprovecha su juventud, para darse “libertades”. Él es Oren.
Transcurre un año de su peculiar amistad; y de repente desaparece de la vida del repostero su “amigo”.
Llega la curiosidad, llega la obsesión llega mucho más que eso.
Y empieza una extraña búsqueda de los porqués, los orígenes, y los motivos de cómo este israelí lleva a cabo su vida cotidiana.
Ahí busca y conoce a la esposa de Oren. Ella es Anat.
¿Qué sucederá?
Algo que traspasa los tabúes de la homosexualidad, los grandes problemas del engaño y la infidelidad (ya no tan importantes); pero sobre todo la intromisión hacia la intimidad de los vivos a los muertos, y de los propios vivos a los otros vivos.
Existen tres cosas que llaman la atención sobre esta película, tan difícil, pero tan exquisitamente tratada:
- Un extraordinario sound track; o pista musical, para no sonar tan “pocho”
- La “revancha de la discriminación”; al retirarle al restaurante de Anat el Certificado Kosher, por trabajar en su negocio, un repostero alemán
- Son más explícitas (bastante más), las escenas heterosexuales que las homosexuales; cuando el nudo de la trama surge de las segundas. Como que no le cabe muy bien al Director la homosexualidad “visual”…a estas alturas del partido.
Bueno, el caso es que la llegada de Thomas a Jerusalén, provoca una serie de situaciones; y se gesta un cambio radical y definitivo en “El Repostero de Berlín”
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