Cuando leí esta frase que comprende el presente título por primera vez, pensé que tal afirmación estaba fuera de la razón; no tenia lógica; era contraria a todo pensamiento racional. El porqué me aparecía evidente, pues al sentir vivimos, nos preservamos, nos alimentamos, amamos, nos desarrollamos física y mentalmente; y finalmente, por el sentir morimos.
Por sentir nos damos cuenta de que vivimos. Es como una guía dentro de nuestra existencia. Mas raro aún se me hacía, que estos conceptos los hubiera escrito un filósofo de gran talla como Aristóteles; un filósofo griego que no obstante el tiempo que ha pasado desde su época, conserva su vigencia; ese mismo personaje que fue estudiado a fondo por Maimónides.
¿Cuáles serían las razones para que Aristóteles afirmara sin duda, de que la acción de sentir -tanto en animales como en seres humanos- es una imperfección?…Busqué y encontré en la baraja de la filosofía, el as bajo la manga, dando por resultado el que: “el sentir humano es una imperfección comparado con D-os.
¿Por qué?…porque la acción de sentir es la clara señal de carecer de algo; algo nos falta, algo deseamos, algo nos asusta, a algo aspiramos. Todos estos conceptos humanos y más, nacen del sentir, y todas estas sensaciones humanas son una imperfección comparadas con el Ser Supremo.
Por lo tanto concluyo que sentir es una imperfección que nace dentro del ser humano, ya imperfecto desde el principio de su vida. Por ello el Talmud nos dice:
“Contra tu voluntad naciste, contra tu voluntad morirás; queda en tus manos y en tu conciencia, qué haces entre ambos límites”.
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