Hace algunos días llegó a su fin, de forma trágica, el secuestro de los tres jóvenes —Gilad Shaer y Naftali Frenkel de 16 años; Eyal Yifrah de 19 años— cuando sus cuerpos fueron hallados casi tres semanas después de su desaparición. Los hechos señalan claramente el involucramiento de Marwan Kawasmeh y Amer Abu Yisha, dos terroristas de Hebrón, afiliados a Hamas. El pueblo de Israel y el mundo judío están de duelo, ya que desde el momento de su plagio todos estuvieron unidos en el anhelo de encontrarlos con vida. El hallazgo de los cuerpos provocó sentimientos de profundo dolor, ya que el único motivo de su asesinato fue ser judíos. Dicho esto, debemos rechazar todo tipo de actos de violencia y venganza.
El secuestro ocurrió tan sólo algunas semanas después de la formación del nuevo gobierno de Unidad Nacional OLP-Hamas. Hamas es una conocida organización terrorista cuya ideología y agenda se caracteriza por un antisemitismo y antioccidentalismo extremo, y su visión del conflicto israelí-palestino no es de un enfrentamiento político que puede conducir a la negociación, sino que es visto como una guerra santa en donde los “infieles” no tienen derechos ni legitimación. Como consecuencia, Hamas no ve una solución de un Estado palestino junto a un Estado judío y no ofrece una esperanza para la paz. Al contrario, aboga por la continuación del uso del terrorismo en contra de los judíos y el Estado de Israel. Estos son los motivos por los cuales el gobierno israelí ha llamado a la disolución de la alianza de la Autoridad Palestina, bajo el liderazgo de Mahmoud Abbas, con Hamas. Si dicha unión conduce a un proceso de elecciones en algunos meses, donde participan un Hamas que continúa rechazando las condiciones del cuarteto internacional (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y la ONU) de renunciar al terrorismo, reconocer al Estado de Israel y reconocer los acuerdos firmados entre Israel y la OLP, los resultados de dichas elecciones legitimarán al terrorismo y no a la democracia palestina. Quedará por verse si Abbas —después de sus fuertes condenas en contra del secuestro— arrojará las conclusiones evidentes en cuanto a las relaciones con Hamas.
Durante la operación militar que llevó al descubrimiento de los cuerpos, fueron detenidos más de 50 exprisioneros que fueron liberados hace dos años, durante la negociación que llevó a la liberación del soldado Gilad Shalit de manos de Hamas. Ello, porque no cumplieron con las condiciones establecidas dentro del marco del acuerdo con Israel, de abstenerse de cometer actos terroristas y/o de pertenecer a una organización terrorista, así como de instigar a ello. Estas detenciones, que incluyen a uno de los sospechosos en otro asesinato de un oficial israelí hace tres meses, subrayan el dilema con el cual se enfrenta un gobierno democrático al liberar o no a terroristas dentro de transacciones como consecuencia de secuestros de sus ciudadanos.
La lucha contra Hamas ocurre en paralelo al fortalecimiento del grupo ISIS —terroristas extremistas sunitas en Siria e Irak, cuyos logros pueden amenazar también a países como Líbano y Jordania— además de la creciente presencia en países occidentales de sus ciudadanos que regresan de luchar en el marco de ISIS y están motivados a cometer actos terroristas en contra de los “infieles”. Sin duda, una situación muy
preocupante que tendrá grandes repercusiones a corto y largo plazo sobre el rostro de Oriente Medio y más allá.
Embajadora de Israel en México.
El preciso día, que los chicos secuestrados fueron encontrados:
Enojo, impotencia, dolor pero más que nada tristeza se instaló en mí.
Estoy de luto.
Y de luto no he publicado, escrito, reído.
No he salido de mi casa.
Porque el luto, es impasse de vida.
En todo.
EN EL ENVÍO DE MI COLUMNA SEMANAL A DIARIO JUDIO: TAMBIÉN©®
Mirta S. Kweksilber, columnista de diariojudio.com