Conmemorar la Pascua Judía es para muchos de nosotros una tradición milenaria y simboliza no solo la salida del Pueblo Hebreo de Egipto, sino también la ruptura de lo que hasta la fecha se conoce como el mayor Éxodo, que una Nación entera estuvo dispuesta a realizar, cruzando todo un desierto en busca de su libertad, guiados solo por la voz de un Di-s invisible, contrario a toda tradición idólatra que había regido las mentes de gran parte de los habitantes de ese inhóspito y árido territorio de faraones y pirámides.
Y quienes se vieron obligados a enfrentarse a la Vida Misma, alimentados por mucho tiempo solo con Maná del Cielo y la esperanza de que algún día, llegarían a ser dueños de sus propios destinos, más allá de la esclavitud que los mantuvo cautivos desde siempre y que durante décadas, hizo flaquear sus fuerzas pero no sus corazones. Los cuales estuvieron atentos al llamado de fe, en un solo Di-s, que los guiaría a protagonizar su más grande desafío, el luchar por su derecho a Vivir Libres de las cadenas de la opresión y explotación que los tuvo presos en nombre de un Imperio regido por dioses de piedra y arena.
Siendo el Pueblo Judío, ejemplo hoy más que nunca, de lo que significa resistirse y oponerse, a ser sometidos a las más cruentas y denigrantes tareas, para no consolidar el desarrollo y expansión de la esclavitud, que todavía hasta nuestros días, es un flagelo presente en nuestra sociedad, el cual, aqueja a un sector de la población que no ha podido enfrentar el hecho de no ser convertidos en miseria humana, en las manos de déspotas que se hacen llamar incluso, Primeros Ministros de Gobierno, cuando en realidad lo que son, es Dictadores de sus propias naciones.
Por ello, ser consciente de Pesaj, es saberse libre de cadenas no solo físicas sino también mentales, en donde todos los judíos del mundo sean o no practicantes ortodoxos de su fe, son vivos representantes del Sentido de Libertad que es inherente a todo ser humano y el responsable de que seamos los dueños de nuestros propios destinos, en el ejercicio de nuestro Libre Albedrío, pero guiados por un Decálogo que ha sido durante miles de años la esencia de los primigenios Derechos; esos que han regido a todo un pueblo de hebreos más allá del tiempo, y que en la actualidad fungen como base de una libertad que se reconoce a sí misma como única y diferente, alrededor de todo el continente.
Así que vive Pesaj, sintiéndote el dueño de tu propia vida, ya que los derechos de los que gozas ahora mismo, son el reflejo de siglos de luchas y batallas, donde el esfuerzo y determinación de un Pueblo, constituyen el ímpetu que alberga hoy en tu corazón como guía de una identidad que se basa no solo en la fe, sino también en la razón…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
08 04 2017.
Artículos Relacionados: