Como sabemos el inicio de las elecciones presidenciales ya están en puerta.
Lo que nos lleva a cuestionarnos ¿Cuál va a ser el tono y contenido de la contienda?
A diferencia de hace seis años, hoy las redes sociales, tienen un papel importante y a veces determinante en las campañas políticas. Claro es el ejemplo que nos mostraron las últimas elecciones estadounidenses.
El uso de las redes sociales en las plataformas Facebook, twitter y demás, sirvieron como herramienta fundamental para llegar a más lugares y por lo tanto a más gente. Donald Trump consiguió el triunfo de la presidencia, en parte, gracias a los nuevos medios de comunicación electrónica, hecho que el mismo ha admitido, enfatizando que en su campaña el poder de las redes sociales fue determinante.
Esto aunado a otros factores, entre ellos, el empuje por parte de los rusos creando miles de cuentas en las redes sociales de personas inexistentes o fantasmas que pujaban por medio del bombardeo de propaganda hacia la figura de Trump creando un tráfico intenso y constante a favor de la candidatura de Donald Trump.
Otro elemento nuevo en las contiendas electorales es el uso de las frases cortas y pegajosas, invadiendo todos los espacios visuales, los medios de comunicación y redes sociales, tal es el caso del lema en la campaña republicana: “Make America great again”.
La candidata demócrata Hillary Clinton en su nuevo libro comentó que ella trabajó en la campaña bajo un modelo tradicional, como se ha hecho anteriormente y a lo largo de la historia electoral de E.U. Sin embargo, Trump cambió la jugada, introduciendo elementos nunca antes vistos en unas elecciones.
Trump inauguró un nuevo estilo de lo que el llama “campaña”, una comedia vulgar y barata de lo que él cree que es política.
Valiéndose del uso de un lenguaje ordinario, rústico, irrespetuoso y corriente, logró descalificar y desacreditar a su contrincante, la cuál se vio expuesta a insultos y ofensas ante todo el público norte americano y mundial.
El resultado, una contienda ruda, apolítica, e irreverente, poniendo en la mesa el tema de importancia: la exhibición, intimidación y descalificación de su adversario; envés de ocuparse seriamente de los temas que atañen al país.
La cuestión que nos atañe es si México imitará el patético modelo de campaña estadounidense. Hay elementos que lo indican, el uso de temas populistas para culpar a los de arriba y al partido en el poder, de nuestra tragedia nacional, el implementos de lemas cortos y pegajosos, la aparición constante de candidatos en los medios haciéndose propaganda en tiempo no destinado a campaña electoral, muestran que sí, en efecto de cierta forma se ha copiado el modelo norteamericano.
Esperemos que nuestros candidatos emprendan una campaña digna y respetuosa, profundizando en los temas importantes que atañen a México, dejando a un lado la descalificación, el insulto, y la humillación, mostrando así lo que orgullosamente nos distingue de los americanos.
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