Ella conoce todos mis secretos…
La busco, la encuentro. Siempre dispuesta a escuchar…
Me invita siempre a conocerme más…
Es mi refugio en las horas difíciles…
Con ella puedo pensar para luego actuar…
Ella me ayuda a encontrar el camino hacia Dios…
Por ahí alguien me pregunta.
– ¿Quién es?
– No te escuché.
– ¿Qué de quién se trata? alzando la voz.
– Se trata de Mi Soledad.
Artículos Relacionados: