En la bellísima ciudad de Puerto Vallarta, inundada por turistas norteamericanos y canadienses, tuvimos la oportunidad de platicar y convivir con Hugo Sánchez Márquez, considerado el mejor futbolista mexicano en toda la historia por sus logros, goles y poder de convocatoria y solo comparado con Horacio Casaríam otro ídolo nacional que hacía vibrar a las multitudes.
Compartimos el que ambos tuvimos de entrenadores a Diego Mercado (fue quien lo descubrió), y a Alfonso Portugal, “El Pescado” quien fue su suegro y con ellos estuvimos en los procesos Olímpicos de los años setenta y un servidor de compañero de su hermano, el Arquero Horacio Sánchez.
Hugo nos platicó que estaba en plan de vacaciones y descanso con su familia y que recuerda muy bien al CDI y allí varias veces fue el con su hermana Herlinda que fue gimnasta Olímpica.
Incluso el Profesor Diego Mercado fue su asesor en Pumas cuando fue entrenador y ganó el bicampeonato de liga.
Jugador de Pumas y del Real Madrid que ha sido el único club con nueve Orejonas (Champions) y que va por su décima.
Lo recordamos y se lo dijimos cuando su hermano lo llevaba al Centro de Capacitación a ver las prácticas de la Preselección Olímpica para Múnich 1972 y ya mostraba de lo que sería capaz más adelante.
Multicampeón con el Real, con Pumas y goleador de locura, este hombre polémico, triunfador y “diferente”, nunca se ha conformado con lo que ha logrado, pues sus metas se convierten en medios para seguir adelante.
Goles de todas las manufacturas posibles, de chilena, de cabeza, de derecha, de zurda y manejando ambos perfiles y mundialista varias veces sin olvidar el México 1986 bajo las ordenes de Bora Milutinovic.
En la Olimpíada que asistió en 1976, en Montreal, Canadá, jugó frente a Israel y empataron a dos goles en trepidante juego y fuimos testigos de ese cotejo.
Tuvo de mentores a los dos mencionados técnicos que ambos pasaron por el Club Israelita y dejaron escuela y enseñanzas y siempre sus equipos están en la cúspide de los torneos pues los hacen competitivos.
Diego vive en Guadalajara, en la Colonia Chapalita y Don Alfonso, en Puebla y son recordados por todos con cariños, agradecimiento y admiración.
Hugo a sus casi 56 años, ha ganado algo de peso, se desenvuelve con mucha soltura, producto de su experiencia, facilidad de palabra, un experto en lo que hace y un ejemplo de lo que se puede lograr primero teniendo TALENTO y luego esfuerzo, voluntad y sacrificio porque nos consta que era el primero en llegar y al terminar la práctica se quedaba a practicar remates y tiros de táctica fija.
Un bombardero sensacional y al que algunos no le reconocen méritos y esto no es de que nos “caiga bien”, sino de demostrar que se es el mejor y este mexicano lo ha logrado con creces.
Una muy grata experiencia, un convivio muy agradable y una oportunidad de actualizarnos entre los grandes.
Queda pendiente una visita a nuestra institución.
Los grandes, lo son por sus acciones y por la aceptación generalizada.
Hugo triunfó en América y en Europa y mostró ser el mejor.