El tema de violencia domestica tomo más fuerza y forma desde el caso de O.J. Simpson, pero en verdad ha existido desde que tenemos conciencia de la humanidad. ¿Qué es violencia domestica? ¿Se refiere al pegar o maltratar al compañero? ¿Se refiere de tomar ventaja y justificar estas acciones? No podemos sacar el termino de violencia domestica de su contexto cultural, ya que cada sociedad tiene sus normas y valores, pero definitivamente en los valores de las sociedades occidentales este concepto ha ido tomando su forma, sentido y su fuerza.
A partir de los valores de la sociedad moderna donde se propone una igualdad de derechos y de obligaciones sin distinguir el sexo de la persona, este concepto ha sufrido en algunas familias/ parejas la negación inconsciente o consciente de parte generalmente del hombre, en una proporción estimada de 5 a 1, que esa persona tiene el derecho a controlar a su pareja. La esencia de la violencia domestica está basada en el querer controlar o tener un exceso de poder sobre la otra persona.
En verdad lo único real que podemos llegar a controlar es a nosotros mismos, el segundo circulo, que incluye pareja, familia, trabajo, escuela, el lugar donde vivimos y la gente que tenemos contacto de forma constante, lo único que podemos llegar a obtener es el poder impactar o influir , pero nunca controlar. La violencia domestica se da a partir de que a través de la necesidad de controlar el segundo circulo, la persona utiliza técnicas agresivas o sutiles para tratar de lograr sus objetivos.
Algunas personas dirán que si es posible controlar a la otra persona, como lo que sucedió en los campos de concentración en el holocausto, pero Víctor Frankl que estuvo en Auschvitz, en su libro; El hombre en búsqueda de sentido, escribe que la última decisión de cómo queremos sentirnos, la tiene cada persona, por lo que no hay manera de que pueda controlar en todos los sentidos a otra persona.
La violencia domestica no solamente abarca el abusar físicamente a la otra persona, pero incluye al igual abuso emocional, sexual, moral, espiritual y psicológico; tomando en cuenta el principio de que la persona que abusa tiene la necesidad de dominar al otro para sentirse más seguro de sí mismo, y de sus circunstancias. Detrás del perpetrador hay una parte insegura, con carencia a poder dialogar diferencias, a manejar opiniones distintas y esa misma inseguridad hace que necesite utilizar técnicas de control para sentir que la relación está bajo el control que él o ella requiere.
Las características del perpetrador son muy variables y sería casi imposible describirlas en un artículo, pero una características de una parte de la población hispana es la de los dobles estándares. Aunque la sociedad legalmente propone igualdad de derechos también en este tipo de sociedades, en algunos casos estamos hablando de dobles estándares, o sea distintas reglas para los hombres que para las mujeres. En otras palabras, cosas que se le permite al hombre, como tener una segunda mujer o amoríos, en algunos casos se le ve como mas hombre, pero si una mujer las tuviera se le vería como una mujer sin principios.
Esto en si no va a provocar violencia domestica, solo en el caso de que la persona que es engañada, o compartida, no esté de acuerdo con esto y que no haya la capacidad de dialogar para resolver estas diferencias. En este caso, la persona que tiene este doble estándar, y que siente que es su derecho a seguir así, utilizará todos los medios de controlar y que las circunstancias no cambien.
El circulo de poder y control nos indica 8 posibles áreas de abuso, estos son: usar la intimidación que es provocarle miedo a la otra persona. Abuso emocional, haciéndola sentir de menos o insultarlas con nombres ofensivos. Aislamiento, que es controlar lo que la otra persona hace. Desvalorizar, negar o culpar a la otra persona, sin poder tomar responsabilidad por sus propios actos. En caso que haya niños, manipular a través de los niños, haciendo sentir que es una mala madre/ padre. Abuso económico, que incluye quitarle su dinero, o no dejarla(o) ir a trabajar, o obligarla(o) a pedir dinero. Privilegio masculino, que es tratarla como una sirvienta, incluyendo la posibilidad de obligarla a tener relaciones en contra de la voluntad de la otra persona, y por último las amenazas que incluye asustarla/o de dejarla/o de quitarse la vida o matar a la otra persona.
En otras palabras, utilizando un concepto de Martin Buber, la mayoría de los casos de violencia domestica se dan en una relación yo-ello que es en sí una relación sujeto a objeto u objeto a objeto. En relaciones yo-tu, o de sujeto a sujeto, la posibilidad de violencia domestica disminuye considerablemente, ya que está involucrado la esencia del ser contactando con otro ser y no con “algo”. Cuando hay la capacidad de un encuentro de respeto, de cercanía emocional y anímica, empatía, disminuye la posibilidad de que haya violencia domestica.
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