Cuando hablamos sobre la fe generalmente hacemos referencia a ese concepto que aduce al cúmulo de creencias religiosas que se expresan en la confianza de las palabras que en su momento fueron reveladas, o por lo menos eso es lo que la mayoría de los creyentes de cualquier doctrina argumentan sobre el tema. Sin embargo, las creencias en general son el reflejo del compromiso que tengamos en relación con una noción cualquiera de algo, llámese Di-s, el Cosmos, la Naturaleza u otra divinidad históricamente establecida.
Por ello es fundamental para muchos entender la fe como ese compromiso testimoniado por la “divinidad” o en sentido estricto dirían otros, la manifestación del nacimiento de Di-s en el Hombre. Pero si esto es así, ¿por qué Di-s se manifiesta de maneras tan extrañas en gran parte del mundo permitiendo que se cometan tantas injusticias y aún más por la fe que profesan unos sobre otros?
Pues bueno, esto es un tema un poco escabroso para iniciar una discusión al respecto o sin respuesta para aquellos que viven en el mundo de los absolutos pero para otros que nos situamos en medio de todo, no lo es tanto. Ya que fe y religión no necesariamente a lo largo de la historia han ido de la mano sin ningún interés de por medio y esto se puede corroborar al analizar el sinnúmero de guerras, en donde profesar una religión y por ende tener fe en tal o cual dios, no tuvo en realidad ninguna injerencia en la conquista de un pueblo, sino más bien fue la excusa perfecta para las ansias de poder y lucro de sus invasores.
Los cuales se han visto legitimados durante siglos para cometer una serie de asesinatos, despojos e imposiciones de una cultura frente a otra y que hasta nuestros días todavía se amparan en la fe y religión de algunos para validar las atrocidades cometidas alrededor del mundo por otros.
Y cuyos seguidores en realidad, no están comprometidos con una expresión religiosa sino solo con sus propios intereses económicos que se incrementan día con día al controlar y someter a sus pobladores quienes son el reflejo de como el mundo en la actualidad, no es tan diferente de ese pasado que nos parece a veces tan lejano y prácticamente superado solo por los avances científicos y tecnológicos, ya que en estricto rigor estamos atrasados en el respeto a los Derechos Humanos que deberían recordarnos que toda persona es libre de seguir determinada religión y profesar o no su fe.
Sin ser manipulados ni perseguidos, simplemente como una expresión de que Di-s habita en el corazón de todos sin distinción alguna y sin perjuicio de nadie, llámese Judío, Cristiano, Musulmán, Budista o cualquiera que tenga fe en un dios que no considere que quitarle la vida a tus hermanos sea parte de un plan divino donde se justifique la muerte de los otros en nombre de una doctrina religiosa.
Por ello es fundamental si vives cobijado a tus creencias que estas no pongan en riesgo la vida de tu prójimo porque en fin y al cabo, este es solo un reflejo de ti mismo…
(Especial para el Diario Judío.com de México.)
12 04 2014.
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