Escalada de Precios en Productos Básicos

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En los dos últimos años los precios internacionales del petróleo, diversos minerales y productos alimenticios, especialmente el trigo, el maíz y el arroz, alcanzaron niveles máximos que contrastan con su tendencia en los ochentas y noventas y los mínimos del 2000. En este sentido, en la revista “Finanzas y Desarrollo” (FD) del Fondo Monetario Internacional del mes de marzo del 2008, se consigna que el repunte de cotizaciones en productos básicos ha traído grandes beneficios a naciones productoras y exportadoras de los mismos, particularmente emergentes y en desarrollo, reactivando la inversión en diversos sectores tras un largo periodo de escaso dinamismo. Asimismo, en FD se indica que “en los mercados financieros los productos básicos se han convertido en una categoría más dentro de la gran variedad de activos”.

No obstante que en los países consumidores e importadores de productos básicos se manifiesta una afectación en su poder adquisitivo, e incluso, en algunos de ellos malestar social por escasez de alimentos, la repercusión de la alza extraordinaria de precios ha sido hasta ahora moderada en los procesos inflacionarios y en el crecimiento económico mundial.

El vigoroso avance económico que se ha experimentado en diferentes economías emergentes, China, India y del Medio Oriente, principalmente ha derivado en un significativo aumento de ingreso per cápita de sus habitantes; paralelamente han registrado importantes incrementos demográficos y acelerado sus procesos de industrialización y urbanización, induciendo a un dinamismo sin precedentes en su demanda de bienes; así por ejemplo en el mercado petrolero las compras de China, India, y del Medio Oriente representó el 56.0% de la expansión del consumo de crudo entre el 2001 y el 2007. Igualmente, el aumento de número de propietarios de vehículos en China originado en la elevación del ingreso per cápita de sus habitantes, provocó que las ventas de autos se quintuplicaron en el periodo mencionado.


En este ámbito, la ascendente industrialización de las naciones emergentes ha elevado notablemente su consumo de electricidad, fundamentado en combustibles, particularmente en China. La Agencia Internacional de Energía ha señalado que en el próximo lustro las economías emergentes y en desarrollo acrecentarán su consumo energético a una tasa anual de 3.5%, comparado con 1.5 % de las naciones avanzadas. En el 2006 una quinta parte del consumo mundial de trigo, arroz y soya, se generó en China, esta última es ya la principal nación importadora mundial de soya y consume 40.0% del total de las exportaciones de este producto. También en China el consumo de carne se ha acrecentado notablemente: de 20 kilogramos per cápita en el 2000 a 50 kilogramos en el 2007.

Otros factores que han provocado la escalada de las cotizaciones alimenticias se vinculan a condiciones meteorológicas adversas, en parte por el cambio climático, plagas y los subsidios agrícolas que otorgan las economías ricas a sus agricultores y que han restado rentabilidad a los procesos más eficientes y baratos de otros países. Los altos precios del petróleo también han contribuido al encarecimiento de los alimentos por el mayor uso de biocombustibles que a su vez de manera productos agrícolas, disminuyendo la oferta de estos últimos para la alimentación, sobre todo la del maíz. Ciertamente, desde la crisis del petróleo de los años setentas del siglo pasado, se inició la era de la combinación de biocombustibles con derivados de petróleo, lo que significó comercializar la gasolina con la adición de 10.0% de etanol, incrementando su octanaje y reduciendo las emisiones de gas. Así, la producción de combustibles está desviando entre el 20.0% y el 50.0% de los productos destinados a la alimentación de animales, sobre todo de maíz y colaza.

Hoy día la oferta de biocombustibles para el transporte sólo representa 1.5% del total, no obstante, se estima que los precios de los alimentos seguirán resintiendo presiones alcistas en el mediano plazo en virtud de que la Ley de Energía de EUA del 2007 “casi quintuplica la meta de producción de biocombustibles, hasta 35, 000 millones de galones en el 2022 y la Unión Europea ha resuelto que el 10.0% de los combustibles para el transporte utilicen biocombustibles en el 2020”.

En EUA hay más de 100 fábricas de etanol que consumen al año 40 millones de toneladas de maíz como insumo, asimismo están en proceso de construcción y expansión 60 plantas adicionales. Las plantas existentes no son adaptables para procesar alguna otra materia prima diferente del maíz. La producción de maíz que EUA destinó al etanol ha pasado de 6.0% del total en el 2000 a 20.0% en el 2007, monto que se equipara al volumen de exportación de ese producto de ese país. EUA y Brasil aportan 70.0% de la producción mundial de etanol; el de Brasil se elabora con caña de azúcar al igual que en la India que es el cuarto productor mundial de etanol. China es el tercer productor mundial de etanol con base en maíz, destina un millón de toneladas métricas para este propósito, 15.0% de su producción nacional, empero, su meta es alcanzar seis millones de toneladas en el 2010.

La demanda de productos agrícolas para la elaboración de biocombustibles no sólo incide en la evolución de sus precios, también tiene efectos en cadena; así por ejemplo, una menor oferta de maíz repercute en los precios al alza de productos cárnicos y lácteos.

En este contexto, en FD se afirma que la elevación de la demanda por si sola no puede explicar el alza extraordinaria y persistente de los productos básicos, si no que a la vez repercuten factores de oferta, debido a que esta última ha tenido un ajuste lento en función de los nuevos niveles de demanda; esto acontece especialmente en el sector petrolero en razón de situaciones estructurales como la reducción del tamaño medio de los yacimientos y de los desafíos derivados de la creciente dependencia de la producción de pozos no convencionales en aguas no profundas, del incremento de la demanda de equipos y servicios petroleros y la insuficiencia de mano de obra calificada.

A pesar del ensanchamiento de la producción de básicos, la sobredemanda de éstos ha reducido sus inventarios de manera notable, presionando sus precios. Así por ejemplo, las existencias de petróleo en las economías desarrolladas se redujeron marcadamente en el 2007 y la de los principales metales descendieron a niveles críticos en los dos últimos años; los inventarios de maíz y trigo han llegado a niveles mínimos en una década.

De acuerdo a FD, las cotizaciones de los productos básicos también se han visto influenciadas por la baja de las tasas de interés, que estimula su demanda y por la depreciación del dólar, ya que la mayoría de los productos básicos se fija en dólares, especialmente el petróleo; con la depreciación del dólar los productos básicos son menos costosos lo que favorece su demanda; por lo demás, la depreciación disminuye los rendimientos denominados en dólares en moneda extranjera, lo que contribuye a que los productos básicos se conviertan en activos atractivos para los inversionistas extranjeros.

La integración de los principales productos básicos en los mercados, plantea la necesidad de que éstos funcionen con la mayor eficacia posible a fin de garantizar su abastecimiento oportuno y evitar maniobras especulativas que los encarecen; los diferentes grupos de productos básicos tienen retos individuales por superar, no obstante, en todos se precisa políticas de Estado para acelerar el cambio tecnológico, utilizar sustitutos o fuentes alternas, eliminar barreras proteccionistas y la coordinación de esfuerzos a nivel global para que la economía mundial no caiga en una etapa de estancamiento con inflación.

Acerca de León Opalín

De nacionalidad mexicana, estudió Economía en el ITAM, logrando además una maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalem y diplomados en el Instituto Español de Turismo así como en el Británico. También ha realizado estudios sobre comercio internacional en Holanda.Pertenece y es reconocido por varios institutos y universidades importantes de México y el extranjero y su incursión en las letras inició en temas económicos y finanzas en el periódico Financiero y la revista ANIERM. Por muchos años ha sido colaborador de "Foro" y asesor de varias compañías. Sobre las materias que domina, sigue dando conferencias en planteles y universidades.

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