Hace 1030 años Alfonso VI de Castilla conquistó esta ciudad con lo que se inició el proceso de la así llamada “reconquista” que terminó 460 años más tarde con la expulsión de judíos y moros de España.
Mil quinientos años antes, – o sea, hace 2500 años, miembros de las tribus de Yehuda y Benjamín llegaron a colonizar la Península Ibérica y crearon esta ciudad entonces llamada “Toledot” hoy Toledo, cuyo nombre original significa “generaciones” y que más tarde conocida como la Jerusalém de Occidente porque aquí se generaron muchos de los textos fundamentales del Judaísmo y de hecho el carácter que este tiene hoy en día.
Así se sembró la primera semilla de lo que podríamos llamar el “Imperio Sefardí” o por lo menos, la época de oro del judaísmo sefaradí que hoy – en la misma ciudad- trata de reiniciar el proceso truncado en 1492 para recibir nuevamente a sus fundadores sirviendo de sede al primer curso de sefaradismo en España
el cual se estrena – casualmente- de manera simultánea con la expedición de la “Ley de Restitución de la Ciudadanía”
a los descendientes de quienes, hace 500 años, fueron expulsados por el crimen de – al igual que Jesús- ser judíos.
Hoy, sus bis..requetebis…nietos podrán iniciar el regreso no solo a sus tierras sino a sus raíces, y su cultura.
Durante la Edad Media, aquí en Toledo, floreció la internacionalmente famosa “Escuela de Traductores” en la que los intelectuales sefaradís se dieron vuelo traduciendo manuales del árabe al latín y con ellos trayendo la Medicina, la Física, Navegación, Astronomía y otras ciencias del oriente al occidente y -como ha sucedido tantas veces en la Historia-, sirviendo de punto de unión entre culturas para permitir el crecimiento de ambas y la trasformación de todos.
En 1992, exactamente 500 años después del Edicto de Expulsión el Ayuntamiento de Toledo celebró un acto público de entrega de las llaves de la ciudad a varias familias sefardís de diversos lugares del mundo que compartían entre si el apellido, obvio, Toledano, o sea, originario de Toledo.
De esta restitución ciudadana ya se benefició -entre otros- José Kahn, quien no solo residió en Toledo sino que además fue el Cónsul Honorario de España en Salónica y Atenas y quien falleció en Buenos Aires en 1953, tras marchar al exilio durante la Guerra Civil.
Los libros y documentos que conservaba en su casa toledana fueron incautados durante la guerra pero hoy se conservan ya en la Universidad Regional de Castilla-La Mancha situada en el Alcázar.
Aquí, en Toledo, vivió también el poeta Yehudà Ha-Leví quien entre otras muchas cosas escribió “La ciudad de Toledo es grande y sus vecinos gigantes” y ojalá hoy con el crujir de la rueda de la Historia, retome el papel central que le corresponde en la historiografía y la geografía judías.
Hoy, precisamente hoy, nos anuncian la versión final oficial del Proyecto de Ley de Concesión de la Nacionalidad Española a Sefardíes, nos avisan que el Primer Curso de Sefaradismo que se llevará a cabo en Toledo en unas semanas ha logrado el mínimo necesario de firmantes para proseguir quedando apenas dos lugares disponibles (Si Usted quiere ir, apresúrese porque se llena y se cierra el cupo) nos entregan el texto oficial de la Ley de Restitución de Ciudadanía de Portugal y el inicio del desarrollo de un programa educativo sobre historia y actualidad sefaradí para escuelas primarias en la Península.
Todos estos eventos que fortuitamente se reúnen esta semana marcan el inicio de lo que quizás sea una nueva etapa en la historia del judaísmo sefardí, si es que sus intelectuales y algunos dirigentes se dan cuenta del momento histórico que les tocó vivir y lo toman en sus manos para cuidarlo, alimentarlo y enriquecerlo.
En su defecto, si quienes están tratando de evitar el resurgimiento del sefaradismo (como corriente independiente, profundamente judía, con sede en España), ganan y logran secuestrar el proyecto entonces, la Historia los condenará como artífices de la segunda mayor traición al sefaradismo, siendo la primera la injusta expulsión de las ciudades para culminar 500 años más tarde con el secuestro del proyecto para evitar el resurgimiento de esta cultura.
En Europa oriental, este tipo de gobierno judío anti-judío fue conocido como el Judenrat, organismo creado por los alemanes que reunía a los judíos mas “distinguidos” –lo que le daba credibilidad ante la comunidad- y que solo sirvió para destruir a las comunidades que pretendían defender.
Hoy, los descendientes de quienes fueron miembros del Judenrat cargan sus nombres con vergüenza o los ocultan para evitar el escarnio de las comunidades sobrevivientes.
Hoy, en España, le están brindado a la Comunidad y sus instituciones, la oportunidad de servir de intermediarios entre quienes quieren recuperar su ciudadanía y el Estado Español y van a ser los directivos de esta comunidad quienes van a tener que decidir si el futuro los recordará como los dignos descendientes y reconstructores de esta antiquísima cultura o si los recordará como a los de Europa Oriental, como los artífices de su destrucción final.
Si España se convierte en el jardín de sabiduría, cultura y música que era cuando los sefardís moraban ahí sabremos que sus líderes escogieron el camino correcto y atrajeron a todos los que deseaban aportar su ingenio, energía y creatividad a la Nueva Sefarad o, si la música se queda silenciada y las flores de su cultura no florecen sabremos también, que en el último minuto de su historia, sus directivos equivocaron el camino, tomaron el de la exclusión y mataron las esperanzas de su propia comunidad.
Yo conocí a sus líderes actuales y sé que con hombres capaces y bien intencionados. La pregunta es pues si la vida institucional, los compromisos adquiridos en otros años y sus experiencias personales les permitirán comprender la magnitud e importancia de todo lo que ahora se ha depositado en sus manos y si tendrán la grandeza que el momento les exige.
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