Mientras el mundo parece retroceder un pequeño pueblo perdido en la inmensidad de la patria Sefaradí da lo que parece ser un insignificante paso al cambiar su nombre de Matajudíos a Mota de Judíos.
Ahí, perdido en la inmensidad de las planicies españolas, lejos del mundanal ruido, casi en silencio, los habitantes de este pueblo nos demuestran que por sobre el ruido de los políticos, de las balas y las acusaciones aun hay gente que puede confrontar su pasado, resolver sus problemas y mirar orgullosa hacia delante.
Habitantes de Mota de Judíos os agradecemos, desde Canadá hasta Argentina; desde Portugal hasta Hong Kong y desde Australia hasta Marruecos, desde los 55 países donde tenemos lectores, este aparentemente pequeño gesto de justicia que “solo” tardó 500 años en darse pero que nos demuestra a todos que, al final del día, si hay valientes que toman la estafeta y avanzan hacia el futuro con paso seguro, con corazones limpios e intenciones positivas.
Gracias por llenar hoy, con este mensaje tan positivo, el corazón de nuestros lectores de DiarioJudio.com y abrir, con mano extendida, una nueva vereda para que todos los judíos del mundo, los sefardís en particular y todos los hombres y mujeres de bien sepan que la Historia no siempre la escriben los malos que hoy, en este día, la escribieron los buenos, Ustedes los hombres y mujeres de Mota de Judíos que con su ejemplo iluminan nuestro camino y facilitan nuestro regreso a nuestra Patria Sefardí.
Hoy como lo hemos hecho desde hace meses y lo haremos siempre los acompañamos desde nuestra páginas y les damos la más cordial bienvenida al mundo del mañana, a la Nueva Sefarad.
¡Gracias por su histórica valentía!
Sinceramente
DiarioJudio.com
Una Comunidad con mil años de Historia
Et si homines de Castro matarent judeo tantum pectet pro illo quomodo per christiano et licores similiter hominem villanum
“Si los hombres de Castro mataren un judío paguen por su muerte la misma pena que por un cristiano o por un hombre libre”
Tal era la consideración de los judíos en el Fuero de Castrojeriz (974), uno de los ordenamientos jurídicos más antiguos del primitivo condado castellano, que fuera otorgado a la villa castreña por el conde García Fernández, hijo del mítico Fernán González. Sin embargo, pocos años después, en 1035, y a consecuencia del conflicto desatado entre los vecinos de Castrojeriz y el rey Fernando I de Castilla, se clausura la aljama y la comunidad judía es reinstalada en el vecino lugar de Castrillo. Este es sin duda el origen de La Mota y, con el paso de los años, del pueblo actual.
La comunidad sefardí se mantendrá en La Mota aproximadamente hasta la primera mitad del siglo XIV. A partir de 1311 se permite a los judíos volver a Castrojeriz; esta circunstancia, unida al incremento de las conversiones, determinará el abandono de La Mota avanzado este siglo. En este proceso tendrá lugar el surgimiento del pueblo actual, en el que se irán instalando los judíos conversos, manteniendo por tanto una estrecha relación de proximidad con sus orígenes. Este vínculo se ha mantenido hasta nuestros días, existiendo entre los vecinos de Castrillo una memoria muy clara de su origen sefardí.
A lo largo de toda la Edad Media, este lugar es conocido como Castil de Judíos o Castrillo/Castriello de los Judíos. Será a partir de mediados del siglo XVI cuando se produzca una transformación del nombre por Castrillo Matajudíos.
Este cambio a buen seguro responde la presión ideológica que se produce sobre los conversos de Castrillo tras la celebración del Concilio de Trento (1545-1563), consolidándose este nuevo nombre a lo largo del siglo siguiente. La iniciativa puesta en marcha para recuperar la memoria del pasado sefardí de Castrillo, tiene en el cambio de nombre un simbolismo especial, y está poniendo de manifiesto la importancia y el significado que tiene la Historia en la configuración de la memoria de los ciudadanos.
Redescubriendo el pasado
Arqueología de un poblado medieval Sefardí en la Corona de Castilla
El proyecto de excavación arqueológica en La Mota tiene como objetivo identificar los restos materiales del asentamiento judío. A partir de ellos podremos conocer sus modos de vida, sus costumbres, su economía, su organización social y otros muchos aspectos de la vida cotidiana de esta comunidad.
El interés de este yacimiento arqueológico radica en su buena conservación, ya que tras su abandono no se ha visto afectado por otros procesos más allá del expolio de los materiales constructivos (piedras, tejas, etc.) reutilizados en las casas del pueblo actual y el posterior cultivo de los terrenos hasta hace algunos años.
Estas circunstancias han permitido que se conserven enterrados los restos de los edificios y de todos aquellos enseres que formaron parte de la vida cotidiana de los habitantes de La Mota. Así empiezan a aparecer algunos muros de edificios construidos con tapial, reforzados con sillares de piedra en las esquinas.
También se encuentran espacios pavimentados con piedras pertenecientes a calles, taludes y aterrazamientos que denotan una clara “planificación urbanística”.
Entre los restos recuperados destacan las cerámicas, muy abundantes por tratarse de productos básicos en prácticamente todas las actividades domésticas (grandes vasijas de almacenamiento, recipientes para cocinar, vajilla de mesa, etc.). Sus formas y técnicas de fabricación nos hablan de productos procedentes de los alfares de la zona campurriana (Alto Campoo en el límite entre la provincias de Palencia y Santander ) en un porcentaje muy significativo, conviviendo con otras producciones elaboradas en talleres de la zona. Tampoco faltan los objetos metálicos, como una hebilla y una cucharilla de bronce y un aplique de hierro con forma de estrella.
Particularmente interesantes para conocer los modos de vida de las gentes de La Mota serán los abundantes restos óseos de fauna que se están recuperando, ya que permitirán conocer sus hábitos alimenticios y aspectos relacionados con la economía de la comunidad.
El patrimonio cultural como recurso para el desarrollo de Castrillo
Castrillo Mota de Judíos se ha convertido en un referente muy relevante para la recuperación de la memoria sefardí, tanto a nivel nacional como internacional. Su importancia histórica y la proyección que ha alcanzado, otorgan a este lugar un elevado potencial para convertir este importante legado cultural en un factor de dinamización cultural, social y económica.
La posibilidad de conocer in situ los restos del asentamiento judío y la iniciativa de creación en la localidad del centro de interpretación sobre Los judíos en el Camino de Santiago, permitirán crear en torno a Castrillo una potente oferta cultural, orientada al sector turístico, que contribuirá a dinamizar esta comarca incrementando y diversificando la oferta de recursos visitables.
El conocimiento de la Historia nos permite reafirmar nuestra identidad como sociedad, reforzando la memoria de la colectividad y convirtiendo el pasado en potente factor de desarrollo para el future.
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