Dos amigos decidieron ir a la Sinagoga con la esperanza de que los invitaran a comer, porque sabían que los judíos cumplen con el precepto de invitar a personas a cenar con ricas comidas. Fueron ellos invitados justo en la noche de Pesaj, cada quien a una casa diferente.
Uno de ellos no entendía nada de lo que pasaba y se preguntaba cuándo servirían la comida. Pasaban las horas y seguía sin entender nada, desesperado y con muchísima hambre, hasta que llegó el momento de comer la hierba amarga (maror). Cuando se la sirvieron y la probó, no podía creerlo. ¿Tanto esperar para esto?
Se levantó furioso y se fue diciendo que estaban todos locos.
Al rato se encontró con su amigo y le contó malhumorado lo sucedido. El amigo le respondió:
—Sólo tenías que esperar un minuto más y hubieras recibido una rica comida (ya que, después de comer esa hierba amarga, se sirven abundantes manjares).
El mensaje es bello: nosotros muchas veces pasamos por dificultades y perdemos la paciencia; sólo debemos esperar un minuto más y Dios, con su infinita bondad, va a mandarnos la luz después de la oscuridad.
Recuerda: sólo debemos tener paciencia y Fe…
Saludos
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