‘Jerusalem se escribe con M’ es un libro inspirado en una ciudad “en la que se respira el mismo aire y se pisan las mismas piedras como miles de años atrás transitaron tantos personajes míticos que hicieron que la historia de la humanidad fuera diferente” afirma Avraham Argov sobre su obra que capta imágenes multiculturales de aquella ciudad sagrada y adorada por las tres grandes religiones de la humanidad.
Argov expone en 40 textos breves -inspirados en otras tantas fotografías expuestas en un libro de buena calidad gráfica editado para Latinoamérica por Libros de la Araucaria- el multiculturalismo de Jerusalén, una ciudad que mantiene la fisonomía de una gran aldea con sus edificios, personajes y acontecimientos, desde una perspectiva plena de afectos, detalles y una cierta cuota de cálido humor.
Argov nunca renunció a su argentinidad, tal vez por ello usó una cita de Jorge Luis Borges para destacar que “no hay en el mundo entero una ciudad que haya sido tan anhelada como Jerusalén. Sus treinta siglos podrían inspirar una suerte de epopeya mágica, cuyas casi infinitas páginas rescatarían no sólo los hechos históricos que guardan los archivos sino lo que sintieron y soñaron, secretamente, las generaciones”.
Y bajo ese mismo espíritu borgeano, el autor sale a caminar calles y callejuelas, y detecta con la cámara de Meirav Bonano y Einat Rosenfeld, y la cesión de imágenes de la Fundación Jerusalem, la inspiración provocada por el aire empírico de esta ciudad sagrada, sus atardeceres irreemplazables sobre las montañas doradas del desierto, la espiritualidad emanada de sus gente -demoradas en el tiempo de una religiosidad divina- y un dios unificador, a pesar de los odios terrenales de los hombres.
Argov lo explica a su manera, sencilla de este argentino (oriundo de la provincia de Santa Fe) de aire campechano y cosmopolita: “escribir sobre Jerusalén es referirse a muchos temas. Es historia, arqueología y geografía; es agua y piedra; es el Rey David, Jesús, Mahoma. Es el Santo Sepulcro, el Muro de los Lamentos, la Mezquita de Omar. Es sinagogas, iglesias, mezquitas. Es sacerdotes, rabinos, imanes, pastores. Es sangre y plegaria. Jerusalén es las Cruzadas y las peregrinaciones. Es murallas, legiones romanas, tumbas milenarias”.
“Es el Monte del Templo, es el Mesías. Es un cielo celeste y luminoso. Es desierto y olivos. Es reyes, profetas, santos y mártires. Es mil idiomas, religiones, culturas, colores, olores, vestimentas. Es alta tecnología, arte, conciertos y festivales. Es nostalgia por el pasado perdido. Es la oración y el llanto. Pero también es la esperanza de un mundo mejor”, concluye dejando expuesta su expresión de deseos, el verdadero objetivo de su libro.
Argov fue una de las manos derechas del ‘Alcalde de la Paz’, el mítico Teddy Kollek, a quien ayudó a mantener a Jerusalén como una ciudad sagrada y en paz para todos los habitantes del Medio Oriente.
Probablemente haya sido el argentino que más cerca estuvo de sus preocupaciones porque la “ciudad de oro” lograra mantener ese espíritu de gran conglomerado místico y religioso.
“Kollek fue discípulo de Ben Gurión, recibió regalos de Fidel Castro, y cuando un grupo de judíos ortodoxos fanáticos se instalaron provocativamente en viviendas del barrio árabe de Silwan (en Jerusalén oriental) él mismo portó un cartel de protesta y manifestó ante ellos”, recuerda el autor.
‘Jerusalem se escribe con M’, apunta a fortalecer esa idea de ciudad sagrada, y desmitificarla en cuanto a la imposibilidad de conocerla en profundidad.
El libro está escrito en especial para el público hispanohablante. No faltan libros en hebreo o en ingles sobre Jerusalén. Pero “el gran público latinoamericano merece que se escriba en castellano (o en portugués). Sobre todo si tenemos en cuenta que uno de los capítulos del libro se refiere a la presencia iberoamericana e ibérica en la ciudad. A ese público quisiera llegar, para que conozca algo más sobre nuestra ciudad, la visite, la estudie y la entienda”, agrega Argov.
Cada estampa, cada foto, cada línea demuestra su singularidad, pero también sus espacios accesibles al espíritu humano, más allá de religiones y las miradas sobre dios.
Pinta una ciudad luminosa, idílica, espiritual, de fe, y al mismo tiempo muy humana y bella, para encontrar la inspiración necesaria que pueda lograr la paz tan ansiada.
“Hay un Síndrome Jerusalén”, dice Argov.
“Quienes lo padecen creen transformarse y retornar a su vida habitual sin recordar claramente lo sucedido quienes despiertan a su vida habitual, sin recordar claramente lo sucedido”.
En realidad, ya no importa el idioma o la religión. Los visitantes aman a algún dios, y en sus miradas se descubre esa espiritualidad, que debe mantenerse para recuperar un tiempo perdido.
Eso trasunta Argov en sus textos e imágenes que se erigen en una apuesta concreta para que esta auténtica Torre de Babel siga sosteniendo “la esperanza de un mundo mejor”.
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‘Jerusalem se escribe con M’
Por: Avraham Argov
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de DOS religiones, perdon la judia y la cristiana…lo demas es un invento
Somos un grupo de Españoles que conocimos a Avrahan el pasado sábado mientras caminábamos hacia casa. Necesitamos ponernos en contacto con él ya que al darle nuestro teléfono israelí no se lo dimos bien. Estamos muy interesados en su historia, en su libro y en ese delicioso té al que nos invitó. Es posible contactar de nuevo con él? Cualquier cosa puede escribirnos al siguiente mail: [email protected] para poder retomar la conversación.
Gracias Guillermo!
Atentamente, Tatiana.