Explorar y hallar

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Todos los días de su larga existencia, que fue tan serena como prolífica, el Rabí Moisés de Calanda recordaría las siguientes palabras del maestro Abraham Abulafia de Zaragoza:

-Los que aman hallar minimizan la exploración, los que aman explorar minimizan el hallazgo.
Lo había conocido una mañana de primavera, cuando Abulafia se despedía de la ciudad que lo viera nacer para ir a Barcelona. Fue un flechazo impar, uno de esos encuentros que fecundan el destino entero de un ser humano. El genio de Zaragoza tenía poco tiempo para pensar en sus congéneres, enamorado como estaba de la compañía cuadrática de las letras.

Moisés nunca conoció a nadie igual, un hombre tan fluido como la limpidez de sus propias lágrimas. De tanto en tanto llegaban noticias de sus aventuras, sus desplantes, sus visiones y sus raptos. Corría la voz de que se había encontrado con Génova con Raimón Llull, el sabio mallorquín, y que había estudiado y luego abandonado las teorías del astrónomo italiano Salvatore Caelum sobre la cara tricolor de los ángeles. Abulafia escribía en sus viajes, algunos dicen que al pie de las montañas y otros que en las crujientes naves que lo llevaron Mediterráneo abajo. Tenía un carácter variable como la atmósfera otoñal y prefería el burro al caballo porque al ir más despacio y rebuznar felicidad, facilitaba su pensamiento. Aquellos que le dieron refugio y alimento se alegraban tanto de poder recibirlo como de decirle adiós.


Tras oírle decir aquella sentencia inmortal, Moisés de Calanda se atrevió a preguntarle:
– Y tú, ¿qué amas más, explorar o hallar?
-Diría que mi auténtica pasión-le respondió Abulafia-es doble: semeja la de las hojas que ayudan a subir a los árboles y la de las raíces que los sostienen desde lo invisible. La canción que se hace arriba transcribe auras, la que se teje abajo fermenta poesía.(1)

Moisés de Calanda tardó años en entender por completo esa explicación, y tuvo-en el momento de oírla-tal cara de perplejidad, que por compasión Abraham Abulafia agregó:
-La hoja explora el aire y minimiza lo que halla, la raíz halla las sales de la tierra y minimiza su búsqueda. Nunca encontrarás el Arbol de la Vida si antes no eres tú ese árbol.

Mario Satz

( 1 ) Hay algo misterioso, jeroglífico en el hecho de que hoja se diga en hebreo aléh ( helf( ) y lleve en su seno la letra ain ( ( )que alude al ojo, a la par que la expresión hel ( lh ), claridad, aura, halo, luz, pues ¡en efecto la hoja es el ojo de las plantas y el camino por el cual, además de fotosintetizar, suben al crecer! En cuanto a las raíces o shorashim
( {yi$aro$ ) poseen entre sus letras a shir ( ryi$ ), la poesía, el canto.

Acerca de Mario Satz

Poeta, narrador, ensayista y traductor, nació en Coronel Pringles, Buenos Aires, en el seno de una familia de origen hebreo. En 1970 se trasladó a Jerusalén para estudiar Cábala y en 1978 se estableció en Barcelona, donde se licenció en Filología Hispánica. Hoy combina la realización de seminarios sobre Cábala con su profesión de escritor.Incansable viajero, ha recorrido Estados Unidos, buena parte de Sudamérica, Europa e Israel.Publicó su primer libro de poemas, Los cuatro elementos, en la década de los sesenta, obra a la que siguieron Las frutas (1970), Los peces, los pájaros, las flores (1975), Canon de polen (1976) y Sámaras (1981).En 1976 inició la publicación de Planetarium, serie de novelas que por el momento consta de cinco volúmenes: Sol, Luna, Tierra, Marte y Mercurio, intento de obra cosmológica que, a la manera de La divina comedia, capture el espíritu de nuestra época en un vasto friso poético.Sus ensayos más conocidos son El arte de la naturaleza, Umbría lumbre y El ábaco de las especies. Su último libro, Azahar, es una novela-ensayo acerca de la Granada del siglo XIV.Escritor especializado en temas de medio ambiente, ecología y antropología cultural, ofrece artículos en español para revistas y periódicos en España, Sudamérica y América del Norte.Colaborador de DiarioJudio, Integral, Cuerpomente, Más allá y El faro de Vigo, busca ampliar su red de trabajos profesionales. Autor de una veintena de libros e interesado en kábala y religiones comparadas.