Ayer rumbo al Teatro Helénico, en el micro de ida a San Angel y durante 30 minutos por el tráfico, se dieron cuatro situaciones diferentes pero iguales porque vendían tanto productos o sus actuaciones para sacar una moneda.
Uno vendiendo bubulubus, por una paleta 3 pesos, por 3 paletas 5 pesos; un muy mal ventrílocuo y un muñeco bastante mal hecho; otros, dos muchachos exconvictos vendiendo pulseras y rosarios, y lo que salvo la ida dos muchachos raperos con letras originales sobre su vida y expectativas que nos dieron una lección de vida, comentábamos mi hijo y yo que si lo perfeccionaban podrían hacer algo más que subirse a un camión, de regreso nos volvieron a tocar los de los bubulubus.
Mi papá decía que ningún dinero alcanzaría para darles a los que piden una limosna, a los cilindreros, a los limpia coches, a los que venden algo o hacen algo como cantar, bailar para conseguir una moneda.
Esta ruta, que anteriormente era muy rápida, con todas las obras en San Antonio, mismas que parecen no tener fin, es muy tediosa, nos ha tocado muy seguido que se suban a vender, esto también en la ruta que va al auditorio nacional desde el paradero de Chapultepec.
Sin embargo aunado a lo tedioso del camino, a veces resulta molesto que se suban, sin embargo ellos no tienen la culpa, simplemente es un reflejo de falta de empleo, en este país escuchaba ayer que había crecido la cantidad de pobres de los existentes del 2008 al 2010, 52 millones de pobres y un gran porcentaje en extrema pobreza, a pesar de los programas sociales que pueden ayudar hasta un cierto grado, pero el problema prevalece y va creciendo, además dónde quedan los empleos mal pagados si es que los hay.
Qué hacer con estos ciudadanos que no solo son jóvenes hay de todas las edades, pero con respecto a los jóvenes esperaríamos que estuvieran estudiando, preparándose para empleos bien renumerados, pero ahí viene el otro problema la experiencia, si bien algunos trabajan mientras estudian, otros salen con un papel como resultado de su esfuerzo pero y los empleos bien gracias.
Ahora aquellos que no han podido estudiar, la situación se pone color de hormiga, qué les queda? Las respuestas las vemos en el metro, micros como los franeleros, cuida coches, valet parkings, payasitos, come fuegos, los que piden limosna, los que venden alegrías, artesanías, mazapanes, chocolates entre otros.
Quién puede dar una solución real, no dar migajas, contar con una capacitación real par todos, lugares suficientes en las escuelas tanto públicas como privadas, siendo menor el problema en las segundas, una inversión mayor a la educación, en todos sus niveles, para la tecnología, investigaciones y cultura, si embargo todo lo que suena a pensar en este país molesta.
Un pueblo culto es menos bélico, más humano e interesado en su contorno, pero por lo menos aquí el presupuesto propuesto para lo anterior es mucho menor que el designado al combate de la violencia, a los altos salarios para la alta burocracia, y dónde quedan las pensiones de los expresidentes además de los otros servicios que les proporcionan, mismos que deberían pagar de su bolsa, o la publicidad, gastos de Calderón o sus viajes.
Es un proceso largo, el problema lo tienen detectado, viene de hace muchos años, las soluciones deberían empezar a fluir de inmediato buscando una solución mediata, inmediata, y tanto a mediano como largo plazo pero empezar.
No se trata de dar el pescado en la boca, sino de enseñarlos a pescar, un trabajo conjunto con la sociedad, el quitarse el victimismo sobre todo por parte de las “mujercitas” y no auto discriminarse en el metro y el metro bus y dónde quedan las ateneas, porque esto resulta muy cómodo para mantener en ocasiones este apoyo que, en ocasiones es un bloqueo para no superarnos, y esto también está mal.
Sin embargo y reconociendo que la situación actual es mundial, la tristeza y frustración se ahonda, por tanta necesidad flotante para sobrevivir sin importar la edad.
Quiero dar mi pésame por este medio por el fallecimiento de Miguel Angel Granados Chapa, una labor limpia, honesta, leal a sus principios y que duró más de 30 años con su columna y su trabajo en Radio UNAM marcó una época, sin embargo siempre estará en la mente gracias a su trabajo, los grandes hombres nos dejan su obra y siempre están flotando entre los vivos, Q.E.P.D.
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