En 1925, el dictador Miguel Primo de Rivera ordenó el cierre por seis meses de Les Corts luego de que los seguidores del FC Barcelona pitaran la marcha real. Aunque en 2015 este evento se repitió (como en muchas otras ocasiones) en una final de Copa del Rey entre el Barça y el Athletic Club de Bilbao, a pesar de la situación política en Cataluña, no ocurrió nada.
Sin embargo, durante la final de la Copa del Rey hace casi dos semanas atrás, éste evento volvió a ocurrir. A pesar de las amenazas del gobierno español, no se tomaron medidas contra los “pitantes” (me parece que aplicar sanciones contra miles de personas es casi imposible). Durante ese partido solo se confiscaron camisas amarillas (relacionadas a los presos políticos catalanes) con insignias políticas independentistas en la entrada al estadio, pero nada más ocurrió.
Sin embargo, ante la victoria liguera por parte del Barça el pasado Domingo, cabe reflexionar sobre cómo la presencia del conflicto político en Catalunya ha tomado mayor relevancia en el día a día del FC Barcelona. Y no porque el Barça apoye abiertamente el derecho a la autodeterminación de los catalanes, sino porque más allá de pitar el himno español, de gritar “independència” en el minuto 17:14 y de ondear abundantes esteladas en el Camp Nou, para muchos el Barça se ha convertido hoy en el método más eficiente para poder exportar al exterior (en especial hacia Europa) la situación política que se vive en la tierra que comenzó a formar Wilfredo “El Velloso”.
Ante esto, es menester que hagamos un repaso breve sobre porqué el Barça representa hoy un elemento clave para la promoción del independentismo hacia el exterior, y que analicemos porqué el Barça le pertenece también a aquellos que no son independentistas.
El FC Barcelona no sólo fue fundado por un inmigrante suizo (Joan Gamper; quien de hecho luego del cierre de Les Corts y como resultado de sus vínculos con el nacionalismo catalán, tuvo que exiliarse. Terminaría suicidándose varios meses después debido a una depresión muy intensa ante todo lo acontecido en su vida), sino que su himno deportivo es en catalán. Algo que en la España de nuestros días es visto con cierto recelo. A pesar de que durante la dictadura de Franco su escudo fuera alterado (2 franjas amarillas fueron retiradas) y el nombre del club fuera modificado (entre 1939 y 46), el club siempre fue un frente simbólico de oposición al régimen.
Aunque muchos argumentan que “durante Franco al Barça lo trataban muy mal”, considero que esto hay que tomarlo con mucho cuidado. No quiero que piensen que con los argumentos que ahora presentaré busco dar legitimidad a una dictadura salvaje que desapareció a más de 100,000 personas, que mató a 150,000 personas, que encarceló 200,000 y que exilió a más de 500,000. Sino que busco intentar presentarles argumentos, desde un punto de vista más deportivo, sobre lo que considero es la verdad. Durante Franco, cabe destacar que el FC Barcelona ganó más “Copas del Generalísimo” que el Real Madrid, logró firmar a la estrella húngara Lázlo Kubala (algo que permitió al franquismo presentarse ante Occidente cómo un “verdadero combatiente del comunismo”) , y en los años 60’s la dictadura franquista erradicó la deuda de más de 230 millones de pesetas que tenía el Barça tras la construcción del Camp Nou.
Desde otra perspectiva, hay que añadir que aquellos que dicen que el franquismo era fanático del Real Madrid y odiaba al Barça tampoco se equivocaban mucho. Por ejemplo, el famoso general franquista-y alabado semi-Dios del madridismo-, Santiago Bernabéu, una vez dijo que “Cataluña sin catalanes sería más bonita”. Durante la dictadura, el franquismo financiaría en su totalidad la construcción del estadio del Real Madrid e incluso intervendría para prevenir que el hoy día histórico del Real Madrid, Alfredo Di Stefano, no jugara en el FC Barcelona a pesar de que ya los “culés” y el jugador habían llegado a un acuerdo.
Pero eso no es todo. En la época franquista, el campo de fútbol del Barça era donde los catalanes podían hablar en catalán (ya que ésta lengua estaba prohibida en público; no sería haya 1976 cuando se volvería a transmitir un partido del Barça en catalán y hasta 1977 cuando el President de la Generalitat de Catalunya, Josep Taradellas, visitase el Camp Nou por primera vez) y desde dónde se podía exponer símbolos del pueblo catalán (algo que al régimen no le causaba gracia para nada). Sin duda, el campo de fútbol del Barça era el arma y centro de oposición política al régimen más grande en toda Catalunya. No es por eso casualidad que “L’estaca” haya sonado en el Camp Nou por estos días…
Sin dudas, el corazón del catalanismo y el nacionalismo catalán se concentraba-durante la dictadura-cada Sábado/Domingo en el Camp Nou. Por lo que hasta nuestros días, tanto el Barça como sus dirigentes siempre han sido-menos durante la dictadura; época en la que se le “otorgaron” tres condecoraciones a Franco-simpatizantes tanto con el catalanismo como con el nacionalismo catalán.
Por eso, en estos días en el que vemos que muchos culés pitan el himno de España y exponen insignias políticas es necesario conocer este pasado para poder dar una opinión concreta y correcta antes de generalizar al Barça como un simple “club de fútbol independentista” como muchos medios de prensa madrileña han dicho. Aquellos que sólo buscan generar odio y una competencia nociva entre Madrid y Barcelona prefieren obviar estos datos para poder dar paso a sus agendas políticas.
Sin embargo, no me cabe la menor duda que a pesar de esta historia que rodea al club, el Barça es de todos. Aunque muchos culés en Chile, Oregon, Indonesia, Israel, Dubai o en Andalucía no sepan esta información y aunque muchos quieran vender al Barça como el “equipo de los independentistas catalanes”, el Barça es de todos. De todos los que respetamos su historia, pero que con todos nuestros corazones amamos su escudo. De todos aquellos que no somos indepedentistas, pero que sí somos sensibles ante la situación política anómala e injusta que se vive en Catalunya. De todos los que creemos que cada gol, y cada título del club, es una representación viva de lo que es posible lograr gracias a los valores que los jugadores de nuestro club representan.
Por eso, por encima de cualquier insignia política u otra cosa, el Barça de todos. A pesar de ello, antes de atacarle y menospreciar a cierto sector del club, hay que primero conocer su historia. Aunque quizás no esté plenamente de acuerdo con ese sector del barcelonismo, sus demandas y sus protestas son legítimas y racionales. Incluso, dentro del marco escénico del FC Barcelona llamado Camp Nou.
Los logros del Barça en los pasados años le han convertido en un club de renombre mundial (por ejemplo, es el único equipo en la historia del fútbol en haber ganado un “sexteto”). Por lo que es necesario que la entidad tome decisiones de la mano de su historia, siempre y cuando no se olvide de aquellos culés que no viven en la fronteras de la tierra de los “Segadors”.
Aunque no me guste la mezcla de deporte con política, el caso del Barça es un escenario excepcional ya que su existencia fue, es y siempre será la representación máxima del pueblo catalán en el exterior. El Barça, sin duda alguna, es “més que un club”. Y por eso, el Barça es de todos y siempre lo será.”
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