Fe y Humo

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Fe y Humo

Edith Stein, mujer valiente, distinguida filósofa, escritora brillante, nació el 12 de octubre de 1891 en Breslau, entonces Alemania, hoy Worklaw, Polonia. Sus padres eran judíos religiosos, su papá murió cuando Edith tenía un año, la madre se hizo cargo del modesto negocio de madera,  Edith era una niña dotada, entregada a la lectura y el estudio y su madre, decidida a darles  a sus hijos la mejor educación posible, propiciaba el pensamiento crítico y  apoyo su ingreso a la Universidad de Breslau.

Edith tuvo una crisis de fe a los 12 años, ambicionaba la verdad y perdió la fe; guardando sus inquietudes siguió acompañando a la familia a la sinagoga.

Durante la I Guerra Mundial interrumpió sus estudios para sevir como enfermera voluntaria en la Cruz Roja. Después de la guerra, se inscribió en la Universidad de Gottingen, donde Husserl, admirado por Edith e inspirada por su elaboración de la  fenomenología,  era profesor de filosofía y Edith inició sus estudios de filosofía. Cuando Husserl paso a la Universidad de Fridburg, pidió que Edith lo acompañara  como asistente. En Fridburg obtuvo el doctorado en filosofía. Fue profesora, asistente y colaboradora de Husserl, pronto fue reconocida por la excelencia de su trabajo. Pero siendo mujer no le permitieron adelantar en la jerarquía académica.


Dedico años a escribir y dar conferencias sobre la situación de la mujer y su vocación con ideas originales y agudas: insistió en la necesidad de educar a las mujeres de tal manera que las perfeccionara, no solo como seres humanos, sino como mujeres, buscaba el verdadero feminismo que no es una diferencia superficial física, buscaba una ontología de la mujer: Hay cualidades únicas del ser humano, como la racionalidad, el libre albedrio, pero si el alma es la forma del cuerpo y el alma humana se individualiza en un cuerpo, luego, el alma de la mujer  tendrá cualidades espirituales diferentes al hombre, no que la biología sea destino, sino que las diferencias físicas marcan profundamente las personalidades. Las diferencias son complementarias no jerárquicas en valor. Luego deben ser reconocidas y celebradas más que minimizadas y lamentadas. Edith Stein tuvo gran influencia entre las mujeres de su tiempo.

En 1919 Edith empezó a leer el Nuevo Testamento y en las vacaciones de verano leyó una autobiografía: “La Vida de Teresa de Jesús”: Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada nació en Ávila, España, el 28 de marzo de 1515 y murió el4 de octubre de 1582. Monja carmelita, mística prominente, reformo la orden y estableció la orden de los Carmelitas Descalzos. Era una ‘cristiana nueva’, su abuelo paterno, Juan Sánchez de Toledo se había convertido y fue condenado por la Inquisición por haber vuelto a la fe judía. Su padre, también señalado por la Inquisición, fue perdonado y se asimilo a la sociedad cristiana. Teresa fue educada con dedicación a la religión, siendo todavía niña, huyo de su casa en búsqueda del martirio entre los moros. Su tío la encontró y la llevo de regreso a su casa. Cuando su madre murió fue enviada a un convento de monjas agustinas para ser educada,

Teresa era enfermiza y disfrutaba la lectura sobre el misticismo. Dijo haber alcanzado “la emoción del silencio y aun el éxtasis que era la unión perfecta con Dios.” Dijo Haber llegado “a entender el horrible terror del pecado y la naturaleza del pecado original”. Empezó a infligirse torturas y mortificación de la carne. Se convenció firmemente de que Jesucristo se le había presentado en forma corpórea, aunque invisible. Sus visiones duraron más de dos años. Su recuerdo la acompañó durante el resto de su vida y motivaron su imitación de la vida y el sufrimiento de Cristo.

Entro al Convenio Carmelita de Ávila, pero encontró que no seguían estrictamente la tarea de rezar, de meditar y aun tendían a la frivolidad. Apoyada por su guía espiritual decidió fundar una Orden Carmelita diferente. En 1562 estableció un nuevo monasterio de pobreza absoluta y renuncia a las propiedades, su plan era reinstalar las reglas estrictas olvidadas y suplementar más regulaciones como la flagelación y reprimir el calzado de los monjes y monjas. De allí su nombre y distinción de Monjes Descalzos.

Durante cinco años se mantuvo en reclusión piadosa ocupada en escribir, Fundó muchos conventos por encima de críticas y rechazos apoyada por la sanción del Papa. Fue canonizada, elevada a Santa, 40 años después de su muerte.

Trabajó muchos años animando a los conversos judíos a seguir a Cristo. Cuatro siglos más tarde ratificó  la verdad que  Edith Stein había encontrado y su fe en el cristianismo. Edith Stein fue bautizada el 1 de enero de 1922.

Como católica obtuvo posiciones de profesora y conferencista en una escuela para monjas de 1923 a 31, tradujo a Santo Tomás de Aquino al alemán y se adentró en la filosofía cristiana.

Mientras, la imposición de la fuerza nazi crecía, la persecución de judíos se hacía más cruel y rotunda: los judíos eran despedidos de sus trabajos en la universidad, Edith sintió que era una oportunidad y responsabilidad únicas como católica y judía de servir como puente entre ambos. Escribió un libro: “Vida en una Familia Judía” para mostrar las semejanzas  en la vida diaria,

En 33 intentó combinar las ideas de Santo Tomás y Husserl en “Ser Finito y Eterno”. Completo el libro en 36, pero por las leyes contra los judíos fue rechazado  y se imprimió hasta 1950. En ese año, 33 empezó a trabajar en el Instituto de Pedagogía Científica en Munster, pero el ambiente antisemita la obligo a renunciar y escribió una carta al Papa Pio XI denunciando el régimen nazi. La carta dice:

“Como hija del pueblo judío quien, por la gracia de Dios, también ha sido hija de la Iglesia Cristiana desde hace 11 años, me atrevo a hablarle al Padre del Cristianismo sobre lo que oprime a millares de alemanes. Durante semanas hemos visto hechos perpetrados en Alemania que burlan todo sentido de justicia y humanismo, sin mencionar amor al prójimo. Durante años los líderes del Nacional Socialismo han enseñado odio a los judíos. Pero la responsabilidad debe ser, después de todo, de quienes los han llevado hasta ese punto y sobre quienes guardan silencio ante los acontecimientos.

Todo lo que ha sucedido y continúa sucediendo sobre esa base diaria se origina en un gobierno que se dice ‘cristiano’. Durante semanas no solo los judíos, sino miles de católicos plenos de fe en Alemania, y, creo, en todo el mundo, han esperado, llenos de esperanza, que la Iglesia de Cristo alce la voz para poner fin a este abuso del nombre de la Cruz, ¿No es esta idealización de raza y poder gubernamental que se está imprimiendo en la conciencia pública por la franca difusión por la radio? No es el esfuerzo por destruir la sangre judía  un abuso en la humanidad más sagrada de nuestro Salvador, de la más bendita Virgen y de los apóstoles? Todo esto no está diametralmente opuesto a la conducta de nuestro Señor y Salvador, quien, hasta en la Cruz, todavía rezo por sus perseguidores? Y no es esta una marca negra en el record de este Año Santo que intentaba ser un ano de paz y reconciliación? Todos nosotros, hijos fieles de la Iglesia y que vemos las condiciones de Alemania con los ojos abiertos, temen lo peor para el prestigio de la Iglesia, si el silencio continua por más tiempo.

Edith Stein nunca recibió respuesta a su carta, tampoco se sabe si el Papa la leyó.

Cuando los nazis pusieron fin a sus actividades públicas y su influencia en el mundo católico, su director espiritual aprobó su ingreso al convento de las Carmelitas Descalzas, Edith escogió y entró al convento de Colonia. El 14 de octubre de 1933 recibió el hábito y tomo el nombre de Teresa Bendita de la Cruz el 21 de abril de 1935. Para evitar las constantes amenazas y el peligro para el convento, pidió su traslado, junto con su hermana Rosa también conversa y hermana externa del convento, a un convento en el extranjero. En secreto cruzaron la frontera con Holanda y fueron recibidas en el convento de Echt el 1 de diciembre de 1938. Allí escribió “La Ciencia de la Cruz.”

Los nazis invadieron Holanda y, cuando el obispo holandés publicó una carta pastoral protestando por la expulsión de los niños judíos de las escuelas católicas, los nazis arrestaron a todos los católicos de extracción judía: las hermanas Stein fueron sacadas del convento el 2 de agosto de 1942 y fueron internadas en el campo de concentración de Amerfoot, donde un oficial holandés profundamente impresionado por el sentido de fe y calma de Edith le ofreció un plan de escape. Edith rechazó vehementemente su asistencia diciendo: “Si alguien interviniera en este punto y me quitara la oportunidad de compartir el destino de mis hermanos sería mi aniquilamiento absoluto.”

Fueron transportadas en un tren de ganado a Auschwitz- muchos murieron o perdieron la razón en el viaje de cuatro días.

Rosa acompañó a Edith hasta la muerte. Las últimas palabras de Edith fueron: “ven, vamos por nuestro pueblo.”

Murieron en las cámaras de gas el 9 de agosto de 1942.

Los Carmelitas Descalzos pidieron que Teresa Bendita de la Cruz fuera beatificada. El Papa Juan Pablo II, quien la llamo ‘la monja judía’ anuncio que sería beatificada como mártir cristiana y en reconocimiento de su obra filosófica. El mundo judío protesto apasionadamente porque Edith había sido asesinada y hecha humo como judía y por ser judía, no por católica, juzgarla mártir católica violaba su memoria, la verdad. El Papa dijo que su destino era un símbolo de la gran pérdida de vidas judías en la II Guerra Mundial.

La controversia subrayo el lugar difícil e importante de Edith Stein, tanto para judíos como para cristianos.

Teresa Bendita de la Cruz fue beatificada el 1 de mayo de 1987. La Iglesia honro a ‘una hija de Israel’. El Papa dijo: “Como católica durante la invasión nazi permaneció fiel al Señor Jesús Cristo crucificado y, como judía, a su pueblo con fidelidad amorosa.”

En 1997, Teresa Benedicta McCarthy, una niña en Boston, E.U. A., fue diagnosticada con daño hepático grave e irreversible. Después de muchas medicinas que no la mejoraban, se recuperó repentinamente apenas sus padres pidieron por ella y le rezaron a la beata Teresa Bendita de la Cruz. Este hecho, completamente documentado, fue reconocido como milagro de Teresa Bendita de la Cruz, abriendo camino para su canonización.

Teresa Bendita de la Cruz, Edith Stein,  fue canonizada el 11 de octubre de 1988.

 

 

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