Pocas veces en el deporte un atleta es tan respetado y admirado por sus fanáticos e incluso por sus contrincantes dentro y fuera de las canchas como Roger Federer.
El tenista suizo se ha encargado de romper varios de los récords históricos más importantes del deporte blanco y lo ha hecho con una maestría y una técnica tenística quizás nunca antes vista.
Pero además de ello, su majestad se ha ganado el cariño de la gente por su personalidad y su caballerosidad como atleta y como persona.
Este domingo Roger escribió una página más en su libro dorado y en su sitio favorito: Wimbledon.
El escenario fue la cancha central donde más de 15 mil almas presenciaron la anticipada final del certamen más prestigioso del mundo ya que el rival en turno era el escocés Andy Murray, quien buscaba su primer torneo grande y de paso terminar con una sequía de 76 años sin título para un británico en el césped sagrado.
El último en lograrlo había sido Fred Perry luego de conseguir el tricampeonato en 1936 derrotando en la final a Gottfried Von Cramm quién aún representaba a la Alemania Nazi.
El comienzo para Murray fue inmejorable, se llevó el primer set 6-4 aprovechando los errores de su contrincante y motivado por el apoyo del público que aunque en esta ocasión tenía el corazón dividido se podía apreciar una leve preferencia sobre el jugador local.
No obstante el oriundo de Basilea sacó la casta justo cuando parecía que el juego se le escapaba de las manos y con un quiebre oportuno igualó el marcador cerrando el set con un par de espectaculares voleas en la red.
A partir de ahí las aguas retomaron su nivel y a base de talento y experiencia Rogelio tomó las riendas del juego y lo selló en 4 rollos con parciales de 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4 tras tres horas y 24 minutos de juego bajo la atenta mirada de la princesa Catalina y del primer ministro británico, David Cameron quienes presenciaron historia pura al ver como el vencedor se tiraba en llanto sobre el césped festejando su 7° título en el All England Club igualando así el récord que compartían William Renshaw y Pete Sampras.
Con esto El Expreso Suizo llegó a 17 torneos de grand slam siendo el máximo ganador en esta categoría y lo más importante es que dos años y 33 días después regresa a la cima del ranking de la ATP, donde igualará y posteriormente superará a Pistol Pete como el jugador con más semanas liderando la clasificación del circuito varonil.
Quizás ese era el último argumento válido para aquellos que no consideraban a Federer como el mejor tenista de todos los tiempos, pero esta vez ha roto todas las barreras y ahora no compite por ser el mejor tenista sino por ser uno de los mejores atletas de todos los tiempos.
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