Esta noche vieja, al calor del templo de tus sentidos donde radica tu propio hogar, agradece que estás vivo más el cúmulo de experiencias que en este año has adquirido. Porque sin importar con quién estés, ya sea que te encuentres solo o en compañía de tus seres queridos, recuerda que eres el principio y el fin de todo lo vivido. Y que no te encuentras bajo reglas que marcan un espacio y menos tiempo definido, al transitar una senda que te lleva por todos los caminos. Siendo el pasado, presente y futuro como dueño de tu libre albedrío.
Así no olvides que eres el hacedor de tu auténtico Cosmos, el sol, la luna y las estrellas. La tierra, el viento y la mar, suma de todos ellos el fuego donde arderás. El Verbo que se ha hecho carne, los cielos, la lluvia y la tormenta. La voz que habita tu alma, las Galaxias y los planetas. Creador de la noche infinita, manto que cubre el Universo, Aliento del Ruaj Elohim en medio de las tinieblas.
Reconócete en cada espacio y rincón de tu propio Ser, acompañado de madrugadas eternas que son las noches del ayer. Asombrado ante celajes oscuros, carentes del brillo y la luz, escalador de montañas y sueños donde el futuro lo escribes tú. Sobreviviente a los tristes desiertos a los glaciares de la soledad. Peregrino del Todo y la Nada, asúmelo como verdad.
En consecuencia, abrázate al nuevo año más allá de la razón llevando a los que partieron de aquí en lo profundo del corazón. Siendo el amor absoluto la fuerza que tiene el perdón, la transmigración de tu alma, el poder transformador. Porque debes romper las cadenas que te atan al temor de convertirte en lo que eres, la viva imagen de Di-s…
(Especial para el Diario Judío.com de México). 31/12/2022.
Dedicado a Lele, Yun, Neil y Bram que llenaron de alegría un rincón de mi Universo…
Un fuerte abrazo del tamaño de la mar.
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