Estambul fue la capital de tres imperios e innumerables culturas, un puente entre el este y el oeste, con al menos dos milenios de antigüedad y, sin embargo, impresionantemente moderna. Aquí, nos envolvemos en la magia de una de las ciudades más emocionantes del mundo – y la mejor manera es desde uno de los hoteles más espectaculares que existen.
Four Seasons Sultanahmet está idealmente ubicado en el corazón histórico de esta espectacular ciudad. Aquí, estamos a pocos pasos de la famosa Hagia Sofía, cuya magnífica y gigantesca cúpula disfrutamos en todo su esplendor desde el bello A’ya Rooftop Lounge del hotel. Famosa por su enorme cúpula, está basilica de más de mil cuatrocientos años es considerada como el epítome de la arquitectura bizantina, y se dice de ella que cambió la historia de la arquitectura.
Nos encontramos también a pocos pasos de la bella mezquita azul, con sus múltiples cúpulas. Incorpora muchos elementos bizantinos de la vecina Hagia Sophia con arquitectura islámica tradicional y se considera la última gran mezquita del período clásico. Aquí también nos encontramos con el inmenso Topkapi Palace, así como Hagia Irene, famosa por sus mosaicos, y la impresionante cisterna de la basílica.
Originalmente, la primera prisión contemporánea de Estambul fue construida entre 1918 y 1919. Fue una prison mas relajada y estaba reservada solo para escritores, artistas y aristócratas, e incluso fue inmortalizada por Graham Greene en su libro Stamboul Train. Ahora se trata de un hotel de lujo, el Four Seasons Hotel Istanbul en Sultanahmet, que reabrió sus puertas después de una extensa renovación.
En este bello Four Seasons abundan las alfombras, las antigüedades y los tapices otomanos tejidos a mano, junto con la mampostería de color ocre, las mesas de azulejos y los suelos con incrustaciones de diseños geométricos turcos. La madera y el hierro forjado son autóctonos y la pintura envejecida de las paredes se hace a mano con espátula, tal como lo hacían los artesanos en los palacios otomanos durante siglos.
Construido en estilo neoclásico turco en 1919, el hotel tiene ventanas de arco apuntado, y paneles de azulejos decorativos. El punto focal del hotel es en gran medida el patio, que alguna vez fue el patio de ejercicios para los reclusos, hoy un hermoso jardín paisajístico centrado en un pabellón poligonal que funciona como la sala de desayunos y el restaurante principal del hotel. Los jardines están cargados con el aroma del jazmín, las buganvillas agregan un toque de color vibrante y un jardín de hierbas proporciona ingredientes frescos para el restaurante y deliciosas fragancias para los huéspedes.
Los interiores de esta joya hotelera fueron reinventados por el estudio de diseño galardonado con múltiples premios: Goddard Littlefair.
El estudio creó un oasis urbano único lleno de contrastes y diversidades, un santuario apartado en el cual podemos relajarnos, descansar y disfrutar de una experiencia auténtica y ser uno con el mágico entorno que nos rodea.
Atemporal y auténtico, este espacio de hedonismo es nuestro guía y portal a la exótica historia y fascinante cultura de una de las ciudades más intrigantes del planeta.
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