Somos esclavos…
de la rutina, de las programaciones, de los horarios, de los pendientes y citas, de listas interminables, somos esclavos de nuestras ideas, de nuestra mente y de nuestras ganas, de nuestros errores, de nuestros sueños y metas.
Del tiempo, del futuro y del pasado, somos esclavos de conflictos y resentimientos, de las peleas y recuerdos… somos esclavos de “lo que se dijo”, “lo que dijiste”, de lo que no se dijo. Somos esclavos del hubiera, del a lo mejor y del quizás, esclavos de las fachadas, de lo que piensen de nosotros, de las primeras y últimas apariencias, de las relaciones no duraderas… de las que nos dañan y nos arrastran. Somos esclavos del trabajo, de inseguridades y estándares… de prejuicios, de nuestra mente…. esclavos del dinero, de la sociedad, de las opiniones y de las críticas, esclavos de las instituciones, reglas y tradiciones… somos esclavos.
Somos esclavos de estupideces, estamos obsesionados con las apariencias y con los exteriores, con el ser mejor, con tener más y pretender más. Estamos obstinados en los mismos caminos que no nos llevan a ningún lado, en malas relaciones llenas de hipocresía, en mentiras y estándares de la sociedad. Nos construimos de instrucciones y fraccionamientos… de limitaciones, de imágenes falsas y de falsas esperanzas.
Creemos saber el significado de libertad pero al mismo tiempo nos esposamos y enjaulamos en los mismos hábitos y las mismas formas, viviendo día tras día así. Esclavizados y horrorizados de no poder cambiar, creemos que la libertad se gana… cuando en verdad se va a buscar. “No es un privilegio, es un propósito”, no es un premio… es un objetivo.
La verdadera forma de encontrar la libertad, es buscando en el interior… es eligiendo, es cambiando, es abriendo los ojos… despojando todo aquello que te aprisiona y que te hace perder el tiempo y la cordura, es reconociendo la verdadera esencia dentro de ti.
Este Pesaj -la fiesta de la libertad- desconéctate de falsedades, de la rutina, de todo lo que te hace perder el tiempo y vida, de todas las frustraciones y resentimientos que están atados a tus pies.
Este Pesaj disfruta tu libertad, disfruta que como judío vives bien, disfruta a tu familia y eleva cada acción para que paso a paso te conviertas no solo en la mejor versión de ti mismo… sino en aquella versión libre y sin ataduras. No te confundas, utiliza todo lo que te hace esclavo para engrandecerte y mejorar, aprende de ello… ¡Sal de tu Egipto! y aunque salgas al desierto… eso es lo que te hará más libre que nunca, pues ya habrás dado el primer paso.
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