Gilad Shalit está libre

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En estos momentos no es posible escribir sobre otra cosa más que sobre la libertad de Gilad Shalit. Prácticamente todo Israel contuvo el aliento hasta verlo llegar a su casa en Mitzpe Hila, en condiciones más o menos aceptables después de cinco y medio años de cautiverio en poder de Hamas en Gaza. Hasta el final, ni la tan citada en el mundo Convención de Ginebra ni la Cruz Roja intervinieron para visitarlo o enviar cartas a sus familiares, ni obtener un informe físico del soldado prisionero.

Pero esta alegría posee un sabor agridulce. Su libertad ha traido a la superficie un dilema judío que se remonta a centenares de años: la larga experiencia tanto histórica ( y reciente) en extorsiones y secuestros.

En todas partes los judíos se destacaron por su excelencia y se volvieron presas fáciles para ser tomados rehenes. El énfasis que los judíos depositan en el valor de cada vida humana, la convicción de que tenemos un destino común y el fuerte sentido de responsabilidad colectiva los llevó a tomar medidas extremas para liberar a prisioneros, hecho que fue explotado cínicamente por sus enemigos. Y así fue Shalit intercambiado por 1.027 terroristas.


Existe una extensa literatura rabínica que trata los aspectos morales y legales a los cuales tuvieron que enfrentarse las comunidades judías al enfrentar la necesidad de rescatar prisioneros (pidión shvu’im).

Los fundadores del Estado de Israel soñaron con cambiar el curso de la historia judía y erradicar esta condición endémica de vulnerabilidad en la vida diaspórica, y en cierta medida tuvieron éxito. Sin embargo, a pesar de todos sus alcances y poderío militar, no la han podido eliminar.

Los israelíes, al igual que sus antepasados, otorgan el máximo valor a la conservación de la vida y creen en el concepto de responsabilidad mutua ( areyvut hadadit) Y en virtud de que el servicio militar es obligatorio, no existen líneas divisorias entre el soldado y los ciudadanos. Sus enemigos tratarán de aprovechar esta “debilidad”. Sólo mencionaremos que en otros países como Norteamérica carecen de este talón de Aquiles pues consideran que el caer prisionero de guerra es un precio que hay que pagar por la misma guerra.

Las deliberacions morales a las que se enfrentó el gobierno para negociar el intercambio de prisioneros en el caso del Gilad Shalit ya han sido estudiadas y comentadas por nuestros rabinos. Y no existen soluciones o respuestas fáciles; en la Mishná escrita cuando los judíos vivían bajo el Imperio Romano se prohibe rescatar a prisioneros “por más de su valor”. El Talmud explica que el pago de precios exorbitanntes por rescatar prisioneros puede llevar a la comunidad a la quiebra.

El Rambam considera que el rescate de prisioneros es una “mitzvah” aún más importante que la caridad hacia los pobres, pero tanto él como el Shulján Aruj (código religioso) mencionan que las condiciones de seguridad tienen prioridad cuando hay que evaluar el precio de un rescate. Durante las Cruzadas, los prisioneros judíos constituían un buen negocio. Es famoso el caso del talmudista Meyer de Rothemberg, sabio del siglo XIII, quien, encarcelado por el rey, se negó a ser rescatado, aduciendo que eso crearía un precedente de chantaje que se convertiría en la regla, y debido a ello pereció en la cárcel. En nuestros tiempos el ya fallecido Rabino Goren, rabino del ejército de Israel, se opuso al exorbitante precio del intercambio de prisioneros, arguyendo que la seguridad de algunos cautivos judíos no tenía prioridad sobre la seguridad de toda la población.

Durante la Guerra de Independencia de 1948, Israel intercambió a 882 israelíes capturados por 6.344 luchadores árabes de diversas nacionalidades, sentando un precedente que continua vigente.

A su vez, hace ya más de 30 años, Israel organizó el ya famoso rescate de Antebbe, cuando una expedición a 3.800 kilómetros logró rescatar a 100 israelíes que habían sido secuestrados en un avión de Air France. Este operativo se ha convertido en un caso clásico estudiado por todos los ejércitos del mundo.

En un artículo anterior publicado en “Aurora” hace más de un año, traté de dar una reseña de los enormes precios que Israel ha pagado por el rescate de sus prisioneros en los últimos años. Por el pacto moral hacia cada soldado, y por la importancia que tiene para el país cada uno de sus luchadores, los diversos gobiernos israelíes han intercambiado un número exorbitante de terroristas a cambio de algunos soldados vivos, de cadáveres e inclusive de fragmentos de cuerpos.

En mayo de 1985, la liberación de 1150 terroristas palestinos, incluyendo al sheikh Ahmed Yasin en la operación Ahmed Jibril, fue una de las causas de la primera intifada. De acuerdo con la Asociación Almagor de víctimas del Terror, el 48% de los liberados retornaron al terrorismo y fueron recapturados por el ejército israelí. Y desde 2000, han perecido 180 israelíes en ataques planeados por terroristas liberados. A esta tendencia se agregó el intercambio Tennenbaum en 2003, cuando Israel liberó más de 400 terroristas y otros criminals a cambio de tres cadáveres y un traficante de drogas; en julio de 2008 intercambió los cadáveres de Ehud Goldwasser y Eldad Regev con cuatro terroristas vivos y 188 cuerpos de terroristas, incluyendo a ocho miembros de Hizbollah. Entre los liberados estaba Samir Kuntar -recibido como héroe por su gente- quien tenía en su historia el haber asesinado en Naharia a un joven padre de familia a los ojos de su hija de cuatro años, a quien luego destrozó la cabeza con su rifle, tras lo cual mató a su hermanita que se desprendió de la mano de su madre.¡Cuánta diferencia en valores!

Es interesante que el Rabino Ovadia Yosef, mentor del partido Shas, declaró que en el caso específico de Gilad Shalit el peligro para la vida del rehén era más importante que el peligro potencial de israelíes que podrían ser víctimas de futuros ataques terroristas. Posición similar tuvo el rabino Shaul Yisraeli, autoridad reconocida en el campo de la ley judaíca, fallecido en 1995.

Hamas, que sigue con la norma de continuar con ataques terroristas y con la meta de la total destrucción de Israel, ya indicó que “Shalit no sería el ultimo soldado capturado”. ¿Y como no, sí son tan valiosos? ? Le será más fácil reclutar terroristas que saben que, sin importar cuántos israelíes maten, en caso de ser capturados a la larga podrán ser liberados..

Al mismo tiempo que celebramos el final de este largo y doloroso trauma, el desenlace presenta aspectos de la vida en Israel con sabor agridulce. No podemos dejar de mencionar la tremenda agonía de las familias de las víctimas del terror, al ver a esos asesinos de sus seres queridos ser liberados y recibidos como verdaderos héroes. Poco consuelo nos queda del hecho que los principales símbolos de esa organización como los Barghouti y otros de sus colegas seguirán en la cárcel.

Pero a pesar del riesgo, la mayoría del publico israelí está dispuesto a pagar el precio. Junto con las críticas y quejas de la sociedad israelí sobre si misma, ésta sigue siendo una comunidad basada en el principio de solidaridad y en un acuerdo de responsabilidad mutua entre sus ciudadanos. Y por eso la alegría actual: no traicionamos y abandonamos a un soldado cautivo dejándolo en soledad. Es una victoria ética para el país. Por otra parte, el haber abandonado a Shalit a su suerte habría debilitado al ejército. ¿Cómo puede un soldado salir al combate y sus padres apoyarlo en esta misión si saben que, si es capturado, no se hará hasta lo imposible por liberarlo?

Todos los que se oponen al intercambio no deben olvidar que si Shalit no hubiese vuelto, habría dudas sobre su sobrevivencia, y ello habría causado daño a la moral y fuerza del país.. Eso es lo que pasó con Ron Arad, quien podría haber sido rescatado por el gobierno quien quiso un acuerdo mejor. La opinión pública y medios de comunicación jugaron un papel importante en esta decisión. Y, la cruel verdad es que la muerte de Ron Arad, ayudó a la liberación de Shalit.

Acerca de Tzila R. de Chelminsky

Nacida en México y cursando sus estudios hasta la preparatoria en planteles de la red judaica, obtiene en la UNAM el título de Licenciada en Economía.Su actividad social en México y en Israel ha sido intensa, llegando a ser Presidenta de varias organizaciones. En Israel ha sido fundadora y directora del Fondo Rosario Castellanos para llevar a esas tierras la cultura mexicana. Ha sido agregada cultural de la Embajada de México en Israel de 1993 a 1998 y asesora en asuntos culturales hasta el día de hoy. Colaboró en varios periódicos y revistas en México y desde hace 13 años escribe mensualmente desde Israel en "Foro".

1 comentario en «Gilad Shalit está libre»
  1. Básicamente la discusión se basaba en el precio que hubo que pagar ya que la liberación de más de 1000 presos, implicó la liberación de cientos de terroristas que son responsables por las muertes de casi 1000 israelíes y que seguramente regresarán a ser activos en el terrorismo, cuando por el otro lado existe el argumento que el ejército israelí es responsable de regresar a todos sus soldados sea cual sea el precio, que hay en la sociedad israelí un contrato no escrito en el cual el ciudadano se compromete a ir a defender al estado pero el estado está obligado a través del ejército mde no abandonar al soldado en el campo de batalla existe una organizaci´n de familias de muertos por terrorismo que se encarga de apelar a la suprema corte de forma sistemática cada vez que se va a liberar a un preso palestino y fueron éllos quienes llevaron la contra de la operación hay la opinión que este arreglo traería una ola de terror y de intentos de secuestrar más soldados.

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