por:
JORGE VILLEGAS HERNÁNDEZ “eltiojorge.com”
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CINETECA NACIONAL
Independientemente de que esté nombre tiene un significado bíblico bastante posicionado entre creyentes de cualquier religión, y también no creyentes; se le ubica entre todos aquellos seres vivos, comúnmente los perros, como un apelativo de tamaño, de fuerza, de poder y hasta de enojo.
Alguien aspira a convertirse en alguien así, posiblemente porque fue víctima de alguna vejación, donde su debilidad se hizo patente.
Se aspira a cambiar de imagen y hasta de vida, para reflejar ante los demás ese poder, que muy probablemente sea más falso que una moneda de dos pesos.
Y uno de los caminos más socorridos es el de inflar los músculos, y pretender convertirse en una especie de ente invencible e invulnerable.
Una pareja más, una pareja común y corriente ¡una pareja de tantas! que enfrenta el dilema de detener o no ese embarazo que le llega como ausencia de paraguas en medio de una tormenta.
Entre peras y manzanas, este evento no planeado, y menos esperado, sigue su cauce hasta las últimas consecuencias.
Todo este torbellino, marca una especie de parteaguas en la vida del futuro joven papá.
Esa noticia,y un suceso un tanto desagradable, lo marcan al grado de querer convertirse en un hombre todavía mucho más hombre ¿o macho?
Ese turbio mundillo del gimnasio, combinado con medicamentos nada recomendables, además de falsas amistades ofertadoras de panaceas; lo capturan materialmente, al grado de convertirlo en un esclavo de falsas ideas, que le anteponen un rico Oasis en medio del desierto de una mente confundida y estéril.
¿Su pareja y su inminente paternidad?
¿Donde se perdieron, dentro de un inmenso panorama de inestabilidad emocional, que parece haber sucumbido ante el oleaje el de un mar revuelto y sin fondo?
Una respuesta nada fácil.
Un dilema hasta de vida o muerte para seres inocentes.
Una solución que no vendrá de la fuerza, los medicamentos, el entrenamiento y la confusión de un guerrero sin expectativas.
Pareciera que su único camino firme, sería el de buscar y encontrar, muy dentro de él, al verdadero “Goliat” .
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