Que palabra tan sencilla; pareciera fácil de decir pero no todo mundo puede, y tristemente la mayoría de las veces no sabe ni quiere pronunciarla.
Pudiera decirse que quien no sabe agradecer no debería recibir, pero eso no está en las manos de nadie. Pasa mucho que quien da, espera cuando menos un “gracias “, se dice que la forma más pura de dar, es cuando uno da sin esperar absolutamente nada. El poder pronunciarla podría parecer algo trivial, pero significa mucho.
Siempre he dicho que agradezco a la vida ser quien puede ayudar y no quien espera ser ayudado.
El ser una persona agradecida implica y habla de una de las partes más profundas y sensibles del ser humano.
Aquel que no cree merecerlo todo por el simple hecho de ser quien es, sino que al contrario, aun siendo quien es tiene la maravillosa sensibilidad de reconocer cuando alguien más hace algo por el y lo agradece, es digno desde mi perspectiva de mucho respeto.
Somos humanos y como decía mi gordita “ A nadie le disgusta lo bueno “, y recibir un gracias de corazón devuelve en una gran porción la satisfacción del dar precisamente de corazón.
El acostumbrarse a recibir sin saber agradecer me parece sinónimo de soberbia, sinónimo de frialdad y muy en el fondo vuelve a quien así lo siente un ser que parecería alejado y egoísta.
Nos deseo no perder nunca de vista las cosas sencillas pero tan valiosas de la vida, como lo es el saber agradecer, esas cosas que no se compran con dinero, que se adquieren con humildad, con consciencia y sobre todo con sensibilidad y educación.
Ojalá podamos con el ejemplo y uno que otros gesto inculcar a las nuevas generaciones el privilegio que tenemos algunos en la vida, de agradecer desde lo más profundo de nuestro corazón por todo aquello que día a día la vida nos da…
Shabat shalom 🇮🇱 🕎 hermanos 🇮🇱