¿Guerra?

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Luego de la salida de Egipto y de las experiencias en el Monte Sinaí, los israelitas llegaron a Cades (ubicado al suroeste de la actual kibbutz Sedeh Boqer en el desierto de Negev). Los capítulos 13 y 14 del libro de Números nos dicen que allí Dios los encomendó:

«Envía algunos hombres para que exploren la tierra de Canaán, la cual voy a dar a los hijos de Israel”

Después de 40 días los exploradores retornaron con informes algo desalentadores:


la gente que habita esa tierra es feroz, y las ciudades son muy grandes y fortificadas;

Seguidamente se produjo una discusión, Caleb, uno de los exploradores, dijo:

«Subamos, y tomemos posesión de esa tierra, porque nosotros podremos más que ellos.»
Pero los que habían ido con él dijeron:
«No somos capaces de ir en contra de esas gentes, porque ellos son más fuertes que nosotros.»

La congregación comenzó a gritar y llorar.
Todos los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y Aarón, y toda la multitud les dijo:

¿Para qué nos ha traído el Señor a esta tierra? ¿Para morir a filo de espada, y para que nuestras mujeres y nuestros niños sean tomados prisioneros? ¿Acaso no sería mejor que regresáramos a Egipto?»

La profesora de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Ilana Pardes hace notar que: establecerse en Canaán significa participar en una guerra, y la guerra significa “caer por la espada.” La congregación está lógicamente preocupada por las horribles consecuencias de la guerra, la posibilidad de que sus esposas serán capturadas y sus hijos sean presa en las manos del enemigo.

La posición de estos israelitas en el desierto es la que más probablemente tomaría cualquier persona sensible hoy en día. Incluso podría argumentarse que, probablemente, aquí se encuentre registrado uno de los primeros casos de “objeción de conciencia”.

Caleb, ahora acompañado por Josué-quien eventualmente llevaría a Israel a la conquista de la tierra prometida-trata de cambiar la mente de las gentes:

no se rebelen contra el Señor, ni tengan miedo de la gente de esa tierra. ¡Nosotros nos los comeremos como si fueran pan! No les tengan miedo, que la protección se ha apartado de ellos, y con nosotros está el Señor.»

Sin embargo, es poco lo que logra avanzar en convencer a la gente y las cosas se pusieron más feas aún.

Toda la comunidad amenazaba con apedrearlos

Entonces la Presencia del Señor se le apareció en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel.

El enojo que se dice, Dios expresó al haber sido rechazado fue feroz;

¡Voy a castigarlos con una plaga! En este desierto quedarán tendidos los cadáveres de todos ustedes. Cuarenta años llevarán a cuestas sus iniquidades, un año por cada día, conforme al número de los días que anduvieron explorando la tierra, y así experimentarán mi castigo. Así voy a tratar a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí. Serán consumidos en este desierto, y aquí mismo serán condenados a muerte. Yo, el Señor, lo he dicho.”»

¿Es este el Dios de Israel?

Cuando el TaNaKh es leído críticamente, es decir libre de presuposiciones teológicas o tradicionales, prestando atención al momento histórico en que fue escrito, el lenguaje, el estilo, lo que se sabe de la historia, la arqueología y otras culturas que vivieron al mismo tiempo en la misma zona, se encuentra que la historia de los “12 exploradores” está repleta de inconsistencias.

Para comenzar hay dos versiones ligeramente diferentes una de la otra de la misma historia en el libro de Números capítulos 13 y 14 y una tercera versión en el libro de Deuteronomio capítulo 1 versículos 20 al 45. De acuerdo con el libro de Números, Dios le ordenó a Moisés que enviara a los exploradores, pero en Deuteronomio, la iniciativa partió de los propios israelitas.

Mientras que los exploradores de Números capítulo 13 y 14 informaron haber encontrado ciudades fortificadas fuertemente defendidas, en el Libro de Jueces (capítulo 18: 27-19) leemos acerca de un territorio indefenso sin fortificación, cuyos habitantes no tienen ejército permanente. Esto resuena con los hallazgos de la arqueología moderna, los que demuestran que en el momento del presunto episodio de los exploradores la mayoría de las ciudades urbanas carecían de murallas, es decir, de defensas.

El hecho de que no haya mención alguna de un importante grupo de habitantes tales como los filisteos, señala otra grieta en la historicidad del relato sobre los hechos alegados en Cades (sin mencionar que de acuerdo con Núm. 13 los israelitas llegaron a Cades al principio del periodo del desierto mientras que según Núm. capítulos 20 y 22 llegaron a Cades sólo a los cuarenta años.)

Todo parece indicar que el episodio de los espías en Cades nunca ocurrió, no sólo porque incluso el propio TaNaKh no es de una sola opinión con respecto a los espías y la supuesta conquista de la tierra, sino que debido a que el dios que se representa aquí no concuerda con el carácter del Dios que el judaísmo entiende.

En el judaísmo hoy no hay lugar para ningún tipo de incitación religiosa de violencia y ciertamente no para una guerra santa.

Puede que haya habido y que aún hay momentos en que pequeñas minorías castigan a las mayorías por ser realistas respecto a la violencia y las guerras. Sin embargo, el pueblo de Israel en masa siempre ha hecho muestras de la preponderancia de su espíritu humanitario frente a líderes de mentes ofuscadas.

El gran teólogo Gerhard von Rad describe correctamente a la teología bíblica de Israel como un “crecimiento de la comprensión de sí mismo en el constante proceso de reelaboración de la más antigua tradición.” El crecimiento y la auto-comprensión son dos procesos que pueden efectuarse sólo estudiando, pensando y discutiendo. Esa es la intención de este relato del TaNaKh.

Acerca de Moshe Pitchon

Moshe Pitchon es un pensador judío y el director de BY un centro de estudios e investigación del judaísmo contemporáneo basado en el sur de la Florida en los Estados Unidos.

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