Aquel que lee un libro, no está leyendo solamente lo que el mismo narra, sino también a su autor. Y no tiene que ser necesariamente un libro, sino cualquier artículo. Así como existe un lenguaje no verbal, de la misma manera existe un lenguaje expresivo en las formas de escritura: léxico, formato, nivel de expresión, etc. Lo mismo se puede afirmar del dibujo: trazos, luces, sombras, fondos, espacios, posición, perspectivas, etc. Asimismo para la música: tonos, velocidad, timbre, espacios, ritmos, tempo, etc. Y así en toda expresión, ya sea hablada o expresada de la forma que sea.
Es posible copiar un dibujo, imitar un artista cantando sus músicas o escribiendo imitando estilos, pero siempre se descubrirá al autor o imitador en su profundidad. Este mismo artículo habla más de mi que lo que estoy relatando de las expresiones y el arte.
Al hablar pasa lo mismo: hablamos de nosotros mismos aunque estemos hablando de otros. Y me atrevo a afirmar que el mismo hecho de hablar de otros, sea como sea que sea dicho, la decisión de hablar de los demás, ya de por sí es una amplia visión de quien lo dice. Y no me refiero al lenguaje no verbal como las microexpresiones, sino a la misma decisión persé del tema a tratar.
Sucedió una situación en mi trabajo que alguien se quejó esperando “Hay gente que se cree que por tener un cargo ya saben más que uno de tal cosa. Yo, que soy profesional y licenciado en eso, a mi me quiere corregir…”.
Mi respuesta fue la siguiente: “Gatos de todos los tamaños, pero gatos al fin”.
A mi modo de entender, lo que esa persona dijo fue que él es quien se cree que por saber más, o eso cree él (al igual que de quien se refería), nadie lo puede corregir. O sea que él mismo se cree más que el otro al mismo tiempo que afirma que el otro se cree más que él. A diferencia que él no da licencia a que el otro se crea más, pero sí se permite a sí mismo lo que prohíbe al otro. En cierta forma sería un mini fascismo e hipocresía.
Mi respuesta, al decirle que hay gatos de varios tamaños, traté de darle a entender que él, al igual que yo y esa persona a la ue él se refirió, todos tenemos el mismo derecho de creer lo que se nos antoje. Es verdad que cada uno ocupa un puesto en la empresa, pero eso no indica que se conozca sobre temas ajenos ni propios a la empresa. Generalmente sabe más la situación de las calles elbque las barre que aquel que las transita. ¿O no?
Me ha encantado enhorabuena